Ribó invertirá 57'5 millones extra en renovar jardines, calles y colegios y en más carriles bici
El Ayuntamiento de València inyectará en diferentes actuaciones en los barrios 57,5 millones de euros adicionales, procedentes en su mayoría de los remanentes de tesorería del pasado año que el Gobierno central ha tenido bloqueados hasta el 28 de junio que se aprobaron los presupuestos del Estado.
El alcalde de València, Joan Ribó (Compromís), quien ha comparecido junto al concejal de Hacienda, Ramón Vilar (PSPV), ha lamentado que desde el ejecutivo de Rajoy se haya retino este montante desde enero y que además, se impida al Ayuntamiento gastarlo en lo que considere más necesario para la ciudad.
Ribó ha lamentado que “solo permiten dedicar el remanente de tesoría a amortizar deuda o a inversiones financieramente sostenibles, lo que es una intervención en toda regla de la autonomía municipal”.
De los 57,5 millones, 42 vienen del remanente de tesorería del pasado año, 3 millones del fondo de cooperación de la Generalitat y la Diputación de València y 12,3 millones de ahorro en intereses de demora.
Ribó ha explicado que entre los proyectos que se llevarán a cabo, se destinarán 3 millones a renovación del alumbrado “lo que permitirá un ahorro total del 85% del consumo”, otros 2,5 millones a rehabilitar la Alquería del Moro para dedicarla a un centro de interpretación de la huerta y 800.000 euros más para rehabilitar dos de las naves de Demetrio Ribes que se dedicarán a la Universidad Popular y a cultura.
Además, se dedicarán 400.000 euros a mejoras en parques y jardines, 2,4 millones a renovación de aceras por todos los barrios y a adecuaciones en los colegios municipales, 1,5 millones para mejoras en la Albufera, 1,2 millones para los mercados de Ruzafa, Benicalap y Castilla, 1,3 millones para alcantirallado y para el colector norte, 3,2 millones más para mejorar las paradas de la EMT, para el proyecto de urbanización de la plaza Ciudad de Brujas y para más carriles bici.
Sin embargo, la mayoría del montante, en concreto 26 millones de euros, se destinarán “a setencias de expropiaciones no desadas que vienen del pasado”.
Tanto Ribó como Vilar han reivindicado plena autonomía para que los ayuntamientos gestionen como consideren el dinero procedente del superávit de cada corporación.