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Cómo acabar con las plagas que atacan a tus plantas en verano

Las plagas atacan a nuestras plantas especialmente con el calor.

Diego Olivares

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Con el calor, la mayoría de plantas aumentan su actividad mostrando nuevas hojas y flores chulísimas, pidiendo, al mismo tiempo, un esfuerzo extra en forma de cuidados: más agua, más alimento, alguna que otra poda y un ojo bien entrenado para detectar intrusos no deseados. Tener plantas tienen este otro lado menos agradable y más sacrificado: ciertos insectos fitófagos entran en escena visitando nuestras plantas en busca de alimento. Pero no te preocupes, en este artículo te enseñamos a cómo identificar las principales plagas de nuestro jardín o terraza, los síntomas que producen sus travesuras y lo que más les molesta para poder contraatacar y lograr que no supongan una amenaza.

¿Mi planta puede morir?

No es lo mismo observar a un pequeño caracol mordiendo una de las hojas de tu geranio, que una familia muy numerosa de pulgones dejándola hecha añicos. Al fin y al cabo, estos animalitos lo que quieren es alimentarse y si deciden tener familia en tu planta y pasar el verano ahí, puede que su final sea algo dramático. 

¿Qué son realmente? Según la Real Academia Española (RAE), una plaga es la “aparición masiva y repentina de seres vivos de la misma especie que causan graves daños a poblaciones animales o vegetales, como, respectivamente, la peste bubónica y la filoxera”. Dicho de otra forma, si controlas una plaga a tiempo, no debes preocuparte. 

Cómo puedo controlarlas

Antes de contarte más sobre ellas te invito a que, en estos meses de calor, afines especialmente tu potencial observador. Por ejemplo, cuando riegues, dale la vuelta a alguna que otra hoja y mira con detenimiento si hay algo raro en forma de pequeños insectos. El cambio de color o la aparición de manchas en las hojas también pueden alertarte. Estos insectos se alimentan de ellas cambiando progresivamente de color. 

Si haciendo esta revisión detectas enemigos y la situación te parece controlable, gestiona el problema de forma manual. Por ejemplo: 

- Corta las hojas más afectadas: si no te supone mucho choque, deshacerte de esa hoja hará que te quites de golpe una gran cantidad de individuos potencialmente peligrosos. 

- Dales una ducha con agua a presión: llévatelas a la ducha o hazte con un pulverizador a presión. La fuerza del agua se llevará por el desagüe un montón de bichitos de golpe. 

- Elimínalos de forma manual: hazte con un paño, humedécelo con un poco de agua o jabón potásico apto para plantas y limpia bien esas hojas afectadas. Puedes hacerlo también con un cepillo o una vieja brocha de maquillaje. 

Y si la cosa se ha puesto fea pero ves viable recuperar a tu planta, aplica un producto específico. Los hay de todas clases, de origen natural como el aceite de neem o de síntesis especializados para terminar con la plaga de raíz. Sea como fuere, para que sea efectivo, hazlo con la dosis indicada, tal y como marquen las instrucciones del fabricante. Infórmate bien en tu vivero o realiza una búsqueda más rigurosa por plaga y cultivo en la página oficial del ministerio (MAPA).

Cuando riegues, dale la vuelta a alguna que otra hoja y mira con detenimiento si hay algo raro en forma de pequeños insectos. El cambio de color o las manchas también pueden alertarte

El top 5 de plagas habituales (y algo que les molesta)

Aunque son muchas las dificultades que pueden atravesar, veamos cinco de las plagas más habituales en nuestras plantas de casa junto con un consejo que que aportará un nivel extra a tus cuidados: 

- Ácaros o araña roja (Tetranychidae): son casi invisibles para el ojo humano, aparecen con el calor y no están cómodos si la humedad es alta (mantener niveles superiores al 50%). Mantén las hojas limpias, la probabilidad de que se te escape verlas será menor.

- Pulgones (Aphidoidea): miden entre 2 y 5 milímetros a los que les salen tres patitas a cada lado. Pueden ser de color verde, marrón o amarillo según la especie. Lo que menos les gusta son los tejidos duros, así que revisa bien los brotes o tus plantas más 'blanditas'. 

- Mosca blanca (Aleyrodidae): a estas mosquitas, cubiertas de un polvo blanco y ceroso, no les gustan la limpieza y las zonas aireadas. Puedes ayudarte de trampas pegajosas amarillas para atrapar adultos. 

- Trips (Thysanoptera): tienen una forma alargada (2-3 mm). Los adultos son negros y las larvas son más trasparentes y pequeñitas. Mantener un ambiente libre de malas hierbas cercanas y usar trampas adhesivas azules puede ayudarte en su control. 

- Cochinillas (Coccoidea): son como lapitas pero adquieren varias formas según la especie. Se alimentan de la savia de la planta al quedarse pegadas a las hojas, troncos y ramitas. Puedes lavar las zonas afectadas con jabón potásico para reducir la población.

Remedios caseros: ¿funcionan de verdad? 

Me encantaría darte la receta mágica, hecha con ingredientes naturales que puedas encontrar fácilmente por casa y que funcione contra todos los enemigos de las plantas. Pero no es posible, lo siento. La naturaleza no funciona así y el control de plagas es algo más complicado que una mezcla al tuntún de cosas que encontremos por la despensa. 

Aunque la evidencia científica ha demostrado que el ajo, por ejemplo, tiene propiedades insecticidas y puede ser efectivo para controlar el gorgojo del arroz en granos almacenados, esto no justifica que una mezcla hecha en casa, sin ningún tipo de proceso ni control en la dosis, pueda funcionar contra otros insectos lejos de estos estudios. Puedes jugar, experimentar con recetas vistas en las redes y divertirte, pero no te enfades si al probar esa mezcla casera en tu planta favorita, tu problema no desaparece. Lo mejor que puedes hacer es conocerla, observar y seguir las siguientes recomendaciones.

Si detectas que una planta tiene algún bichito, aléjala de las otras

Últimas recomendaciones 

Como todo lo comentado hasta ahora quizás te parece algo complejo, veamos algunos consejos más que puedes seguir para que esto de las plagas no finalice la relación con tu planta: 

- Ponla en cuarentena: si compras una planta, fíjate bien en sus hojas y, por si acaso, ponla sola en el rincón que hayas elegido de tu casa. Te dará tiempo a ver si tiene algún acompañante sin poner en riesgo a las demás plantas. 

- Separarla de las demás. Si detectas que una planta tiene algún bichito, te recomiendo que la alejes de las otras. Pero no la pongas en cualquier sitio: elige una zona de tu casa donde pueda crecer feliz hasta que ya no suponga un riesgo y pueda volver con sus amigas verdes. 

- No mates a todo lo que se mueve. Hay muchos insectos que no quieren comerse a tus plantas como lo hacen las plagas. Es más, te ayudarán a combatirlas. La famosa mariquita, la crisopa o avispitas parásitoides, como la Encarsia formosa, son ejemplos del control biológico y pueden ser tus aliadas en este tema. 

- Plantas fuertes, el mejor preventivo. Si están bien alimentadas y crecen sin demasiados dramas, la visita de un insecto hambriento no supondrá un gran problema para ella. Es más, las plantas débiles y tristes son aquellas a las que estos simpáticos intrusos visitan primero.

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