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Cómo ser policía local de València y afrontar situaciones con personas con trastornos de conducta

Agentes de la Policía Local de València durante uno de los cursos.

Carlos Navarro Castelló

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Eduardo, valenciano de 38 años, tiene autismo con una discapacidad intelectual del 67%. Hace dos años sufrió una lamentable situación a bordo de un autobús de la EMT de València. Según denunció entonces la plataforma de defensa de personas con trastorno del espectro autista (Tea), tras las quejas de algún viajero por sus estereotipias (movimientos repetitivos y sonidos que produce de forma involuntaria) y tras pedirle el conductor que guardara silencio, este llamó a la Policía Local, cuyos agentes lo sacaron del vehículo, quedando “en medio de la ciudad, en un lugar desconocido para Eduardo”. Por suerte, según la entidad, “aunque muy nervioso y confundido consiguió llegar a su casa, y a su manera comunicar a su familia lo sucedido”.

Tras este desagradable incidente, el consejo municipal de la discapacidad de València recientemente constituido ha firmado un convenio con el el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) con el objetivo de impartir cursos de trato adecuado a personas con discapacidad desde una perspectiva de género.

Según explica a elDiario.es el presidente del Cermi, Luis Vañó, los talleres han empezado a impartirse a los últimos 70 agentes de la Policía Local que se incorporaron recientemente y a lo largo de este mes se hará lo propio con el resto de la plantilla (unos 1.500 agentes). También se hará lo propio con funcionarios del Ayuntamiento y con conductores de la EMT.

“Estos cursos persiguen establecer unos protocolos para que, en este caso los agentes, sepan cómo deben proceder cuando se encuentren con personas con algún tipo de discapacidad, ya sea física o mental. Es fundamental que el cuerpo de Policía Local tenga estas nociones, que sepan interactuar con una persona que va en silla de ruedas o ciega”, comenta Vañó.

Por ejemplo, en el caso de personas autistas, “es conveniente hablarles de forma lenta con palabras sencillas y concretas” o en el caso de personas con sordoceguera, “se recomienda hacerles saber de tu presencia con un ligero toque en el brazo, codo u hombro”.

En los cursos se abordan una por una las 12 formas de discapacidad, esto es, parálisis cerebral, movilidad reducida, discapacidad orgánica, sordoceguera, auditiva, daño cerebral adquirido, salud mental, Tea, discapacidad intelectual y baja visión.

Al respecto, el comisario de la Policía Local , Fernando Giménez, explica a elDiario.es que el incidente con Eduardo les hizo darse cuenta de que “algunas veces la Policía Local tiene carencias en intervenciones con personas que pueden tener algún tipo de discapacidad”, motivo por el que contactaron con el Cermi: “Vimos muy interesante una colaboración mutua para que pudieran impartir clases a los agentes puesto que en algunas ocasiones debemos actuar con una sensibilidad especial para personas que con algún tipo de discapacidad que necesitan un trato especial y diferenciado”.

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