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Pablo Carbonell: “Hay una mala leche en la atmósfera que impide usar la libertad de expresión”

Pablo Carbonell publica su primera novela

Carmen López

Pablo Carbonell (Cádiz, 1962) habla en broma muy en serio. Está en Barcelona presentando su nuevo libro Pepita (Ed. Destino), su primera incursión en la literatura de ficción, aunque en las entrevistas también aprovecha para hablar de la vuelta de su grupo de música Los Toreros Muertos. Tiene mucha pasión por lo suyo.

Charlamos en la terraza-jardín de un hotel del centro de la ciudad. Un entorno muy tranquilo, no como él. Es locuaz, lanza balones fuera cuando le apetece, le gusta provocar y no deja de lado la guasa.

En 2016 publicó su autobiografía El mundo de la tarántula (Blackie Books) y ahora Pepita ¿Le ha cogido el gusto a escribir? El mundo de la tarántulaPepita

Sí. Y es una de estas cosas que hasta que no las haces, no sabes para qué sirven. Es como hacer dieta o ayuno. Escribí las memorias por dinero, porque me había pillado los dedos. Estaba convencido de que ese libro no tenía ningún interés y lo petamos.

Hubo gente que me lo agradeció. Yo hasta entonces no sabía que un libro pudiera hacerse amigo tuyo. Que te escuchara, que te perdonara, que te consolara, te secara las lágrimas… no sabía que eso pasara con las autobiografías. Me vino muy bien descubrirlo.

¿Por qué quiso escribir ficción?

Pues no lo sé. No sabía que manejar a unos personajes te convierte en una especie de dios. Tú coges personajes y cuando quieres, les das un puñetazo o los tiras por unas escaleras. Es fantástico, una sensación muy agradable.

Dice que la gente le agradeció sus memorias. ¿Qué espera que el lector obtenga de Pepita?Pepita

Todo el mundo piensa que soy un juerguista y es verdad que me gusta divertirme y me gusta celebrar. Tengo muchos motivos para ello. Pero también tengo un moralista dentro y Pepita es una moraleja contra la codicia. Posiblemente viene de mi padre, que era una persona intachable.

Los Toreros Muertos vuelven con Estruendo folklórico ¿Por qué este regreso? Estruendo folklórico

Porque nos divertimos. Cuando disolví el grupo en el 93, fue por un trastorno pasajero en el que pensé que yo tenía un poeta dentro y fui a buscarlo. Pero no lo encontré. Hice tres discos y eran la misma chorrada de siempre. Me equivoqué, no soy Rimbaud, soy un payaso.

¿Cómo ha cambiado la industria musical desde que empezaron hasta ahora?

Ha cambiado tanto que nosotros no tenemos ni discográfica. Bueno, yo tengo una discográfica, 18Chulos, pero no me la recomiendo ni a mi mismo. Es nefasta, solo tenemos un empleado.

Pero esa empresa ha evolucionado y se ha convertido en una empresa de gestión de eventos, ¿no?

Sí, pero a mí no me consultan nada aunque la gente cree sí. Tenemos un armario lleno de maquetas, y ni las escuchamos, van a la basura directamente. No, en serio, no sé lo que hacen, es que yo ni voy. En realidad esa compañía para lo único que servía era para grabar los discos de Javier Krahe, que ya era bastante. Y ahora diría que solo distribuimos. Pero vamos, que el último disco de los Toreros Muertos no tiene compañía y nadie la ha echado de menos. Ahora la compañía tiene que ser tu mánager. No te saca el disco si no se lleva un mordisco de los conciertos.

Sindicatos de Música está haciendo muchas campañas por los derechos de los trabajadores del sector. ¿Se ha visto alguna vez en la tesitura de tener que reclamar su dinero o el de la gente que trabaja a su alrededor?

