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“La carrera científica en España es un deporte de alto riesgo”

David Sarabia / Alejandro Navarro Bustamante

“Yo soy científico, pero me considero divulgador de ciencia, en todos los aspectos”. Javier Santaolalla (Burgos, 1982), es ingeniero de telecomunicaciones por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. También es licenciado en Física por la Complutense de Madrid y cuenta con un máster y un doctorado en la materia. Fue en 2013, durante el concurso de monólogos científicos Famelab, que Javier y su grupo (The Big Van Theory) se conocieron. Decidieron juntarse y apenas dos semanas después celebraban su primera actuación en Logroño. “Fue un descubrimiento: gente en España con inquietudes similares y con ganas de hacer algo diferente”, dice el ingeniero.

Los 12 integrantes de The Big Van Theory hablan sobre agujeros negros, partículas elementales, bosones de Higgs y teorías de cuerdas. Pero no lo hacen como daría una conferencia Stephen Hawking en la Universidad de Oxford, con ese lenguaje técnico y especializado que al gran público le costaría digerir. Ellos prefieren ser más unos Goyos Jiménez de la vida. Unos Hoviks, unos Julianes López. “Introducimos mucho de comedia para contar cosas que realmente se explican en la Universidad y que algunas son muy complicadas de entender”, dice Javier.

¿Qué fue antes, el nombre del grupo o las actuaciones?

Primero fueron las actuaciones. Nos conocimos los 12 en el Famelab y eso fue una especie de convivencia científica de tres días, cada uno en su rama.

Así que hubo conexión instantánea.

Fue encontrar a gente que tenía el mismo espíritu que tú, la misma onda. Fue genial. Desde entonces no hemos parado. Empezaron a llamarnos de pequeños bares, de pequeños teatros... Y ahora ya hemos viajado por varios puntos de Europa. También hemos estado en México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay... Tenemos mucho recorrido en América Latina y cada vez nos llaman más. Funcionamos muy bien allí.

Es una sorpresa, pero es curioso cómo muchas veces ocurre que en tu propio país pasas desapercibido y luego das el salto, das con el punto adecuado para que la cosa funcione fuera.

¿Cómo es el trabajo de un cómico-científico?

No me siento tanto como cómico. En un sentido sí, la comedia la tengo desarrollada... Porque en España es un clásico pasarlo bien, reírte o hacer el tonto. Mi fuerte es que yo puedo explicar cosas como qué son los universos paralelos, en qué consiste la Teoría de Cuerdas o qué pasa si una partícula se encuentra con una antipartícula. Cosas que, a lo mejor, Goyo Jiménez no te puede explicar.

Entonces, ¿vuestro espectáculo es más comedia o más ciencia?

Introducimos mucho de comedia para contar cosas que realmente se explican en la Universidad y que algunas son muy complicadas de entender. Hay gente que intenta explicar ciencia a través de un espectáculo experimental, otros en la televisión... Nuestra propuesta es la escénica, que está funcionando. Esperemos que esto sirva para que la gente entienda la ciencia un poco más, presione socialmente y se cambien los modelos, porque ahora mismo están hechos un desastre.

Utilizáis también referencias cinematográficas para explicar ciertos conceptos científicos...

Sí. Por ejemplo, a mí me gusta mucho Star Wars. No es una pelicula científica por excelencia pero sí es cierto que tiene muchos guiños a la ciencia. Muchos son falsos, otros están mejor basados. Pero lo cierto es que ha aproximado a la gente ideas, como la vida en otras galaxias o viajar a la velocidad de la luz. Conceptos que siempre han formado parte del contenido científico o de la parte mas teórica y que sin embargo se han colado ahí, en medio del panorama más fantástico y más popular. La gente flipa con Star Wars, da mucho juego para la ciencia.

Me veo en la obligación de preguntarte si son posibles los sables láser.

¡Jajaja! Tal y como están planteados en la película y según lo que se sabe hoy por hoy, no. Pero todo es cuestión de darle tiempo...

