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Cómo hacer mermelada casera de higos para disfrutar de esta fruta durante el otoño

Un simple tarro de mermelada puede transformar recetas cotidianas en platos con personalidad

Aurora López

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Hay frutas que parecen hechas para vivir deprisa y el higo es una de ellas. Llega a finales de verano, madura en cuestión de días y desaparece casi sin avisar. Quizá por eso, desde hace siglos, ha tenido fama de pequeño lujo que se disfruta con calma antes de que el calendario lo borre. Sin embargo, existe una manera sencilla de prolongar su presencia en la mesa y es transformarlo en mermelada.

El ritual de cocinar higos lentamente con azúcar y limón no solo conserva la fruta, sino que también guarda un pedacito de verano en cada frasco. Abrir uno en pleno noviembre tiene que ser todo un regalo del mes de agosto hecho mermelada. Y lo mejor de todo es que preparar mermelada casera de higos no requiere técnicas complicadas ni utensilios que no se tengan en casa, solo ganas de dedicar un rato a la cocina.

En cuanto a su temporada, el calendario del higo aparece entre julio y septiembre, dependiendo de la variedad y del clima. En regiones como Extremadura o Andalucía, donde las higueras forman parte del paisaje, es común ver cómo la gente aprovecha el excedente preparando dulces, secando la fruta al sol o llenando la despensa de mermeladas.

Elaboración paso a paso

Pocas cosas saben mejor que una tostada con mermelada casera

La receta es sencilla y solo requiere unos pocos ingredientes. Para un kilo de higos frescos y maduros, lo más habitual es utilizar:

  • 500 gramos de azúcar blanco o moreno (se puede ajustar según el dulzor natural de la fruta).
  • El zumo de un limón, que actúa como conservante natural y ayuda a mantener el color.

Algunas variantes incluyen canela, vainilla o incluso un chorrito de licor para intensificar los aromas. Todo depende del gusto personal y del uso que se le vaya a dar a la mermelada. Por supuesto, el contenido en azúcares naturales del higo hace que sea una fruta energética. Y si hablamos de mermelada, la ventaja es que podemos ajustar la cantidad de azúcar a nuestro gusto, algo imposible en los tarros del supermercado.

A continuación y una vez dispongas de los ingredientes necesarios, te proponemos los siguientes pasos para preparar una deliciosa mermelada casera:

  1. En primer lugar, los higos deben estar bien maduros, con la piel blanda y el interior meloso.
  2. Cuando hayas escogido unos higos con estas características, lávalos suavemente y córtalos en trozos pequeños, sin necesidad de pelarlos, ya que la piel aporta textura y color.
  3. Luego coloca los higos troceados en un bol grande y mézclalos con el azúcar y el zumo de limón. Esta mezcla debe reposar al menos seis horas, preferiblemente toda la noche, en la nevera. Durante este tiempo, los higos sueltan su jugo y se impregnan del azúcar, creando un almíbar natural que dará cuerpo a la mermelada.
  4. Después vierte la mezcla en una cazuela amplia y cocina a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera para evitar que se pegue. El tiempo de cocción suele ser de unos 45 minutos, aunque dependerá de la cantidad de agua que contenga la fruta. La clave está en dejar que la mezcla espese poco a poco sin llegar a caramelizar.
  5. Pasado este tiempo, tocará triturar la mezcla. Quien prefiera una textura más fina puede triturar la mermelada con una batidora de mano al final de la cocción. No obstante, otros optan por dejar los trozos enteros para disfrutar de un resultado más rústico.
  6. Una vez lista, la mermelada debe envasarse en tarros de cristal previamente esterilizados. Se llenan hasta arriba, se cierran herméticamente y se colocan boca abajo hasta que enfríen, lo que asegura el vacío. Si se desea prolongar la conservación, se pueden hervir los tarros cerrados durante 20 minutos para hacer un baño María.

Con este método, la mermelada se conserva varios meses en un lugar fresco y oscuro. No obstante, una vez se abra el frasco, debe guardarse en la nevera y consumirse en un plazo de tres semanas.

Trucos que marcan la diferencia

Si los higos son muy dulces, puedes reducir un gran porcentaje de azúcar

Hacer mermelada de higos es sencillo, pero lo que realmente marca la diferencia son esos pequeños gestos que transforman una receta básica en un tarro lleno de personalidad. Ajustar el dulzor, jugar con especias aromáticas o incluso añadir un toque inesperado de licor puede cambiar por completo el resultado final. Aquí van algunos trucos para llevar tu mermelada casera al siguiente nivel.

  • Menos azúcar, más sabor: si los higos son muy dulces, puedes reducir el azúcar hasta un 30%. Eso sí, cuanto menos azúcar, menos tiempo se conservará.
  • Un toque aromático: un poco de canela, anís estrellado o ralladura de naranja cambian por completo el perfil de la mermelada.
  • La versión gourmet: añade un poco de vino dulce o licor al final de la cocción y tendrás un acompañamiento perfecto para quesos curados.

Mucho más que untar en pan

Aunque tradicionalmente se asocia a las tostadas del desayuno, la mermelada de higos tiene múltiples aplicaciones en la cocina:

  • En repostería: la mermelada de higos queda muy bien como relleno de tartas, bizcochos o galletas.
  • En aperitivos: combina a la perfección con quesos curados, foie gras o embutidos.
  • En platos salados: un toque de mermelada sobre carnes asadas aporta un contraste dulce exquisito al plato.
  • En yogures y helados: añade cremosidad y sabor a los postres más frescos.

De este modo, un simple tarro de mermelada puede transformar recetas cotidianas en platos con personalidad.

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