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Las librerías reducen su precariedad laboral en plena pandemia

Aspecto de una librería del centro de Barcelona

Peio H. Riaño

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La salud de las librerías parece de hierro y no solo por el crecimiento de las ventas en 2021. Entre 2019 y 2020 se crearon 8.000 empleos fijos nuevos, de los que 5.000 fueron contratos firmados por mujeres. “Somos un sector estable a pesar de todo”, asegura Álvaro Manso, portavoz de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) que acaba de publicar los nuevos datos anuales sobre las 3.200 librerías independientes —cuyo mayor volumen de negocio son libros— que forman parte del censo. En el año de la pandemia cerraron 41 establecimientos y abrieron 45.

El análisis elaborado por la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza descubre un diagnóstico atípico para las desastrosas consecuencias que la pandemia ha causado en la economía de las industrias culturales españolas. Las librerías han dado un importante paso contra la precariedad: el 11% de ellas aumentaron el número de trabajadores fijos frente al 8,2% que lo redujeron. Mientras el 5% de ellas aumentaron el número de trabajadores eventuales, el 10,4% de ellas los redujeron. Además, el informe de CEGAL destaca que el 60% de los trabajadores de estos establecimientos son libreras y descubre que ellas son la mayoría en los puestos fijos y ellos tienen la mayoría de los puestos eventuales.

En este salto contra la precariedad ha sido decisivo el crecimiento inédito de la presencia de la venta online. El informe indica que antes de 2020 apenas eran un 20% las librerías que vendían por este canal, que en un año se duplicó. A la fuerza. En el año de la pandemia las librerías independientes que utilizaron este canal creció hasta casi el 40%. Los comercios se expandieron durante el confinamiento gracias a una vía comercial que hasta el momento habían identificado como la aliada de Amazon. La aparición de todostuslibros.com ha sido decisiva en ese sentido.

En la actualidad, según el estudio, el promedio de ventas por internet supone el 12% de su facturación anual. Todavía hay mucho margen de crecimiento. De hecho, el Ministerio de Cultura tiene previsto destinar un millón de euros de los fondos europeos, tal y como ha podido saber este periódico, al desarrollo digital del comercio de librerías a través de la mencionada plataforma. El análisis también muestra que cuanto más especializada en la librería, más vende online.

Librerías en la España vaciada

En 2020 se hizo evidente que el valor de una librería está más allá de sus paredes, sobre todo en las ciudades. “El análisis muestra que a medida que aumenta la facturación incrementa notablemente el número de librerías que utilizan el canal online”, dice el informe patrocinado por el Ministerio de Cultura. El 7% del censo son establecimientos, con facturaciones por local por encima de 600.000€ al año en libros. Casi el 75% de estos venden online.

Quizá el peor dato del informe es el número de establecimientos por cada 100.000 habitantes. Así como en 2008 eran 15 librerías y en 2014 había caído hasta las 12, ahora mismo en España hay una media de 6,8 establecimientos por cada 100.000 habitantes. A pesar de que Madrid ostenta el mayor número de librerías (441) seguida de Cataluña (438) tienen un porcentaje de densidad de comercios muy bajo: 6,5% y 5,6% respectivamente. Las autonomías mejor dotadas en este sentido son Galicia (299) con un 11,1%; La Rioja (34) con un 10,6%; Castilla y León (252) con un 10,5%; Navarra (68), 10,3%; y Asturias (103), 10,1%. Melilla (con tres librerías) es la peor parada, con un 0,1%.

Las librerías españolas son un sector muy resistente y vulnerable. Una complicada paradoja: la mitad de las librerías incluidas tienen más de cuatro décadas de vida, pero también la mitad de ellas sufren para llegar a fin de mes porque facturan menos de 90.000 euros al año. De hecho, las librerías más grandes facturan más de 1,5 millones al año tienen once trabajadores y las más pequeñas facturan menos de 90.000 euros, y es habitual que en estas solo sea el propietario el que trabaja. Álvaro Manso explica que aquellas que facturan menos de 90.000 euros se encuentran en focos rurales. “Son las que peor lo pasan. Tenemos en marcha el proyecto Librerías abiertas con el que pretendemos salvarlas, pero todavía estamos pendientes de dotarlo con presupuesto derivado de los fondos europeos”, cuenta el portavoz de CEGAL.

En 2020 el Ministerio de Cultura aprobó de carácter excepcional una inversión de cuatro millones de euros en ayudas a las “librerías independientes”, una cantidad inédita fundamental para la supervivencia de estos comercios. La misión de la inyección fue la financiación de proyectos de adaptación estructural y de mantenimiento del negocio para paliar aquellas situaciones derivadas de la emergencia provocada por la COVID-19. Cada librería pudo reclamar un máximo de 25.000 euros.

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