El negocio es la ampliación
El próximo viernes, 22 de octubre, se nos convoca a los valencianos a manifestarnos en contra de la ampliación del Port de València. Y debo decir que, sin formar parte de ninguna de las asociaciones de vecinos y plataformas convocantes, pienso asistir, salvo imprevisto, a título personal.
También diré que habrá entre mis conocidos quien se pregunte qué se me ha perdido, a mis 74 años y con una situación personal que se podría definir en términos clásicos como “de un buen pasar”, en tal evento. Pero, como soy consciente de la inutilidad de tratar de explicar mis motivos a quienes comulgan diariamente con ruedas de molino, me limitaré a aportar un argumento que, entiendo, desmonta la alianza de hierro a favor de la ampliación entre el PSPV y las organizaciones empresariales. Y lo hago en defensa de un futuro mejor para mis nietos y para todos aquellos que, a diferencia de mí, tienen por delante una larga esperanza de vida. El argumento va implícito en el título de este artículo.
Espero que sea evidente, incluso para los negacionistas del cambio climático, que los recursos naturales del planeta son limitados; y que, salvo que pretendamos mantener a más de la mitad de la población en una situación de infradesarrollo, hoy no hay, y menos lo habrá en el futuro, de todo para todos. Y esto nos llevará a tener que reducir el consumo en países desarrollados como España, queramos o no. Si, además, es obvio que no podemos seguir dependiendo de artículos esenciales fabricados a 10.000 Km. como hoy demuestra la crisis de los chips, y que es urgente una reindustialización en Europa, como va a poner en marcha en Francia el presidente Macron para dar trabajo a nuestra gente, ya me dirá el President Puig y sus compañeros de partido para qué queremos ampliar un puerto que ya hoy está sobredimensionado, y dañando gravemente nuestras costa.
Por todo ello, es preciso desmontar la falacia, y explicar que, tanto la posición de algunos políticos como la de muchos empresarios no defiende un futuro mejor para los valencianos, sino un rendimiento a cortísimo plazo, para unos de tipo electoral, y para otros con el enorme negocio que puede significar la Ampliación.
En el caso de los primeros, ¿qué les puede preocupar el que dentro de 10 años la dura realidad demuestre, no sólo que la ampliación era
innecesaria, sino también nefasta para nuestra fachada litoral y nuestra Albufera, y también para la calidad de vida de los ciudadanos, si esto les permite mantenerse en el poder un par de legislaturas más?
Y para los segundos, ¿qué más les dará generar una burbuja de empleo, en su mayoría de personas venidas de fuera (con todos mis respetos), que reventará en cuanto la ampliación esté terminada dejando una enorme bolsa de paro, si entretanto se han llenado los bolsillos con los miles de millones que vamos a tener que aportar los sufridos contribuyentes de a pie a una obra que solo los beneficie a ellos.
Por esto, afirmo que el negocio es la ampliación para ambos colectivos, y todo lo demás son fuegos de artificio para deslumbrar a los incautos.
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