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DISCOS DE LA SEMANA

Pharrell Williams se pone serio en lo nuevo de N.E.R.D.

Luis J. Menéndez

N.E.R.D.

N.E.R.D.

No One Ever Really DiesColumbia / SonyFUNK -RAP8/10No One Ever Really Dies

“Que el éxito de Happy no nos haga olvidar quiénes somos en realidad”. Esa parece ser la máxima tras el quinto álbum de N.E.R.D., el primero en ocho años en los que la música negra ha alcanzado cotas inimaginables de popularidad en Estados Unidos y, por extensión, en todo el mundo. Un vistazo a los créditos revela que No One Ever Really Dies -el acróstico que se esconde tras el nombre del grupo- es el trabajo de N.E.R.D. en que la influencia de Pharrell Williams se revela mayor a nivel compositivo y, por supuesto, interpretativo.

Curiosamente, es también una reunión de amigos en la que se dan cita alguna de las voces más conocidas de la música popular del momento: Rihanna, Gucci Mane, Kendrick Lamar, M.I.A., el Outkast André 3000, Future o Ed Sheeran. Un paseo de las estrellas que, a priori, podría amenazar la estabilidad del disco.

Sin embargo, hay que colocar en el haber de Williams su buen hacer a la hora de incorporar a cada artista a su propuesta artística y no al revés. Así, por ejemplo, nos encontramos con Rihanna en el inusual papel de rapera en el primer single, Lemon; o Ed Sheeran prestando su voz a una suerte ragga electrónico para cerrar el disco.

Por lo demás el funk del siglo XXI marca de la casa da pie aquí a temáticas más adultas de lo que Williams nos ha tenido acostumbrados últimamente. La mayor parte del álbum lleva acuñado el logo de “explícito” por sus letras, como si quisiera asegurarse de que en esta ocasión sus canciones no sonarían una película infantil.

Con su groove quedón, deudor del mejor Stevie Wonder, una canción como Don’t Don’t Do It es buen ejemplo de ello: apoyado por Kendrick Lamar, recupera las palabras de la esposa de Keith Lamont Scott cuando asistió al asesinato de su marido a manos de la policía de North Carolina. No One Ever Really Dies es puro entretenimiento, sí. Entretenimiento inteligente, pero entretenimiento a fin de cuentas.

No obstante, Pharrell se niega a ocupar tan solo ese espacio en el amplio espectro del pop del siglo XXI. Tendrá que esforzarse para ocupar al lugar de otros cronistas de la comunidad afroamericana que tiene bien cerca.

Bug

Bugen el discurso musical, en su caso <a href=“http://bugbuam.bandcamp.com/album/calamitas” data-mce-href=“http://bugbuam.bandcamp.com/album/calamitas”>Calamitas by BUG</a>

CalamitasInterstellarPOST-HARDCORE★Calamitas

8/10

No confundir con The Bug, uno de los alias del noisemaker Kevin Martin. Aunque, como aquel, los austriacos Bug exploran las posibilidades de la catarsis en el discurso musical, en su caso a partir de la clásica formación rock compuesta por guitarra, bajo y batería. Y voz, por supuesto. La voz de un Markus Dolp dispuesto a dejarse las cuerdas vocales en cara fraseo, aplicando el libro de estilo del death metal y haciéndolo colisionar con la tradición más extremista del hardcore neoyorquino.

Porque hay mucho de Unsane, The Jesus Lizard, Big Black y de los primeros Today Is the Day en un disco desafiante y abrasivo, aunque más ortodoxo en lo musical de lo que la voz de Dolp nos da a entender. Las nuevas canciones de esta formación clásica del underground continental están compuestas a partir de riffs repetitivos y cortantes, como ese “cuchillo para cada corazón” que da título al cuarto tema del disco. Puñaladas traperas que harán emitir gruñidos de placer a los fans más macarras del sello Touch & Go. Macho-rock en estado puro.

Prurient

Prurient

Rainbow MirrorProfound LoreINDUSTRIAL★Rainbow Mirror

7/10

Desde que hace dos décadas comenzara a dar a conocer sus primeras composiciones, Dominic Fernow ha publicado algunos de los discos más desasosegantes y molestos (esto es, extremos) de la escena industrial. Y Rainbow Mirror no es la excepción. Excesivo, incluso habría que decir desmesurado desde su propia concepción -3 horas y 20 minutos de música, con casi una decena de temas que superan los quince minutos de duración- lo nuevo de Prurient es un “lo tomas o lo dejas en toda regla”. Aquellos valientes que se decidan por la segunda opción se encontrarán de hecho con la cara más abrupta del músico neoyorquino.

