Fantasmas, monstruos locales y alienígenas en Madrid
La cultura manga tiene solo 70 años. Es hija de la dolorosa derrota del 45 y de la ocupación aliada. Entre los 50 y las olimpiadas de Tokio en 1964, la cultura pop y la emergente cultura publicitaria norteamericana se aparea naturalmente con el folklore japonés, que ya era melange del shintoísmo local, el budismo que importaron los predicadores chinos en 522 y la cultura violenta y fronteriza del samurai.
También es hija de la bomba H, cuya visita incendió la historia con un verbo hasta ahora desconocido y que la cultura nipona no ha dejado de conjugar de manera obsesiva desde entonces. La resaca de aquella visita les trajo un extraño posthumanismo, una nueva relación con los cuerpos celestes y con las criaturas que llegan del espacio exterior. Esta es la receta que ha querido deconstruir la comisaria Kodama Kanazawa en Un planeta enloquecido: fantasmas, monstruos y alienígenas en el manga, la muestra que se inaugura el próximo miércoles 20 de enero a las 19 horas en la Nave 16 de Matadero Madrid.
Animismo del espacio exterior
Un ejemplo, nada más entrar, es Urusei Yatsura, el superventas de la reina del manga Rumiko Takahashi. Se trata de una delirante comedia de enredos donde aliens, monstruos, dioses, espíritus maliciosos y distintos personajes del folklore nipón se dan cita en una anodina ciudad japonesa para trastornar la vida de un sufrido estudiante de secundaria llamado Ataru Moroboshi. Para Kanazawa, este manga comercial expresa la desconfianza y el desencanto de la generación que nace en la transición de la cultura ancestral china a la sociedad de consumo.
Urusei Yatsura se estrenó en la revista semanal Shōnen Sunday en 1978 y duró hasta 1987. Takahashi fue la primera mujer en superar la venta de un millón de ejemplares de sus mangas y es la única mangaka traducida al castellano de la muestra, junto con el recién fallecido Shigeru Mizuki, el más bello de los dibujantes nipones.
Entre los desconocidos en España -pero archifamosos en Japón- está Hideo Azuma, estrella del underground. “Es tan tan underground que otras piezas más famosas demasiado delicadas para exponer -nos explica Kanazawa- por su fuerte contenido sexual o grosero”. Yoru no Sakana, la obra que sí ha entrado en la sala, ilustra su vida diaria plagada de paranoia y los monstruos que lo visitan. ¿Trastornos mentales? “Es un alcohólico famoso pero no es un diario de su delirium tremens -aclara la comisaria.- Los personajes que invoca son perfectamente coherentes con la fantasia colectiva del Japon”.
Los bordes imprecisos de lo nuestro
Natsujikei Miyazaki, más popular entre la generación que ahora acaba la universidad, tiene un estilo peculiar que nos hace cuestionar si el protagonista es humano como nosotros o no. O el dibujante. La conexión entre humanos, tema central de su obra Senro to Ie, se manifiesta a traves de dibujos un poco destruidos porque dicha conexión es frágil.
“Esta pieza es muy contemporánea -explica Kodama. -Pensando en la larga historia de las artes visuales, si pensamos en cómo el Renacimiento muestra a los humanos de manera realista, creo que en nuestra época, con las redes, se esta perdiendo la resolución de lo humano”.
En otros ejemplos como Dai Nana Joshikai Hoko de Tsubana o Kusaka Kydoai de Haruko Ichikawa, la relación con lo otro es aún más difusa y surrealista. La primera describe la vida cotidiana de un instituto para muchachitas que a veces viajan a otras densiones o reciben la visita de otras dimensiones. La segunda, todavía más surrealista, establece un universo de comunicacion con las plantas, insectos y piedras. Aquí hay alienígenas, pero se aparecen como estrellas fugaces. Kodama lo considera una nueva interpretación de lo extraño.
La nueva estrella de la animación japonesa
La segunda mitad de la muestra está dedicada al jovencísimo artista Ryō Hirano (1988), estrella emergente del arte nipón al que no se debe confundir con el bailarín de mismo nombre en la Royal Ballet de Londres. Hirano tiene dos webcomics de gran popularidad Fantastic World y Mirror Ball-Chan y varias animaciones, mezcla de formatos, procesos y tácticas narrativas, que han asombrado a los festivales internacionales y entrado en los museos de arte de Tokio. La pantalla más grande de la muestra de Matadero contiene dos: Holiday (14'') y Paradise (20''). Está rodeada de algunas de yōkai (criaturas mágicas) que pueblan su universo, incluyendo un cerebro mágicamente desposeído de cuerpo pero tan lleno de personalidad como El caballero inexistente de Italo Calvino.
Si a veces la muestra parece requerir más contexto del que ofrece, es porque esta originalmente comisariada para el Japan Media Arts Festival, una de las citas más importantes del arte digital, tecnológico y new media, que incluye entre sus numerosos apartados una sección dedicada al manga, además de sustanciosos premios. Por eso sería especialmente enriquecedor acudir a la visita guiada con su comisaria el sábado 23 de enero a la una de la tarde. La programación se completa con el coloquio Hirano Ryō ¿De dónde parte la fantasía?, moderado por Kanazawa y con la participación online del propio Hirano y presencial de Carlos Rubio y Marc Bernabé (17h) y la Proyección especial Retrato de animación japonesa, a partir de las 19:30.