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El sistema valenciano de servicios sociales necesita 50 nuevos centros públicos de mayores en los próximos cinco años tras no construir ninguno en una década

Una trabajadora alimenta a una mujer mayor en una residencia.

Lucas Marco

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O se construyen 50 centros para mayores en el próximo lustro o no se podrá atender a la población mayor de 65 años en la Comunitat Valenciana. Los antecedentes no parecen demasiado halagüeños: no se ha construido ningún nuevo centro en la última década.

España, según los datos de la OCDE, destina un magro 0,7% del PIB a servicios sociales de atención a la dependencia, por debajo de otros países europeos como Suecia (2,6%), Bélgica (2%), Francia (1,34%) o Alemania (1,28%). De las casi 5.500 residencias que hay en España, el 60% son centros de financiación pública. Albergan a una población con una edad media de 82 años y las mujeres representan un 70% de los residentes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en cinco plazas por cada 100 habitantes el número mínimo a pesar de que en España la ratio es de 4,2 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años (muy alejada a su vez de la ratio de Suecia, Bélgica u Holanda que superan las siete plazas por cada 100 habitantes). A este desolador panorama se añade el hecho de que el 23% del mercado de las residencias privadas en España está controlado por cinco grandes grupos empresariales.

En la Comunitat Valenciana, la ratio se desmorona hasta las 2,91 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años. “Para alcanzar esa media española, nos faltarían actualmente 12.721 plazas”, advierte la doctora Sacramento Pinazo, presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología en un informe elaborado para la Cátedra Prospect CV 2030 de la Universitat de València que dirige el profesor Joan Romero.

La población valenciana mayor de 65 años en 2025 será de 1,1 millones. “Para mantener nuestros escaso ratio actual de 2,91 plazas por cada 100 habitantes mayores de 65 años, y con ese aumento de población previsto, debería aumentarse el número de plazas públicas disponibles con unas 5000 plazas nueva, lo que significa que serían necesarios unos 50 centros nuevos en los próximos cinco años”, afirma la presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología.

En la última década, tal como advierte Pinazo, no se ha construido ninguna nueva residencia pública y “el aumento de plazas residenciales ha venido de la mano de las empresas privadas”. “Se ha ido gestando un sistema muy vulnerable donde la pandemia ha tenido consecuencias devastadoras”, añade el informe de la Cátedra Prospect Comunitat Valenciana 2030 de la Universitat de València.

La doctora Sacramento Pinazo aboga por “reestructurar los escasos medios que hoy existen” para garantizar un cuidado adecuado en el entorno domiciliario y en el residencial y por avanzar hacia un modelo en el que “el espacio público debe ensancharse y contar con una financiación homologable al conjunto de España”.

“Los equipamientos deben evolucionar hacia el modelo hogar, modulándose en unidades de convivencia, y ha de optarse también por otra alternativas, como las viviendas comunitarias, los apartamentos con servicios, los alojamientos tipo cohousing, donde sea más fácil personalizar la atención y permanecer insertos en la comunidad con relaciones diversas e intergeneracionales, no aislados en guetos”, concluye Pinazo.

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