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Brecha de género en las universidades: las mujeres son mayoría en los estudios, pero apenas dirigen proyectos

Claustro de la Nau, antigua sede de la Universitat de València.

Laura Martínez

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Las mujeres son mayoría en las universidades, pero su peso se reduce a medida que avanza la jerarquía. Es una de las observaciones del estudio sobre brecha de género en la carrera profesional y académica de los centros adscritos a la Xarxa Vives d'Universitats, que engloba entidades del ámbito sociolingüístico catalanohablante -País Valenciano, Catalunya, Cerdenya, Andorra y Perpinyà-, presentado la pasada semana en la Universitat de València. El análisis, coordinado por Anna Pérez-Quintana, de la Universitat de Vic, aborda también la evolución de la brecha de género en el campo laboral y académico, comparando los datos de 2021 con los del anterior estudio, presentado cuatro años atrás.

Pese a que las mujeres son mayoría en los estudios y presentan mejores tasas de rendimiento, a medida que se asciende en la escala universitaria el porcentaje de mujeres se reduce. Mientras que las mujeres son más de la mitad del alumnado, apenas rozan el tercio en cargos de responsabilidad de diversa índole, tanto del cuerpo funcionarial como del académico. Hay menos mujeres que hombres en el conjunto de los cargos y, además, ocupan órganos donde tienen acceso a menos poder de decisión, si bien tienen que asumir una carga de gestión importante, cita el estudio.

La brecha de género se inicia en las etapas más tempranas, ya con la elección de la carrera. Una de las primeras decisiones en la incorporación al sistema estudiantil ya reproduce los roles de género asignados y las expectativas del mercado laboral: las mujeres se orientan hacia las áreas sanitarias, artísticas y educativas, mientras que los hombres hacia las que tienen que ver con los espacios de poder y de toma de decisiones.

En el ámbito de la carrera académica las diferencias son más notables. El estudio indica que en 2021 solo el 34% de los grupos de investigación contaban con una mujer como investigadora principal y que solo un 34% de los investigadores son mujeres. En los cargos de gestión vinculados a la investigación también escasea la presencia de mujeres: las directoras de institutos y centros de investigación solo representan un 24% del total, mientras que tan solo un 26% de las direcciones de cátedras están ocupadas por una mujer. Además, en el caso del reconocimiento de la concesión del título de profesorado emérito, la brecha ha aumentado en el último lustro: del 24% de mujeres reconocidas en 2017 al 19% en 2021.

En cambio, en la dirección de las tesis doctorales la brecha se reduce y las mujeres alcanzan el 41% en el último periodo analizado, aunque aún sin rozar la paridad. El informe destaca que a pesar de la reducción global de la brecha de género en el personal docente investigador (PDI), en el que las mujeres son el 42% del total, la segregación vertical en la academia se mantiene, copando los espacios de poder y prestigio: el 74% de los catedráticos son hombres, el 81% de los eméritos también.

Entre los cargos electos, la participación de las mujeres a los órganos más elevados en la jerarquía universitaria es escasa: por cada mujer rectora, hay 4 hombres de la misma categoría. En cambio, hay otros cargos que están feminizados, como por ejemplo el de la Secretaría General, el órgano que apoya las decisiones de gobierno del centro académico, donde las mujeres son un 74% del total. El colectivo de personal administrativo de la universidad es el más feminizado: las mujeres son el 62% del total, pero la presencia de hombres es mayor en los puestos con mejor retribución, mientras que las mujeres se mantienen en los lugares más bajos de la jerarquía.

El informe señala que el techo de cristal “continúa impidiendo las mujeres acceder a lugares acceder a lugares de responsabilidad pública y a posiciones de liderazgo”, con la penalización por la maternidad y los cuidados como uno de los puntos más agudos de la brecha. Ello incluye las reducciones de jornada -y reducciones salariales-, los permisos y otros aspectos que influyen en la carga de los cuidados. Las mujeres en la academia de media menos que los hombres, con una disparidad salarial del 10,9% en 2021, que, teniendo en cuenta los complementos salariales, llega al 16,9%. El informe indica que la gran mayoría de centros académicos han impulsado políticas para reducir la desigualdad, pero que conviene reforzar las unidades de igualdad para avanzar en ellas, dado que la situación queda lejos de ser paritaria. Entre las medidas legislativas favorables, las investigadoras destacan que la equiparación de permisos de paternidad y maternidad de 2019 ha reducido la brecha en el PDI y en el servicio de recursos humanos. La publicación reclama “programas específicos de sensibilización que eliminan las barreras que dificultan el acceso y la promoción en la carrera profesional de las mujeres”.

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