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Tres ideas geniales para reutilizar las fundas de almohada o de cojines

Almohadas viejas

Eva San Martín

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Fundas de almohada y calcetines llevan vidas parecidas: cuando vienen en pareja, antes o después, uno de ellos se pierde o decide llevar una existencia en solitario, y acabamos con un calcetín single o una funda de almohada desemparejada.

Pero, como los calcetines, que podemos recuperar para multitud de usos prácticos; las fundas de almohada o de cojines también pueden disfrutar de una segunda vida muy digna en casa. Las fundas de almohada o de cojines merecen una segunda oportunidad; pero para disfrutarla tienen que escapar del vertedero.

Reduce y reutiliza: el planeta, te lo agradecerá. Además, podemos sacar mucho partido de esas fundas de almohada solitarias o viejas, que ya no usamos: desde transformarlas en un adorable cesto para la ropa sucia o combinarlas para construirnos un mullido sofá de suelo, hasta crearnos una omnipresente tote bag o bolsa de tela con ellas. ¡Y sin coger una aguja!

1. Hazte un cesto para la ropa con una funda de almohada y un aro

Además de una funda de almohada limpia, necesitamos un aro de madera o aro para bordar: lo puedes conseguir desde dos euros. Si es un aro de bordado, es más sencillo, porque este tipo de bastidores vienen en pareja, con un aro algo más grande que el otro, de modo que cuando metamos la funda de almohada entre ellos, encajan con facilidad, y la funda quedará bien sujeta.

Los aros de bordado, además, suelen venir con un tornillo de presión, lo que logrará que la tela de la funda quede bien sujeta. Solo necesitamos colocar el primer aro (que no tiene tornillo) en la apertura de la funda (por dentro), y rodearlo con un poco con la tela. Colocamos el segundo aro por fuera, de modo que atrape o pise la tela, y apretamos el tornillo. ¡Y ya estaría! 

Además, podemos pasar una cuerda de macramé u otro cordón similar, por el tornillo, colocar un pequeño gancho adhesivo en la pared del baño, y ya lo tenemos: un adorable cesto para la ropa hecho con una funda de almohada vieja. ¡Listo para recoger la ropa después de la ducha! También sirve para guardar todos esos rollos de papel higiénico y que no ocupen sitio en los cajones. ¡Y sin coger ni una sola aguja de coser!

2- Hazte un sofá bajo: ¡con esas fundas de almohada que no usas!

Si tenemos varias fundas de almohada algo más cuadradas, o fundas de cojines grandes, que no usamos, ¡podemos unirlas entre ellas y transformarlas en un cómodo sofá bajo, muy acolchado, tipo puff.

En este caso, para unir las fundas nos vendrá bien una aguja o máquina de coser; aunque también podemos usar los velcros adhesivos para mantenerlas unidas, y hasta adhesivo para tela con plancha, ¡y eludir de nuevo la aguja!

Lo ideal es utilizar, al menos, cuatro fundas de cojín: de este modo, podremos tumbarnos en nuestro sofá acolchado y nos será más cómodo. Además, no importa que las fundas sean diferentes: ¡al contrario! Podemos crear patrones bonitos con varias fundas de cojín distintas. Solo nos queda rellenarlas, con relleno de cojín. ¡Y a disfrutarlo! 

Este tipo de sofá es estupendo para leer recostado y hasta para una sesión de teletrabajo cómoda y más relajada, ya que podemos apoyar la funda del extremo sobre una superficie vertical, como una pared, y que sirva como un sillón.

Si añadimos una tira o cuerda, cosida o pegada con cinta adhesiva para planchar por ambos extremos, ¡ya tenemos un asa! Y podremos doblar, cual acordeón, nuestro sofá de suelo mullido y colgarlo en un gancho de la pared, para guardarlo sin apenas ocupar sitio en casa.

3. Hazte una bolsa de tela o 'tote bag' con la funda de almohada

El tote bag o bolsa de tela se ha convertido en un complemento omnipresente en todo el planeta: nos sirve para contar al mundo el último festival que hemos pisado o que hemos leído un libro concreto. Pues bien: podemos fabricarlos, gratis, con esa funda de almohada bonita que tenemos por casa, desemparejada, y que apenas utilizamos.

Lo primero, como en todos los casos, es lavar la funda de almohada y, mejor, plancharla una vez que esté seca. De este modo será más fácil que al coger la tijera el corte quede más recto.

Ahora, cogemos un trozo de cartón, no muy rígido, o de papel de periódico, y dibujamos y recortamos la forma que eliminaremos de cada lado de la funda de almohada para crear las asas. No olvidemos que la bolsa irá colgada al hombro: hagamos una apertura que nos resulte cómoda.

Intentemos mantener la funda de almohada lo más lisa posible, y recortamos (con ayuda de nuestro molde) el hueco que irá en las axilas. Ya solo nos queda anudar las dos partes de las asas (que no hemos separado de la funda), y ¡ya tenemos nuestra tote bag!

Con el tiempo, los bordes de la bolsa de tela hecha con una funda de almohada se doblarán de forma natural. Si queremos evitarlo, basta con añadir a los bordes o extremos de la tela unas tiras adhesivas para plancha, que ayudará a que se mantengan algo más rígidas. Y todo ello, ¡sin coger ni una sola aguja de coser!

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