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“Para evolucionar hay que cambiar, tanto en la política como en la vida”

David Sarabia / Alejandro Navarro Bustamante

El Langui (Madrid, 1980) se presenta: Hola. Es su primer disco en solitario. Hasta hace dos años formaba, junto con Gitano Antón, La Excepción. Ese fue el punto de partida. “Ay si hubiera existido el internet que tenemos ahora en aquel momento...”, se lamenta Juan Manuel Montilla. Atrás quedan 10 años en los que ambos raperos causaron poco menos que un 'boom' en el panorama musical español. Letras en clave de humor, lenguaje cheli, tintes flamencos y, sobre todo, un mensaje que animaba a dejar los complejos aparte.

Ahora El Langui va por libre. Ha decidido promocionar su disco él mismo, olvidarse de las grandes multinacionales y productoras. Hay una colaboración estelar de Andrés Calamaro, amigo del rapero desde hace varios años. Dos temas producidos por R de Rumba, otro par por Acción Sánchez. Es su LP más ambicioso, también porque es el primero: “Es por el que más voy a apostar y por el que más me voy a dejar la inversión”, dice Langui. Un encuentro en Madrid sirvió para revivir el pasado, hablar del futuro del rap en España y de la situación política del país. También de Hola y alguna de sus 17 pistas.

¿Qué recuerdos te trae el rap en España si hablamos de cuando La Excepción copaba las listas de ventas?

Mucha ilusión e inquietud. Mucha ignorancia. Me creía capaz de conseguir lo imposible. Lo recuerdo con mucha positividad. Con mucha añoranza. Realmente nunca va a ocurrir lo mismo que ocurre hace años.

¿Y qué ocurre ahora?

Si hubiera existido el internet que tenemos ahora en aquel momento... Si nosotros, La Excepción, hubiéramos salido ahora, habríamos sido un 'boom' tremendo. Por aquel entonces no se estilaba internet. Y fíjate lo que consiguió La Excepción: 45.000 discos vendidos, artistas de todos los gremios escuchándonos, todos los medios nos querían...

En la calle se originó un movimiento brutal: daba igual un rapero, que un popero, que un rockero, que un carpintero de 50 años, que un joven de 16. Todo el mundo era Excepción, estábamos en todos lados. El boca a boca era increíble. Imagínate si hubiéramos salido ahora, en este año. Si internet hubiera estado como está ahora, pero en el 2000.

Internet, un factor clave para el devenir del rap en España y de la música general.

Un factor clave ahora. Yo no necesito internet, realmente. No necesito internet para nada, ni ahora ni entonces. Lo que hace internet es que te da mucha más posibilidades y facilidades. Ahora la demanda es brutal. Antes costaba mucho más llegar. Había que tener un enchufe grande, que una multinacional te cogiera o que verdaderamente valieras.

Y bueno, por así decirlo, nosotros no teníamos un soporte, una compañía, como pudiera tener cualquier otro artista. Entonces era todo boca a boca. Era lo que realmente la gente demandaba. La gente preguntaba... “¿Has escuchado a este grupo?” “¿A este otro?” Y de repente los medios de comunicación nos mostraban al resto porque ellos querían tenernos en sus programas, radios y periódicos. Yo no necesité internet.

Y hablando sobre radios... ¿Por qué no escuchamos rap en ese soporte?

Me lo pregunta todo el mundo. Qué voy a decir... A mí me encantaría. Yo soy de los MCs que, entre comillas, menos me puedo quejar. Soy el que más suena donde no suenan otros raperos. Yo llego a que mi música la puedan proyectar o decidan proyectarla en programas o en emisoras de radio donde no suena rap. Pero aún así, no puedo entrar en ninguna radiofórmula. Encima yo no lo digo, ni mis canciones lo dicen y la gente me pregunta a mí porque le resulta inquietante y porque lo quieren.

¿Cómo es Hola?Hola

Es el disco más ambicioso de mi carrera. El más conceptual, el más redondo. Es por el que más voy a apostar y por el que más me voy a dejar, digamos, la inversión. Una inversión grande como podría tener otro grupo de cualquier otra multinacional: con anuncios en televisión, con anuncios en las estaciones de metro, con carteles por todos lados, anuncios en marquesinas o en pantallas de Callao, de Gran Vía, campañas en internet, etcétera.

Has autoeditado el disco.

Tanto el single musical como la imagen no tiene nada que envidiar a ninguno de los artistas que están en primera línea, como Alejandro Sanz, Pablo Alborán o Melendi. No tiene nada que envidiar. Como yo sé que cuando saco un disco, voy a ir a las cadenas y me van a decir... “Uy es que no pasas el corte, tu canción provoca rechazo...”, pues he hecho mi propio dossier de prensa. He cogido mis discos y los he dado. Entre la gente que conozco y entre la gente que no, de diferentes ambientes, niveles y edades. Gente mayor, de 50, de 40, 30, y de 15 años.

He hecho un estudio con una serie de preguntas. Las tres canciones que he dado a conocer tenían una aceptación y un baremo por encima de la media. Un nivel de aceptación increíble y un rechazo mínimo. Ese estudio que yo he hecho, que me ha costado dinero, no coincide con lo que me dicen a mí los otros estudios de grabación, las cadenas.

¿Por qué no editan las grandes cadenas discos como el tuyo?

Yo creo que lo que les gusta es tener a la población adormilada. Que donde tengas una canción de pop hablando del amor y todo el rato del amor y como mucho con un poquito de reggaeton... “Te pongo a Pitbull. Perrea y tal, de ahí no te saco. O si te saco te vuelvo a sacar al amor. Que está guay en realidad. Chapeau por los demás artistas: por Alejandro Sanz y el resto.

