La gestión de la DANA catapulta a Bernabé como cabeza de cartel socialista para la batalla electoral de València

En política, la empatía es un valor difícilmente mesurable, pero que siempre va al alza. Es precisamente esta cualidad la que destacan las asociaciones de víctimas de la DANA sobre la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, que lleva casi siete meses acompañándolas. El trato cercano, que choca con las distancias y los exabruptos del Consell de Carlos Mazón, sumado a la gestión del Gobierno central, a años luz de la del autonómico, le han valido a Bernabé convertirse en la cabeza de cartel de los socialistas valencianos y librar la batalla por València ciudad, uno de los feudos que los socialistas más ansían.

El talante de Bernabé fue una de las cuestiones destacadas por tres asociaciones de víctimas de la DANA este jueves, con la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a València. La portavoz de la Asociación Víctimas Mortales DANA 29-0, Rosa Álvarez, destacó que al Ejecutivo ha estado “presente en todo momento” en la figura de la delegada del Gobierno, con quien han estado “todo el tiempo en contacto”. Los colectivos elogiaron que la delegada ha visitado periódicamente la zona y se ha interesado por sus cuestiones personales, además del seguimiento de los trabajos de reconstrucción de los municipios. Por ello, destacaron, “la reunión ya estaba trabajada. El presidente ha venido con los puntos ya hechos porque a través de Pilar Bernabé se le había trasladado lo que queríamos trabajar”. Álvarez insistió en que Bernabé ya les había recibido “como colectivo y de manera individual, había ido hasta a visitar a las víctimas a su propio domicilio si así lo requería”, unas palabras suscritas por los representantes de la Associació de Víctimes de la Dana 29 d'Octubre de 2024, Mariló Gradolí, y de la Asociación Damnificados de la Dana Horta Sud Valencia, Christian Lesaec. Por ejemplo, el pasado sábado se acercó a visitar la librería Somnis de Paper en Benetússer, en la zona más castigada por la riada; e hizo lo propio con las librerías afectadas en la Fira del Llibre.

La gestión de la DANA ya le valió a la delegada del Gobierno y exconcejala en Valencia una mejor consideración en el partido. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya mostró su confianza en la valenciana al nombrarla responsable de igualdad en el último congreso, celebrado en noviembre en Sevilla. Bernabé se ganó un cargo que implica ser la número 4 del partido y afrontar conflictos especialmente arraigados en el seno de los socialdemócratas, como los cismas en su visión del feminismo y de la igualdad del colectivo LGTBI+.

En paralelo, la delegada del Gobierno ha visto como la jueza de Catarroja encargada de la instrucción de la DANA, Nuria Ruiz Tobarra, ha descartado imputarla cada vez que una acusación lo ha pedido. Recientemente, la Audiencia Provincial de Valencia ha avalado las decisiones de la instructora, apuntando que el mando único de la emergencia lo ejercía la Generalitat Valenciana. Bernabé solo ha declarado como testigo en el juzgado, donde confirmó las pausas en el Cecopi que apuntan a un retraso en el envío de la alerta.

El congreso del PSPV de València ciudad aupará este sábado formalmente a Bernabé como candidata para las próximas elecciones municipales y la dispondrá a librar la batalla por la capital. La política quiere ser la antítesis de la alcaldesa, la conservadora María José Catalá, que recuperó la ciudad para el PP en mayo de 2023, y pretende disputarla. Para ello se ha rodeado de algunos de sus rivales en el partido, la llamada 'generación pelayo', a la que ha puesto a trabajar codo con codo, y ha armado un discurso centrado en la política de vivienda, el urbanismo y las medidas para mitigar el cambio climático, con la idea de convertir la ciudad en un espacio habitable. Ha pasado de ser el ariete contra Carlos Mazón, mostrando las contradicciones de la Generalitat Valenciana y tratando de devolver a la ciudadanía la confianza en el Estado, muy tocada por la descoordinación de las primeras labores tras las inundaciones del pasado 29 de octubre, a serlo contra Catalá.