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Sueños lúcidos, para qué sirven y cómo tenerlos

sueños lúcidos

Darío Pescador

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Te despiertas, te vistes y das tu paseo matutino por el parque, que está lleno de árboles de los que cuelgan manzanas de un rojo brillante. Pero te acercas y te das cuenta de que no son manzanas sino gnomos del bosque que empiezan a cantar a coro, entonces tú eres uno de los gnomos, pero no te sabes la letra y empiezas a buscarla en tu móvil. Ahí te das cuenta de que sigues en la cama y estás soñando, pero sigues dentro del sueño. 

En esto consiste un sueño lúcido: en ser conscientes de que estamos en un sueño. Se trata de algo muy común, Aristóteles, del siglo IV a. C., ya menciona los sueños lúcidos. Sin embargo el fenómeno no se estudió hasta los años 70, durante los experimentos que llevaron al descubrimiento del sueño REM. Se calcula que más la mitad de las personas han tenido al menos un sueño lúcido en su vida, y aproximadamente el 10% los tienen cada mes o con más frecuencia. 

Lo sorprendente de los sueños lúcidos es que no solo somos conscientes de estar en un sueño, sino que en ese estado podemos controlar ciertos aspectos del sueño. Algo parecido a lo que ocurría en la película Origen del director Christopher Nolan, protagonizada por Leonardo DiCaprio. Sin embargo, los sueños lúcidos no son un entretenimiento. Pueden ayudarnos a mejorar nuestro estado mental.

El antídoto contra las pesadillas

Tenemos que comprender que los sueños son un proceso necesario para que nuestro cerebro procese la información emocional. Las personas que sufren alteraciones del sueño y pasan menos tiempo en fase REM, y por tanto tienen menos oportunidades de soñar, tienen mayor riesgo de depresión y ansiedad

Esto incluye las emociones negativas. Los malos sueños o pesadillas son habituales de vez en cuando, pero cuando se vuelven recurrentes están asociados a trastornos como la depresión y el estrés postraumático. Los sueños lúcidos ayudan porque, por un lado, permiten controlar el resultado del sueño y, por otro, hacen que la persona se de cuenta de que está soñando y la situación no es real. 

En la terapia se utiliza un protocolo llamado terapia de ensayo de imágenes (IRT) en el que se muestran imágenes asociadas a las pesadillas y se hace que el paciente se imagine finales alternativos más agradables. En un estudio de 2017 con veteranos de guerra que sufrían estrés postraumático y pesadillas recurrentes, la IRT indujo un mayor control sobre los sueños y sirvió para reducir el estrés que las pesadillas producían.

Los sueños lúcidos sirven como entrenamiento dirigido para el cerebro. Las personas que han sufrido lesiones neuronales y necesitan rehabilitación han mejorado más rápido cuando se imaginan realizando tareas y movimientos, lo que indica que los sueños lúcidos son una puerta para explotar esa capacidad de recuperación de las funciones del cerebro. 

Cómo tener sueños lúcidos

Aunque todos tenemos sueños lúcidos alguna vez, las investigaciones indican que es una habilidad que se puede aprender. Existen varias técnicas para inducir sueños lúcidos más relevantes:

El diario de sueños

Nada más despertarnos somos capaces de recordar un 50% de lo soñado, pero diez minutos más tarde solo recordaos un 10%. Recordar los sueños ayuda a tener sueños lúcidos, y llevar un diario es una forma sencilla y efectiva de recordarlos. Conviene tener un cuaderno cerca de la cama y anotar los sueños nada más despertar, y releer las notas de cuando en cuando. Con el tiempo, este ejercicio nos hace más conscientes del contenido de nuestros sueños y nos permite controlarlos.

La prueba de realidad

La comprobación de la realidad es una forma de entrenar nuestra capacidad de metacognición, es decir, el proceso por el cual pensamos que estamos pensando. Si somos capaces de percibir e identificar nuestros pensamientos durante la vigilia, también mejorará nuestra capacidad durante los sueños. 

El método consiste en preguntarse varias veces a lo largo del día “¿estoy soñando?”, y entonces realizar una comprobación sencilla, como mirar si las agujas del reloj avanzan, ya que en los sueños pueden detenerse. También podemos taparnos la nariz con la mano. Si todavía podemos respirar, quiere decir que estamos en un sueño. Se recomienda elegir un método y hacerlo cada dos o tres horas, para que luego se automatice durante nuestros sueños.

Despertar y volver a la cama

Esta técnico llamada WBTB (Wake Back To Bed) consiste en interrumpir el sueño a propósito, poniendo una alarma cinco horas después de acostarnos, por ejemplo. Cuando nos despertemos, debemos intentar mantenernos 30 minutos haciendo algo tranquilo, como por ejemplo leer. Cuando nos volvamos a dormir, tendremos más posibilidades de tener un sueño lúcido.

Inducción mnemónica de sueños lúcidos

Esta técnica, llamada MILD por sus siglas en inglés, se usa a menudo en combinación con la WBTB anterior. La creó en 1980 e pionero de la investigación en sueños lúcidos, el doctor Stephen LaBerge, y es la más conocida. La técnica MILD se basa en la memoria prospectiva, es decir, la intención de hacer algo más tarde. La idea es repetir mientras estamos aún despiertos la frase “la próxima vez que sueñe, quiero recordar que estoy soñando”. Además, también despiertos, especialmente después de una interrupción de sueño como en el caso anterior, intentaremos recordar algo concreto que sea único del sueño que acabamos de tener y que sea puramente onírico, por ejemplo, la capacidad de volar, e intentaremos volver a experimentarlo.

Todas estas técnicas son sencillas de entender, pero algo más difíciles de poner en práctica. Nuestros cerebros están muy acostumbrados a olvidar los sueños, pero recordarlos y hacerlos conscientes puede ayudarnos a engrasar las ruedas de nuestra mente.

¿En qué se basa todo esto?

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