Hablando con Toteking le preguntaba sobre si el rap necesita referencias políticas o a la sociedad que nos rodea. ¿Estás de acuerdo?

Hacer un disco de rap político termina cansando.

¿Pero no es reivindicación el rap?

¡No! El rap es un estilo musical. Y partiendo de ahí, tú puedes hacer el rap que te dé la gana. Puedes hacer un rap con mensaje, un rap sin mensaje, un rap político o puedes hacer un rap de fiesta. Lo que quieras. Sí que es verdad que el rap, las primeras canciones, Grand Masterflash, Public Enemy, NWA... Sí que narraban una critica social que era como se vivía en aquel entonces. Pero igual que tenía esa crítica social, luego te hablaban de otras cosas. Te pueden hablar de amor y te lo hacen con su forma, y te pueden hablar de muchas cosas. Sí que tenía ese tinte social, que es el que ha perdurado.

Tote a veces está más reivindicativo, otras más políticamente incorrecto y otras más freestyle. Luego, evidentemente están los gustos. A mí un disco me lo cargas políticamente de rap todo el rato y para escuchármelo entero, a lo mejor me llega a cansar.

¿Qué tipo de rap hay en Hola?Hola

Este disco es conceptual, tiene tanto reivindicación como de repente una canción de mi hijo, de la vida o una canción de fútbol. O de repente te hago una canción de la gente que mira hacia mí y ve por dónde está el camino. O me pongo con Hate y Capaz a “pintar” un cuadro. Lo mío es muy conceptual pero porque a mí me gusta.

Me nutro de las inquietudes que tengo y entre ellas hay un abanico muy grande. Me pasa como persona, tengo muchas inquietudes y por eso mis facetas son muy abiertas. Así como te hago radio, te hago interpretación, como música, como un libro. Pero porque me gusta ese abanico, porque la variedad complementa la sociedad, entonces, si me centro solamente en una cosa no me va a enriquecer. Termino en un bucle.

Ha habido una parte de reivindicación en este disco para las grandes multinacionales. No solo de la música, sino en general. Eléctricas, de gas, móvil... Y cómo nos tienen. Los contratos que mantienen con nosotros, que parece que están blindados y hasta que no cumplas no te puedes ir. Nos sangran todo lo que pueden y más.

¿No se ha caído en el error de encasillar al rap?

Yo no lo veo así. Lo estás encasillando tú... A mí no me pasa eso. ¿Tú lo ves así, crees que hemos encasillado al rap?

En cierto modo creo que se le ha exigido al rap en este país tener un mensaje siempre. 

Eso en EEUU no pasa. Y EEUU es la cuna del rap. Deberíamos de fijarnos en ellos. Con nuestros textos y nuestras cosas, pero fijarnos en la cuna. Es como cuando hacen flamenco en otro lado del mundo. Lo harán con su estilo, con su gracia propia, pero que se fijen en la cuna, que somos nosotros. Como cuando el flamenco se expandía y cogían de aquí, de allí... Y de repente te cantaban poemas de artistas importantes.

Hola también cuenta con alguna canción reivindicativa o “política” entre las 17 que componen el disco. ¿Cómo ve El Langui la situación política actual en España?Hola

Como lo vemos una gran mayoría. Deseando que haya un cambio ya. Un cambio radical. Es tan necesario para seguir creciendo... Para evolucionar hay que cambiar. En todos los aspectos, tanto en la política como en la vida. Y más, tal y como está el país ahora mismo. Y todos estos años atrás. El cambio es inminente. Hay que votar al cambio. Las mayorías absolutas, por lo poco que sé de política, creo que no son buenas.

Entonces, ¿qué hacemos?

Lo fundamental es asumirlo y saberlo. Y que cuando no se esté de acuerdo en una cosa, se cree consenso, se dialogue y se llegue a una mejora. Hay que hacerlo bien. Tiene que haber un cambio pero sin mayoría absoluta. Si hay dos, tres, cuatro partidos, es para que se avance. En algunos momentos habrá que ceder unos, en otros otros. Pero siempre para mejorar el país. España necesita una educación básica de calidad. A la gente de a pie, de las calles, les tienes que dar cultura. Si no les das cultura esto no avanza, esto se muere. Tampoco estoy descubriendo mucho.

Quizá haya que tomar las calles, no en el sentido romántico del término. Sino en que la gente tenga presencia en esas mismas calles: arte urbano, espacios urbanos... ¿Que la gente sienta su barrio como propio?

Cuando hay cultura, un país crece. Pero está visto que este país lo que no quiere es que haya cultura. Los creadores no podemos seguir creando. Y con eso estás jodiendo también al consumidor, porque no va a recibir esa cultura. Entonces, ¿qué tenemos? Lo que ellos quieren: una población amuermada escuchando: “Y tú, y tú, y solamente tú...” o a gente que viene de la calle y ve que si sales ahí, sin escrúpulos ni nada, en dos minutos puedes ganar pasta rápida y fácil. Pero, eso sí, enseña tu mierda. Déjame que te humille en la televisión. A la sociedad le gusta la humillación. En la televisión se lleva la humillación. Cuanto más se humille mejor. Y es que luego somos masocas: después lo consumimos.

No nos vale de nada decir: “No es que es lo que nos ponen. Es que no hay otra cosa...”. Claro que hay otras cosas. Si tú lo buscas hay otra cosa. Canales hay muchos. Libros, internet... Si nos volvemos cómodos, morbosos... y nos gusta ver cómo humillan a los demás en la televisión, es que tenemos un problema. Tanto los españolitos como el ser humano, en general.

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