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FRAP: por qué a tu gato de repente le da por correr como alma que lleva el Diablo

Gato compartiendo lecho con humanos.

Inés Aguerri Alonso

24 de enero de 2023 22:59 h

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De repente y sin motivo aparente, puede ser que tu gato pase de estar tumbado en el sofá a volverse loco corriendo por toda la casa. En contra de lo que pueda parecer, no ha perdido la cabeza, y es que estos ataques de locura tienen explicación.

Se llaman zoomies o FRAP (Frenetic Random Activity Periods o Periodos Aleatorios de Actividad Frenética en español) y son muy comunes en animales domésticos como los felinos. Estos episodios de actividad física explosiva duran unos pocos segundos y finalizan cuando el animal se calma por sí mismo. 

En el caso de los gatos, estos zoomies pueden parecer un sinsentido en algunas ocasiones, aunque lo cierto es que normalmente son una simulación de patrones de caza: verás que tu gato acecha, persigue algo, se esconde o incluso te muerde durante estos escasos segundos. 

La liberación de energía es el principal motivo por el que se producen y aunque no debemos coartarlos, sí hay maneras de conseguir que no sean tan frecuentes. Además, conocerlos nos ayudará a diferenciarlos de otras patologías ya que, en exceso, pueden ser síntoma de estrés y otras enfermedades. 

El motivo principal de los FRAP: la liberación de energía

Es probable que lo que le ocurra a tu felino es que desea divertirse después de un día de poca actividad. Básicamente, estos momentos de locura se deben a una liberación de energía o emoción acumulada que, a pesar de que es más común en gatos jóvenes, también se observa en felinos adultos o incluso geriátricos. 

La especialista en conducta y bienestar felino Lídia López afirma que “son frecuentes cuando el gato se pone muy contento, tras acicalarse, comer o usar el arenero”. También suelen producirse en los momentos en los que el gato se activa, principalmente por la noche debido a su carácter crepuscular y aumentan en verano, cuando las temperaturas suben durante el día y aprovechan la noche para jugar sin calor.

Aunque este es el motivo principal por el que ocurren, quizá hayas observado que tu gato sale corriendo nada más usar el arenero. Si esto sucede a menudo, es probable que no se deba simplemente a querer dar rienda suelta a su energía acumulada, sino también a la necesidad de satisfacer su instinto de supervivencia. Para ello, intenta alejarse lo más rápido del arenero consiguiendo que su olor no atraiga a otros depredadores.

En otros casos, esto puede deberse al dolor: “Cuando un gato siente dolor usando la bandeja sanitaria lo normal es que asocie ese dolor a la bandeja con lo que, tras usarla, puede salir disparado para huir de ella”, explica la especialista.

Cómo actuar ante los FRAP

No debemos alarmarnos, estos periodos son totalmente comunes e inofensivos, de hecho, el único peligro que conllevan es que puedan tirar al suelo algo con lo que hacerse daño o causar un accidente.

Así que, ¿qué problema hay en dejarles liberar energía siempre y cuando no suponga un peligro para ellos y su alrededor? “Cuando el gato experimenta un periodo de FRAP, debemos dejar que corra hasta que se canse, bastaría con apartar aquellos objetos que puedan provocar incidentes al caerse”, explica López.  

Para evitar que estos FRAP aumenten, el mejor consejo es no fomentarlos corriendo tras él, ya que lo interpretaría como un juego y se repetiría más veces de lo habitual.

Por su parte, para conseguir que disminuyan solo tenemos que seguir una única pauta: jugar con ellos. Esto les ayudará a liberar energía siempre y cuando adaptemos el juego a su edad y condición física.

Según López, para ello es recomendable “adaptar el hogar con espacio en vertical para que pueda trepar y subirse a lugares elevados, puesto que esta es una necesidad básica del gato y además le ayuda a ejercitar músculos que no ejercita de otra manera, ofrecerle juguetes y comederos interactivos que le estimulen cognitivamente y dinámicas que lo hagan a nivel olfativo”.

El exceso de zoomies puede ser síntoma de enfermedades

Aunque los FRAP suelen ser normales, como explica la veterinaria Mireia Balliu, “cuando estas ‘explosiones de energía’ duran más tiempo de lo habitual o van acompañadas de otros signos clínicos, es cuando debemos pensar que  podrían ser debidas a otra causa y debemos consultar con un especialista”.

Que tu gato sufra zoomies constantemente puede deberse al estrés felino, provocado mayormente por la falta de interacción con ellos. Ante este exceso de energía insatisfecho, deberíamos enriquecer su entorno y gratificar el hogar, ya que el juego y ejercicio mejora su vínculo afectivo con nosotros y genera endorfinas para combatir el estrés. 

Algo tan simple como una caja de cartón puede ser el mejor regalo para nuestro gato. Así lo demostró en 2014 un estudio realizado por el Departamento de Ciencias Clínicas de Animales de Compañía de la Universidad de Utrecht en el que se determinó que las cajas reducen el estrés en felinos. 

Asociadas con problemas de carácter emocional como el estrés o la ansiedad encontramos las estereotipias, una forma compulsiva de canalizar un exceso de energía a través de una serie de movimientos repetitivos, invariables y sin función aparente.

Ejemplos de ello son el overgrooming, es decir, el lamido reiterado y sin control hasta lesionarse la piel o el whool sucking, que ocurre cuando cuando el felino se apodera de una manta y la muerde y amasa constantemente. 

Relacionada también con el estrés encontramos la hiperestesia felina, “un síndrome poco conocido en esta especie que se trata de un aumento de la sensibilidad a determinados estímulos con crisis caracterizadas por un rascado y lamido excesivo del área lumbar de forma repentina”, explica la veterinaria. 

Los síntomas son muy similares a los FRAP porque, en palabras de Balliu, “salen corriendo como si algo les molestara y suelen durar pocos segundos”, pero se diferencia de estos en que ocurre a menudo, es un proceso muy estresante para el gato por lo que puede mostrarse agresivo y suele ir acompañado de ondulaciones cutáneas del hombro hasta la cola.

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