No he votado jamás en la SGAE. A mí alguien que quiere ser el director o el presidente de algo me causa repelús. La SGAE antes venía a todos los sitios. Incluso en conciertos clandestinos aparecía un tío con la hojita de de autores. Y ahora a lo mejor va a esos sitios pero no a los macrofestivales. No sé si es que los empresarios que los organizan le dan un sobrecito a los de la SGAE para que no vayan. En realidad, el dinero de la música se genera en la carretera.

Entonces toda esta actividad frenética de escribir, hacer cine, dar conciertos... ¿Es para ganar dinero o por gusto?

El componente económico es lógico. Pero es que lo pasamos muy bien y además eso nos mantiene en forma. Yo tengo 56 años, pero cuando me subo al escenario tengo 20. Es una cosa cojonuda porque ese espíritu te sana.

Será un poco difícil de conciliar la vida personal con las giras...

No, yo creo que mi familia está encantada de que me vaya por ahí, si estuviese las 24 horas en casa la concordia familiar se podría ir al garete. Y este libro lo he podido escribir porque estaba de gira. Paso mucho tiempo en hoteles o en trenes. Pero los niños crecen y no los veo, esa parte es amarga.

¿Quién va a sus conciertos ahora? Los más jóvenes parecen decantarse por otro tipo de estilos.

Gente que quiere enamorarse. Vienen a nuestros conciertos a ligar. Provocamos una especie de trastorno en el respetable que acaba casi siempre en el concubinato. No sabes la cantidad de veces que nos han dicho “nosotros nos conocimos en un concierto vuestro y ya tenemos seis niños. El primero lo engendramos esa misma noche”. Aumentamos la densidad de la población.

Pero qué edad tienen, ¿ha habido un relevo generacional?

Seguimos teniendo los mismos jóvenes de 60 años. Los chavales que vienen a ver nuestros conciertos se quedan muy estupefactos porque no se esperan que señores que podrían ser sus padres estén tan trastornados y disfruten de una libertad de expresión que ellos casi no usan. El mensaje que transmitimos tan iconoclasta o tan idiota les sorprende mucho porque están acostumbrados a escuchar canciones que no se entienden, sin mensaje.

¿A qué se refiere cuando habla de esa libertad de expresión que no utilizan?

Me refiero a que hay una mala leche en la atmósfera que te impide usarla porque hay gente que te critica.

¿Está hablando de “los ofendidos”?

Mejor los ignoramos, o los bloqueamos.

¿En las redes sociales como Twitter? Puede ser que alguien que no participe en eso perciba menos esa mala leche de la que habla...

No quiero decirlo, pero lo cierto es que cuando abro la puerta del camerino para saludar a quien viene hay pocas chicas.

¿Por qué puede ser?

No sé, ¿se han convertido en abuelas?

Al feminismo se le acusa muchas veces de ser parte de esa gente que se ofende mucho. Ha dicho que la protagonista de su novela, Pepita, es feminista ¿se ofendería ella?Pepita

No. Y con nosotros nada. Los Toreros Muertos hacemos crítica. Tenemos canciones que a priori parecen insultantes o vejatorias pero en realidad son homenajes.

Pero la gente puede no entenderlas así.

Si nos ves en directo, sí. Si las escuchas en un disco, no. Igual es que muchas de las cosas que hago no sé por qué las hago. Las hago para después mirarlas. Los dos primeros discos los improvisé y se nota. Para las últimas canciones me senté, las escribí, conté las sílabas, busqué rimas consonantes… Antes me salía todo del subconsciente.

Con tantas cosas como hace, si le preguntan a qué se dedica, ¿qué dice?

A divertirme. La técnica que utilice para hacerlo es irrelevante. Mi tarea en esta vida es pasarlo bien. Hay gente que piensa que no soy muy ambicioso, pero es una cosa a la que dedico mucho tiempo. Hay días que acabo agotado.

Teniendo en cuenta esto, ¿va a ir a votar el 28 de abril?

Sí, voy a votar al PSOE. No me pone nada Sánchez, nada. Pero creo que es el menos mediocre. Y el que menos miedo me da.

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