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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

¿Qué son esas manchitas blancas que nos salen en brazos y piernas?

Foto: Itxaso Murua

Jordi Sabaté

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Santi, lector y socio de eldiario.es, nos escribe la siguiente petición en un correo electrónico: “en el último año me están saliendo unas motitas blancas en la piel de la muñeca y el antebrazo, así como de los tobillos, que me dejan preocupado. No son muy grandes, apenas unos milímetros, pero cuando me pongo moreno se hacen más evidentes y quedan un poco feas. Hace muchos años tuve unos hongos similares en el hombro, aunque las manchas eran más grandes. ¿Sufro lo mismo? ¿Tiene cura en caso de ser otra cosa? Dato por si sirve: tengo 55 años”.

A bote pronto, Santi, recomendarte que acudas a un dermatólogo, que es quien mejor te dará un diagnóstico sobre lo que padeces, pero también descartar que lo que presentes sean los mismos hongos que padeciste en el hombro y que coinciden con una pitiriasis versicolor provocada por una alteración poblacional en tu dermoflora por una levadura del género Malassezia. Para saber más sobre esta enfermedad puedes leer: Infecciones de la piel por hongos: estos son los tipos más comunes y sus causas.

Hipomelanosis idiopática en gotas

Pero a falta de que Santi se ponga en contacto con su dematólogo, nosotros hemos contactado con la nuestra de cabecera, la doctora María Rosa MartíMaría Rosa Martí, a la que hemos trasladado los datos que nos confía Santi. “Lo más probable, dado que el socio nos revela que tiene más de cincuenta años, es que sufra algún tipo de acromia, o hipocromia, que es como se llama a estas pérdidas de melanina en manchas”.

La doctora revela que enfermedades como el vitíligo, y otras autoinmunes muy poco comunes, también “también presentan un cuadro de despigmentación acrómica, pero por la edad del paciente y la zona donde describe su proliferación, casi se podría asegurar, a falta de una inspección visual, que padece hipomelanosis idiópática en gotas, lo que más genéricamente se define como acromia en confeti, por la disposición de las motitas”.

Martí prosigue explicando que “es una enfermedad muy común a partir de los cincuenta años, y alcanza a más del 80% de la población con el aumento de edad, durante el cual se extiende, sin más perjuicio que el estético, porque ni pica ni molesta ni tiene otras consecuencias, si bien indica que nos hemos portado mal con nuestra piel cuando éramos jóvenes”. ¿Cómo? “Abusando del sol sin protección”, aclara la dermatóloga.

También añade se trata de lesiones crónicas en la pigmentación de la piel por envejecimiento dérmico, que suele darse más en pieles blancas con alta sensibilidad y que se evidencia especialmente en verano, al ponernos morenos. “De todos modos, una vez que aparecen las motitas ya no podemos hacer nada; no vale dejar de tomar el sol de ahora en adelante para frenarlas, porque su aparición se debe a un efecto acumulativo”, apostilla la doctora, que de todos modos desaconseja a las personas que padecer la hipomelanosis idiopatica en gotas exponerse en exceso a los rayos solares, pues “es muestra de una piel estresada”.

¿Tiene cura?

Según la doctora Martí, la hipomelanosis idiopatica en gotas, que es tan frecuente en hombres como en mujeres, no tiene cura ni tratamiento, “salvo evitar ponernos demasiado morenos, de modo que las motas sean muy evidentes”. La doctora Lorea Bagazgoitia explica en su Blog de Dermatología que “se han probado los corticoides tópicos, los inhibidores de la calcineurina, con resultados variables. Algunas publicaciones han mostrado una ligera mejoría con crioterapia o láseres fraccionados, pero los resultados no son en ningún caso completos”.

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