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Madrid se adapta a la nueva normalidad en su primer fin de semana en fase 1

Una mujer con mascarilla pasea por el parque de El Capricho en Madrid este sábado con motivo de su reapertura.

EFE

Madrid —

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A pesar de las altas temperaturas de este fin de semana, las terrazas de los bares madrileños están al completo este sábado, así como los comercios y las calles. Es el primer fin de semana en el que Madrid se encuentra en fase 1 de desescalada, y su ambiente lucha por ser más parecido al de antes de la pandemia que al de hace un mes.

La asociación madrileña de hosteleros estima que la inmensa mayoría de los bares (un noventa por ciento) no han abierto todavía, pero los que lo han hecho no han dejado de recibir clientes, que tras cinco días acomodándose en la fase 1, encaran el fin de semana como solían hacerlo antes de la pandemia, tomando algo con familiares y amigos y de compras.

“Es verdad que en alguna terraza hay demasiada gente, pero por aquí la cosa creo que se está respetando, estamos contentas”, comenta a Efe Rocío, desde una terraza de la calle Fuencarral, donde ha conseguido una mesa porque llegó “a deshora”, ya que -recuerda- “cuando es hora punta hay que reservar o aguardar cola”.

“Hay muchísima gente con ganas de terraza”, corrobora Rocío, a quien le saben “muchísimo mejor” las cañas que le sirven este soleado sábado tras más de dos meses confinada que las de antes de la pandemia.

Igor está “inaugurando” la temporada de terrazas con un amigo, y opina que lo “realmente importante” es “verse las caras y hacer como que la vida sigue”, aunque admite que estas cervezas “sientan mejor” que las de antes de la pandemia, aunque “afectan más”.

“Él se ha tomado un par de ellas y ya es suficiente”, bromea mirando a su compañero, sentado al otro lado de la mesa respetando la distancia de seguridad, lo que no le impide lanzarle una mirada desafiante a su amigo tras su chascarrillo.

Otros no han tenido la suerte de conseguir una mesa nada más llegar a la terraza del bar, y están esperando a la cola. Es el caso de Nacho, que lleva “unos cinco o diez minutos” esperando “con paciencia”, que es lo que toca, afirma el joven.

Cree que la espera va a merecer la pena y opina que “lo que toca a ahora es salir y recuperar la normalidad poco a poco”.

Carmen, la propietaria de un bar de Bravo Murillo, afirma que “por ahora” están “bien” con la cantidad de gente que acude a su establecimiento, donde “siempre hay clientes” y ya cuentan con una lista de reservas en diferentes horarios para los próximos días.

Esteban, el dueño de una de las terrazas de la calle Vallehermoso cuenta con cinco mesas en su terraza, cuando antes tenía diez, y aunque tiene también una larga lista de reservas para este fin de semana, “si viene alguien, le dejamos sentarse, aunque le avisamos de que cuando venga la reserva tendrá que levantarse”.

Aunque están recibiendo a muchos clientes, afirma que “todo lo que hay la primera semana no tiene nada que ver con lo que puede pasar más adelante”, a su juicio la afluencia no es “significativa” estos días “porque la gente estaba deseando salir” y, además, recuerda que la mayoría de los bares aún no han abierto por lo que se “acumula” la gente en los que sí lo han hecho.

La apertura de las terrazas también ha hecho que los pequeños comercios se encuentren con muchos más clientes; en las tiendas de ropa hay incluso colas de gente esperando fuera del establecimiento para poder entrar para realizar sus compras, pero con la seguridad garantizada.

Mientras que algunos de los establecimientos más grandes han acotado a 400 sus metros cuadrados para poder abrir, los pequeños lo hacen con más clientes de lo habitual, o eso afirma Elisa desde una pequeña tienda de ropa de la calle Cea Bermúdez.

“Estoy vendiendo mucho más que el año pasado en estas fechas, hoy estoy a tope, igual que esta semana, creo que es porque la gente estaba deseando hacer sus compras pendientes”, asegura.

En definitiva, las calles madrileñas han recuperado parte de su ambiente. Tomar algo con los amigos, las comidas familiares o salir de compras vuelven a ser imágenes fáciles de ver durante un fin de semana en Madrid, aunque también son visibles las diferencias: mascarillas, geles alcohólicos en cualquier establecimiento y terrazas con menos mesas de lo habitual.

Marta Moreno

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