Pros y contras de las comidas picantes

Comida picante

Marta Chavarrías

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La globalización ha permitido que ahora tengamos acceso a alimentos que hace unos años no encontrábamos con tanta facilidad. Sobre todo, especias y condimentos picantes. Aunque no es necesario ir muy lejos para saborear un alimento picante, porque muy cerca tenemos los ajos y cebollas, guindillas o los pimientos de Padrón. 

El picante es una sensación, más que un sabor, que percibimos a través de unas terminaciones nerviosas receptoras del dolor: los nociceptores. 

La sensación de ardor que notamos cuando tomamos un alimento picante se debe a la presencia de compuestos químicos como la capsaicina -presente en los pimientos picantes- la piperina (pimienta negra) y la alicina (un componente del ajo y la cebolla crudos), que son los que provocan la sensación de quemazón en nuestros receptores.

Algunas personas toleran mejor el sabor picante que otras, algo que se explica por varios motivos como factores genéticos y, sobre todo, hábitos. Si estamos acostumbrados a comer picante, la tolerancia a esta sensación será mayor. 

Sean cuales sean nuestras preferencias y nuestra tolerancia a la comida picante, lo que es cierto es que a menudo se asocia con efectos negativos para la salud. Pero, bien usado y en la cantidad adecuada, puede ser interesante añadir un poco de picante a nuestra dieta.

Efectos beneficiosos de la comida picante

Muchos alimentos picantes están repletos de nutrientes y, por tanto, ofrecen beneficios nutricionales. Los chiles son una importante fuente de vitamina E, A, B6, K y hierro. Otras especies, como la cúrcuma y la pimienta negra, poseen propiedades antiinflamatorias.

En muchos casos, los beneficios de algunos picantes se deben en gran parte a la capsaicina, la razón por la cual la comida picante lo es tanto. Es el ingrediente que eleva la temperatura central del cuerpo lo que, a su vez, permite que este queme calorías más rápido. Y también está relacionada con propiedades como:

  • Estimula nuestra termogénesis: esto implica un mayor uso de energía de nuestro cuerpo, sobre todo de los depósitos grasos. Se ha demostrado que este tipo de comida reduce el apetito y aumenta el gasto de energía. Por tanto, sí podría ayudar con la pérdida de peso. Pero comer alitas picantes no promoverá la pérdida de peso a pesar de la capsaicina.
  • Poder antioxidante y antiinflamatorio: desde siempre, uno de los beneficios más destacados de la comida picante se ha relacionado con sus propiedades fungicidas, bactericidas, antisépticas y antiinflamatorias. 
  • Reducción del riesgo de enfermedad cardíaca: la capsaicina ayudaría a regular la presión arterial y reducir el colesterol LDL. Una revisión de estudios demuestra que incluir en las comidas habituales un poco de guindilla puede relacionarse con una reducción del riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares o cáncer porque influye en los niveles de glucosa y lípidos en sangre.
  • Aumenta la longevidad: según un estudio publicado en British Medical Journal, las personas que comen alimentos picantes de seis a siete días a la semana muestran una reducción del riesgo relativo del 14% en la mortalidad total. Es decir, una dieta con algo de capsaicina podría prolongar la vida.

Algunas contraindicaciones de la comida picante

Pese a todos estos beneficios, las comidas picantes no son para todo el mundo. Si abusamos de ellas, y en condiciones de salud concretas, puede que no sean las más recomendables.

Ello no indica, sin embargo, que sean responsables de problemas como úlceras de estómago. Pero es evidente que si alguien sufre una dolencia digestiva grave es mejor que prescinda de un alimento picante porque puede agravar el problema: los alimentos picantes no suelen causar un problema digestivo, pero sí pueden agravar los problemas.

De hecho, el portal de salud del Reino Unido NHS Choices afirma que hay pocas evidencias científicas que atribuyan a la comida picante la causa de las úlceras de estómago. 

Por tanto, el picante estaría contraindicado en personas que no solo que sufren úlcera de estómago, sino también gastritis, acidez estomacal, colon irritable o cualquier otra enfermedad del aparato digestivo que curse con inflamación. Es importante tener en cuenta también que la comida picante:

  • Puede tener un efecto laxante: la capsaicina, consumida en abundancia, puede irritar el revestimiento del estómago y favorecer el malestar estomacal y la diarrea. Si esto ocurre, es mejor eliminar los picantes de la dieta.
  • Pueden irritar las fisuras anales: aunque no deben considerarse responsables de las hemorroides, como se ha hecho tradicionalmente, la comida picante sí puede agravar los síntomas asociados a las fisuras anales.

¿La leche va bien si nos pasamos con el picante?

Aunque no hay evidencias científicas claras que corroboren que la leche sea el mejor remedio para contrarrestar el picor de un alimento picante, sí se ha aceptado de forma popular que esta bebida ayuda a disolver la capsaicina en la parte grasa de la leche o a neutralizarla gracias a la caseína, que haría que la capsaicina perdiera su efecto.

En una investigación realizada sobre el efecto de varias bebidas para mitigar el picor se ha demostrado que la leche es la mejor opción, independientemente del contenido graso ya que es tan efectiva la leche entera como la desnatada. Los expertos concluyen que lo más probable es que el que tiene un efecto neutralizante es algún componente de la fracción proteica de la leche, y no de grasa. 

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