Correa declara en el juicio contra Francisco Camps del 'caso Gürtel': “Éramos como un brazo del PP”

El líder de la red Gürtel, Francisco Correa, ha reiterado en la segunda sesión del juicio de la pieza separada 5 del 'caso Gürtel' en la Audiencia Nacional la simbiosis entre la trama y el PP. “Éramos como un brazo del PP”, ha afirmado a preguntas de la fiscal anticorrupción. Correa, que ha alcanzado un pacto de conformidad con el Ministerio Público, ha relatado el desembarco de Álvaro Pérez El Bigotes en Valencia en 2004 a consecuencia de la amistad que mantenía con Francisco Camps, expresidente de la Generalitat Valenciana.

El acusado, que ha asegurado que desea “seguir colaborando” con Anticorrupción, ha declarado que la persona de contacto de El Bigotes a su llegada a Valencia en 2004 era Camps, quien “le fue presentando” a otros colaboradores “tanto del PP como de la Administración [autonómica]”. La red de empresas de Francisco Correa trabajó durante 14 años con la sede del PP en la calle Génova de Madrid pero la transición de José María Aznar a Mariano Rajoy en el partido causó la ruptura de la red con los 'populares', según ha explicado el acusado.

La relación de la trama con Camps se centraba en Álvaro Pérez, aunque Correa ha asegurado que conoció personalmente al expresidente valenciano en “la famosa boda de la hija del presidente Aznar”. Correa también ha reconocido que una de sus empresas regalaba viajes a dirigentes 'populares' e incluso se ha exhibido en la sala una factura a nombre de Francisco Camps por supuestos “servicios turísticos” (aunque el acusado no la recordaba).

El Bigotes “inició una buena relación” con Francisco Camps, ha aseverado Correa, quien ha agregado: “Planteé abrir una oficina en Valencia para trabajar con el partido y la Administración”. Cuando la trama crea Orange Market, la empresa de la red en Valencia, Camps “ya sabía” que existía una vinculación con las mercantiles del grupo matriz de Correa.

“Paco [Camps] sabía que Álvaro [Pérez] era la persona que llevaba todas las campañas del PP en Madrid”, ha apostillado. También ha señalado que el entonces presidente valenciano era consciente que las empresas de Francisco Correa habían roto con Génova porque así “se lo comentó” El Bigotes a Camps.  

De hecho, Correa ha descrito la íntima relación entre su grupo y el PP: “Éramos la empresa oficial”. El acusado ha relatado la situación en Valencia en el mercado de las adjudicaciones públicas en el sector de la comunicación: “Una empresa, Engloba, obtenía el 70 o el 80% de los contratos de la Generalitat”, ha dicho en referencia a la conocida empresa de José Adolfo Vedri, juzgado en la pieza B del 'caso Taula'.

Así, el objetivo de enviar a Álvaro Pérez era meter la patita en el rico mercado de las adjudicaciones públicas, mientras Orange Market se encargaba de los actos electorales del PP.

“Yo le presionaba a Álvaro [Pérez] en el sentido de decir: estamos trabajando con el partido pero creo que la Generalitat tiene cantidad de eventos y concursos públicos que podemos participar”, ha declarado Correa. Así, El Bigotes “poco a poco fue introduciéndose y obtuvo algún contrato”, como la retransmisión de la visita del Papa o los 'stand' de la feria Fitur.

Francisco Correa también ha confirmado la buena relación de la red corrupta con cargos como Ricardo Costa, entonces secretario general del PP valenciano, Pedro García, presidente de Radio Televisión Valenciana (RTVV) o el exdiputado David Serra, entre otros.

La fiscal anticorrupción le ha planteado a Correa si la trama “captaba” —a modo de táctica— a un cargo público para obtener la “correspondiente facturación”, a lo que el acusado ha contestado: “Correcto”. “¿De ahí los regalos?”, ha incidido la representante del Ministerio Público a lo que Correa ha respondido “Era una práctica habitual en el mundo comercial”.

La trama fue adjudicataria del 'stand' de la Generalitat Valenciana en la feria Fitur entre 2004 y 2009, año en que fue desarticulada. La fiscal ha preguntado a Francisco Correa si la red 'Gürtel' tenía la seguridad de que año tras año irían recibiendo el contrato. “Yo, personalmente, estaba convencido de que sí, lo hacíamos muy bien”, ha dicho Correa.