Objetivo, Mundial 2030: el nuevo estadio del Valencia CF, entre los candidatos a ser sede

El nuevo estadio del Valencia CF, cuyas obras llevan 13 años paralizadas, figura entre los aspirantes a ser sede del Mundial de Fútbol del año 2030, si finalmente resulta elegida la candidatura presentada entre España y Portugal, algo que se conocerá en 2024, en el 74 Congreso de la FIFA.

Así lo han confirmado a elDiario.es fuentes de la Federación Española de Fútbol, una vez finalizado este lunes el plazo de presentación de posibles sedes. La candidatura ha sido acordada entre el club y la Generalitat Valenciana. De hecho, fue el presidente del Consell, Ximo Puig, quien manifestó el interés del Gobierno valenciano en que la ciudad pudiera ser sede, lo que indica la voluntad de ambas partes por desbloquear el proyecto y sobre todo por evitar que se judicialice, lo que dejaría en el aire la posibilidad de finalizar el coliseo antes de 2030.

“València debe ser sede del mundial ya que como tercera ciudad de España no puede estar exenta de un evento de esas características y para eso, de aquí a 2030, lo que queremos es que se acaba el campo de fútbol”, dijo Puig.

Según la Federación Española de Fútbol, los requisitos en cuanto a capacidad de las infraestructuras serán disponer de un estadio de un mínimo de 40.000 espectadores para los partidos de la fase de grupos, un estadio de un mínimo de 60.000 espectadores para los partidos de semifinales y un estadio de un mínimo de 80.000 espectadores para partidos inaugural y la final.

Precisamente, la cuestión del aforo es uno de los puntos de fricción entre el club y las instituciones, ya que según el proyecto presentado recientemente, el nuevo estadio tendría una capacidad inicial de 49.000 espectadores ampliable en un momento dado a 70.000. El Ayuntamiento, sin embargo, exige que el estadio llegue de inicio a los 70.000, tal y como establece el convenio firmado en 2005 entre club y corporación y tal y como se recoge en la Actuación Territorial Estratégica (ATE), el convenio urbanístico por el cual se otorgó al club una recalificación urbanística ventajosa para poder costear las obras.

Con todo, este lunes se sucedieron las reuniones entre representantes del club y de las instituciones valencianas con el objetivo de abordar un nuevo marco que mantenga los 70.000 metros de edificabilidad de residencial y los 40.000 de terciario contemplados en la ATE, una vez el Consell apruebe su caducidad definitiva, un trámite que podría retrasarse hasta septiembre u octubre, puesto que requiere de un informe preceptivo del Consell Jurídic Consultiu.

El mantenimiento de estas ventajas urbanísticas, sin embardo, depende de que el club y el Ayuntamiento se pongan de acuerdo en las condiciones que debe reunir el estadio.

Así, Lay Hoon, mano derecha del máximo accionista, Peter Lim, se reunió junto a otros representantes del club primero con los subsecretarios de la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Rafael Briet, y de la Conselleria de Economía, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Natxo Costa, y posterioremente con la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez.

El último proyecto que ha presentado el Valencia CF al Ayuntamiento, prevé un aforo inicial de 49.000 espectatores ampliable a 70.000 y no desarrolla aspectos como el terciario, el museo o la pista de atletismo. Además, solo incluye un parking de 195 plazas para jugadores, VIPs y autoridades para los días de partido, tal y como avanzó elDiario.es. Por estos aspectos, la concejala de Espacio Público responsable de la licencia de obras, Lucía Beamud, ha afirmado que el estadio no cumple con las condiciones pactadas en su día.

Sin embargo, Puig ya afirmó que se puede ser flexible en algunos aspectos, pero que en todo caso, es algo que debe negociar el club con el Ayuntamiento. En este sentido, esta misma semana está prevista una reunión entre Hoon y el alcalde de València, Joan Ribó, que puede ser decisiva para desbloquear definitivamente el proyecto y sobre todo para evitar que acabe en los juzgados, algo que retrasaría durante años un eventual reinicio de las obras.