Es cierto que Rainbow Mirror no alcanza el grado de agresión sonora de trabajos prececentes como Black Vase, en los que llegó a representar el terror en forma de piezas ¿musicales? Pero, a pesar de títulos tan poco amables (y descriptivos) como “Caos-sexo”, “Kimono azul sobre cadáver” o “El día de los inocentes pinta siniestro”, estos quince temas instrumentales profundizan mayormente en las posibilidades del drone y la hipnosis aplicada a la música.

Dice el propio Dominic Fernow que, cuando se cumplen veinte años del nacimiento del proyecto, Rainbow Mirror supone una mirada al pasado que pretende profundizar en sus orígenes, a caballo del ambient, el noise y los pioneros de la música industrial (Throbbing Gristle, Cabaret Voltaire,…). El resultado es intimidante... en todos lo sentidos.

Ut

Ut

Ut / ConfidentialOutPOST PUNK★Ut / Confidential

8/10

En un momento como el actual, en que el debate sobre la presencia de la mujer en el contexto del rock se ha convertido en una constante, no está de mas recuperar a pioneras como Ut. El trío, formado en Nueva York a finales de los 70 por Nina Canal, Jacqui Ham y Sally Young, suele contextualizarse dentro de la escena No Wave, junto a bandas como DNA, Teenage Jesus & The Jerks, Mars, los primeros Sonic Youth o compositores como Glenn Branca y Rhys Chatham.

En realidad, y aunque es cierto que comparten con esos nombres su interés por las posibilidades de la disonancia en las guitarras eléctricas, su propuesta es más estructurada y menos radical que la de la mayor parte de los grupos No Wave. Y por eso no es de extrañar que con los años el grupo terminara instalándose en Londres: musicalmente tienen mucho más que ver con bandas británicas también compuestas por mujeres como Raincoats, Au Pairs o The Slits.

Aunque Ut se disolvieron en 1990 dejando tras de sí tres largos, Canal, Ham y Young se han reunido puntualmente en diversas ocasiones desde entonces. La última este mismo año, de la mano de esta reedición de sus dos primeros Eps: el homónimo Ut (1984) y Confidential (1985).

Out Records, el sello que publicó ambos, acaba de reeditarlos en vinilo en un lanzamiento doble, aunque cada uno de los EPs cuenta con su propia carpeta. No cabe en su caso dar rienda suelta al tópico de que esas primeras grabaciones muestran los balbuceantes comienzos de la banda. En el momento de entrar en el estudio, Ut contaban con cinco años de experiencia como grupo y la consecuencia de ello son siete canciones catárticas y estridentes que se sitúan a la altura del resto de su producción.

Yasuaki Shimizu

Yasuaki Shimizu

KakashiNippon Columbia / Palto Flats LLCAVANT POP8/10Kakashi

Entre la constante avalancha de reediciones, en el 2016 destacó la recuperación de Utakata no Hibi. Se trataba de un disco publicado originalmente en 1983 por la banda japonesa Mariah en el que la tradición musical de su país se enriquecía con elementos de vanguardia jazz, pop experimental y otras hierbas. Ahora es el turno de reivindicar el cuarto LP en solitario del líder de Mariah, el saxofonista Yasuaki Shimizu.

Kakashi se publicó apenas un año antes que el citado Utakata no Hibi, en 1982, y con aquel comparte una visión transversal del pop y de la música en general. No es casual que Shimizu haya trabajado con músicos tan variopintos como Sakamoto, The Orb o Towa Tei, entre otros muchos, ni que haya terminado grabando una serie de álbumes en los que adapta a J. S. Bach a su particular estilo.

En cualquier caso, los ocho temas que componen Kakashi, mayormente instrumentales, nos acercan a un Shimizu más juguetón y menos apegado a la tradición musical de su país. Son composiciones con un tono igualmente excéntrico –al menos a oídos de un occidental- en los que el saxofón, cálido y melódico, ejerce de elemento cohesionador.

Bajo esas líneas de saxo, interpretadas por Shimizu, se desarrollan canciones que explotan ambientaciones diversas: desde los aires balcánicos de Utsukushiki Tennen (el tema de cierre), a la electrónica minimalista de Kono Yoni Yomeri o el pop desinhibido con deudas a los germanos La Düsseldorf del tema de apertura, Suiren. Desconcertante por momentos, pero muy disfrutable.

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