Desde el año 2009 se ha recortado la partida dedicada a I+D+i en un 36%. Hay 4.000 investigadores menos en España. ¿Qué hacer ante este panorama?recortado la partida dedicada a I+D+i en un 36%

Si tú recortas presupuesto, contratas menos gente y la gente se tiene que ir, se va a países que sí invierten en ciencia. Países muy poderosos en este aspecto como Alemania tienen mucha capacidad para acoger gente, porque son capaces de lanzar contratos y becas. Lo único que hay que hacer es invertir más. En España se invierte de forma muy desproporcionada y muy alocada. Y muchas veces ni se invierte.

¿Se puede vivir de la ciencia en nuestro país?

Hay científicos españoles con muy buena progresión que se encuentran en fases de su carrera en la que no tienen cómo trabajar. De repente te ves con 32 años que tienes que estar tres meses sin contrato porque no ha habido una mejora de ese contrato. Realmente, la carrera científica en España es un deporte de alto riesgo porque tienes que vivir al día: tienes contratos de un año, de otro año... Pero en medio estás tres meses sin cobrar. Y esto le pasa a gente de 35, 40 años que en otros ámbitos profesionales ya tienen sus vidas más o menos resueltas. La verdad es que es un maltrato continuo al investigador.

¿Crees que le interesa a este gobierno mejorar esa situación?

Hasta ahora no lo ha demostrado. Al final, todo el mundo dice: “Sí, la ciencia tal o la ciencia cuál...”. Cualquier discurso político dice que la prioridad es la ciencia, el I+D+i, pero a la hora de la verdad ningún político ha hecho una apuesta seria por la ciencia, de ningún color.

Ojalá me sorprendan las elecciones y aparezca alguien que apueste de verdad por ella. Pero es cierto que el político español es cortoplacista. La ciencia requiere programas de 20, 30 años vista. Lo que hay que hacer son planes a largo plazo, que en política cuesta mucho, porque la gente solo piensa de cara a las próximas elecciones.

Menos inversión, menos científicos, menos políticos interesados en ciencia. ¿Estamos generando un déficit de atención hacia esta rama del saber?

Sí. Es evidente. No lo digo yo, lo dicen todos los números. Hay una tendencia decreciente respecto a motivaciones en el ámbito científico-tecnológico, peligra nuestro modelo social en tanto en cuanto que hay muchas necesidades científicas que la sociedad no satisface. Cada vez más necesidades y cada vez menos gente que haga ciencia. Es por eso que es necesario que la gente entienda que la ciencia es importante. Que tu smartphone es ciencia, que la televisión es ciencia. Que es algo que está en el día a día.

Y esa desafección, ¿también se nota en los jóvenes?

Sí, aunque también va un poco por todo esto de que la ciencia siempre ha sido tradicionalmente “algo aburrido y difícil”. Es esa asignatura “que tanto te cuesta”, aunque yo he visto con mis propios ojos gente que la enseña de forma muy divertida. Ya sea con experimentos, con cuentos... Es una pena que eso no se haya llevado al colegio.

Lo cierto es que la gente está muy desconectada de la ciencia, tú sales a la calle y preguntas algo relacionado con ella y la gente no sabe qué decir. Aunque quizá parte de la culpa la tengan también los propios científicos, que hasta ahora nos ha costado mucho romper ciertas barreras. Nosotros, The Big Van Theory, intentamos romper las barreras. Intentamos “invadir” ciertos espacios como la radio o los teatros para que la gente poco a poco pierda el “miedo”, porque es un miedo irracional.

Hablas de “invadir” ciertos espacios como la radio o los teatros. Ángel Martín, con su programa Órbita Laika en TVE ha llevado la ciencia ante el gran público. Sin embargo, tras una temporada emitiendo los domingos, la cadena pública decidió cambiarlo al miércoles. ¿Adiós al último programa de ciencia en una televisión generalista?

Lo cierto es que Órbita Laika es un programa que funcionaba muy bien, que este año ha tenido más complicaciones. Tenemos el mismo problema de siempre: la audiencia es la que manda y muchas veces es muy complicado que en televisión un programa de ciencia funcione. Hay que seguir trabajando, poco a poco.

A mí me cuesta opinar al respecto del cambio de horario del programa. Es una decisión interna de TVE, habría que ver los motivos por los que lo pasaron al miércoles. Funcionaba los domingos, ahora no funciona los miércoles, porque la audiencia ha caído a la mitad. En este caso es posible que no se haya apoyado los suficiente al programa.

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