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Entrevista

Rodrigo García, un director bajo la sombra de García Márquez: “Es inevitable que me pregunten por mi padre”

Rodrigo García en el rodaje de 'Raymond & Ray'

Javier Zurro

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Hay sombras demasiado alargadas de las que no se puede escapar aunque se quiera. La de un padre suele serlo siempre, pero si encima el padre se llama Gabriel García Márquez, mucho más. Si, para rizar el rizo, su hijo decide dedicarse a contar historias, el peso paternal se hace casi insoportable. Cualquier entrevista con Rodrigo García acaba sacando a 'Gabo' por algún lado. Es lo que tiene que él se dedique a escribir guiones y dirigir películas. Casi siempre lo ha hecho centrado en el universo femenino, con títulos como Cosas que diría con solo mirarla o Nueve vidas. Sin embargo, Raymond & Ray, su último filme -que se estrena en Apple TV+ este viernes- habla sobre dos hermanos por parte de padre que se juntan para enterrarlo.

Un padre abusador y castrador que con ellos fue un ogro, pero que las personas recuerdan como alguien completamente diferente. “Me da igual, es inevitable que me preguntéis por él”, dice García cuando se le preguntan si está cansado de que los periodistas mencionen a su padre o si en esta película hay mucho de su relación con Gabriel García Márquez. Asegura que no lo hay de forma consciente, pero que sabe que “es imposible que no esté ahí, en un bagaje subconsciente” en cuanto habla de relaciones paternofiliales. “Hay mucho de mí en la película, porque yo tengo hijas, y está esa relación, la crianza, la pregunta de si realmente conocen los padres a los hijos y los hijos conocen a los padres… Creo que ningún guionista, ningún escritor, nadie que cuente historias, puede ocultarse de su propia historia. La historia te revela, la historia te desnuda. Entonces, aunque nada en la película es real, me imagino que hay algo ahí que lo está revelando, pero no me atrevería a especular”, asegura.

Se ríe cuando le preguntan que si su padre le influyó mucho. “Siempre me dan ganas de decir, ¿y a ti el tuyo? Es que sea quien sea tu padre, incluso en su ausencia, tiene que haber habido un influencia aunque muriera un mes antes de que nacieras y nunca lo conociste. La muerte acaba con la vida de alguien, pero no acaba con la relación”, dice. En Raymond & Ray los hermanos se preparan para decir adiós, un ejercicio casi freudiano de matar al padre que para Rodrigo García no es sólo “que el hijo tiene que matar al padre, sino que una cosa que parece una contradicción irónica es que los hijos necesitan el permiso del padre para volverse hombres, y el padre de la película nunca les dio permiso para crecer y para ser quienes querían ser”.

Esos dos hermanos tienen el rostro de Ewan McGregor y Ethan Hawke que, aunque cueste asimilarlo, nunca habían trabajado juntos. García siempre se pregunta quiénes le gustaría que interpretaran los papeles cuando acaba un guion, y en el caso de Ewan fue el primer nombre que se le ocurrió. Le gustó lo que le mandó y quedaron para charlar del proyecto y de quién podría dar vida a su hermano. “El nombre de Ethan fue uno de los primeros que pensamos. Se conocían de algo aunque no habían trabajado juntos, pero tenían una simpatía mutua y ganas de hacerlo. Teníamos la esperanza de que hubiera química entre ellos, que fueran creíbles como estos medio hermanos, pero la química es un deseo, no se puede inventar, y por suerte sucedió”, relata.

Confiesa que escribía películas con personajes femeninos porque, además de interesarle, consideraba que le quedaban “mejor que los masculinos”. “He tardado más en poder escribir personajes masculinos definidos, que no fueran todos la misma persona. A medida que he sentido esa mejoría, me he animado más a escribir cosas de hombres. Raymond & Ray no sé muy bien de dónde salió. La idea original era una sola persona, un personaje un poco parecido a Ray, que enterraba a su padre y le veía que estaba él solo cavando y llegaba una mujer con un niño. Pero nunca logré que fuera más de media hora. Fue después cuando se me ocurrió que fueran dos medios hermanos y la película enseguida creció mucho, y luego llegó la ocurrencia de que tuvieran el mismo nombre, algo que me parecía particularmente perverso por parte del padre. Entonces ahí fue donde la idea floreció”, cuenta.

Un padre y dos hijos. Tres tipos de masculinidades. “Ellos dos son víctimas de un padre que no los dejó volverse hombres. Ellos están un poco atrapados en una especie de tardía infancia o adolescencia por un padre que no los no les dio permiso de crecer. Entonces ellos piensan que esto es la oportunidad de enterrarlo y claro, les crea una crisis y a lo mejor les permite ahora tener esa oportunidad. Pero sí, son víctimas de lo que se llama ahora la masculinidad tóxica. Incluso el propio padre, como dice Raymond, también fue víctima de un pésimo padre. Hay una tendencia a repetir y a vivir como uno creció”, analiza el director.

He leído los primeros tres o cuatro guiones de la adaptación de 'Cien años de soledad'. Nuestra condición como familia siempre fue que se hiciera en español y en Colombia

Rodrigo García Director de cine

Como pasa cuando en los telediarios preguntan a los vecinos de un criminal, donde todos recuerdan lo buena persona que era y que saludaba en el pasillo, aquellos que conocieron al padre de Raymond & Ray en su última etapa describen a alguien que sus hijos no conocieran. Ellos “lo describen como frustrado, enojado, acomplejado, duro con ellos y con la gente de fuera fue mucho más complaciente”. “Es cierto que somos una persona diferente con cada persona. Además en la película es una persona recién muerta, así que no se van a encontrar con nadie que le diga que su padre es un hijo de puta, entonces, claro, para ellos es un poco una crisis. Se preguntan si lo conocieron realmente o no, si era un cabrón o no. Y finalmente, bueno, está esa idea de que tus padres son personas como cualquiera. No son ‘ni tan, tan; ni muy, muy’ como dicen en México”, relata.

Mientras rueda y escribe nuevas películas, Rodrigo García sigue con una labor que muchas consideran imposible, la adaptación en forme de serie de Cien años de soledad, la obra maestra de su padre que verá la luz próximamente en Netflix. Informa de que el proyecto “está muy avanzado, han escrito ya varios guiones”. No sabe cuántos episodios serán, pero cree que la serie tendrá una duración de “entre 14 y 18 horas, más o menos”. “Yo he leído los primeros tres o cuatro guiones y realmente estaban muy bien, muy bien adaptados por José Rivera. Nuestra condición como familia siempre fue que se hiciera en español y en Colombia para evitar el ‘Hollywoodismo’. Netflix estuvo de acuerdo siempre en eso. Mi hermano y yo estamos involucrados como asesores, yo ofrezco mi opinión, mi apoyo, pero no estoy cotidianamente. Creo que sería muy molesto ser el hijo del autor, que además es director, estando ahí diciendo que lo están haciendo mal, sería absurdo. Entonces tienen mi opinión y mi apoyo, pero también estoy dando distancia para que los creadores que la están haciendo la puedan hacer, no con tranquilidad, porque es un gran reto, pero sí por lo menos sin que esté yo jodiendo”, dice.

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