Las razones por las que es mejor quitarse los zapatos antes de entrar en casa

Foto: Nuzree

Marta Chavarrías

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La costumbre de quitarse los zapatos antes de entrar en casa, una práctica muy habitual en Japón y casi una norma en la mayoría de los países asiáticos, ha ido cobrando fuerza también en nuestros hogares en los dos últimos años como una medida para evitar el contagio de coronavirus. 

Ahora, más allá de esta opción, muchas personas pueden plantearse si es bueno convertir esta práctica en algo usual y habitual. ¿Pueden los zapatos causar problemas? ¿Realmente están llenos de gérmenes? Si es así, ¿qué bacterias son las que más se encuentran en los zapatos?

Por qué es una buena elección quitarse los zapatos antes de entrar en casa

El beneficio más claro de no entrar en casa con zapatos de la calle es que evitaremos que las bacterias, los productos químicos y otras sustancias nocivas que puedan contener se arrastren por todas las habitaciones por donde pasemos. En 2015, un estudio publicado en la revista médica Microbiome ya confirmó lo que parece obvio: “los zapatos incluyen microbios que se depositan en el suelo”.

Esto, por tanto, puede traducirse en menos tiempo para limpiar, sobre todo si hay alfombras, que se convierten en auténticos hogares de numerosas partículas que llevamos en la suela y que, además, cuestan más de desinfectar.

Pero hay más razones por las que dejar los zapatos en la entrada:

  • Reduce la transmisión de bacterias portadoras de enfermedades. Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Arizona encontró una gran cantidad de bacterias no solo en la suela de los zapatos sino también en el interior. En total, los expertos detectaron un promedio de 421.000 unidades de bacterias en el exterior y 2.887 en el interior. Algunas de las más comunes fueron Escherichia coli, Klebsiella pneumonia y Serratia Ficaria. Según esta investigación, los asientos de los inodoros tienen alrededor de 1.000 bacterias, mientras que las suelas de los zapatos suelen albergar millones.
  • Las heces están presentes en casi el 100% de los zapatos: otra investigación, esta vez liderada por expertos de la Universidad de Houston, descubrió que un 40% de los zapatos portan la desagradable bacteria Clostridium difficile, cuyas esporas no son nada fáciles de eliminar, resistente a los antibióticos que causa diarrea. Es más, los expertos detectaron esta bacteria también en zonas del hogar como el inodoro, las encimeras y superficies.
  • Las bacterias permanecen más tiempo en las suelas: a diferencia de otros lugares, las bacterias viven más tiempo en los zapatos que en otras zonas porque se van acumulando de forma continuada nuevas bacterias, lo que alimenta el crecimiento de las ya existentes.
  • Hasta el 90% de las bacterias de la suela se transfieren al suelo: los gérmenes pueden transferirse a la madera, la cerámica y todos los materiales del suelo, y aún más a las alfombras, que absorben mucho más la suciedad y que son, como ya hemos comentado, más difíciles de desinfectar. 

Pese a todas estas cifras, los expertos reconocen también que la carga bacteriana que puede llevar un zapato es poco probable que llegue a enfermarnos porque, para ello, necesitaríamos el contacto con miles de microbios. Además, no todos los gérmenes son patógenos.

El simple hecho de transportarlos a casa no significa un riesgo para la salud; depende del patógeno, de la persona y del hogar en cuestión. Si bien algunas de estas bacterias pueden ser dañinas en determinadas circunstancias, se mezclan con otras que son beneficiosas al fortalecer nuestra inmunidad. El mayor riesgo está, por ejemplo, en el caso de que haya niños que gatean, que sí están en contacto estrecho con la suciedad.

Los motivos de salud por los que es mejor quitarnos los zapatos

Además de las razones higiénicas por las que es mejor no entrar en casa con zapatos, también hay motivos de salud que nos empujan a hacerlo. Como ya explicábamos en este artículo, para andar por casa es aconsejable mantener un equilibrio entre ir descalzos y calzados. 

En él, Javier Pascual Huerta, podólogo, Doctor por la Universidad Complutense de Madrid y director de la Revista Española de Podología, ya reconocía que ir descalzos es beneficioso porque nos aporta flexibilidad y fuerza en los músculos y ligamentos del pie.

Además, nos aporta mayor equilibrio y circulación. Pero, como advierte Pascual, es importante no hacerlo durante mucho tiempo seguido. De no ser así, y sobre todo en suelos duros, ir descalzos durante mucho tiempo puede aumentar el riesgo de alteraciones en el pie como dolor en el talón, en el metatarso y lesiones en los tendones.

Lo mejor para andar por casa es usar zapatos o zapatillas cómodas, que nos sujeten bien el pie para evitar lesiones y accidentes. De esta manera, también se mantendrán en forma.

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