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Más deporte, actividades lúdicas y sesiones informativas: así es el confinamiento en un centro de menores

Varios jóvenes practican deporte en un centro valenciano.

Laura Martínez

Valencia —

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Entretenimiento, deporte, cultura y sesiones informativas. Es la 'receta' que han prescrito los responsables de los centros de menores de la Comunitat Valenciana para lidiar con el tiempo mientras dure la cuarentena. Los centros son el hogar de los adolescentes que se encuentran en desamparo y, desde la declaración del estado de alarma, lo son de forma ininterrumpida mientras duren las medidas excepcionales.

Los jóvenes tutelados por la administración contaban con permisos para ver a familiares, salidas diarias a los centros educativos y varias clases de actividades fuera del centro. Como el resto de adolescentes de su edad, ahora ven limitadas sus actividades por el coronavirus y permanecen en su centro de referencia, desde que el pasado 16 de marzo la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas adoptó un cambio en las medidas y protocolos por seguridad. Los nuevos protocolos incluyen la suspensión de visitas, salidas y permisos, como se ha hecho en otros espacios de la administración pública. De momento, Sanidad no tiene constancia de ningún contagio y las medidas se toman con carácter preventivo.

Carlos es responsable de uno de los centros, con 18 jóvenes a cargo, y atiende a eldiario.es al finalizar un encuentro con uno de ellos. El aislamiento, explica, es complicado para todos, aunque siempre para unos más que para otros. “Los trabajadores del centro nos apoyamos entre nosotros. Sabemos que es difícil para todos pero más para ellos [los jóvenes]. Nosotros vamos a casa y podemos ver a nuestras familias”, relata, reseñando que adolescentes y educadores fortalecen su relación. “Ellos empatizan con nosotros, que venimos a trabajar con fuerza para que estén bien. Ven que entre todos nos esforzamos para que sea más llevadero”.

El responsable del centro, que este diario no identifica por cuestiones de seguridad y protección para los menores, explica que la Generalitat Valenciana ha aumentado las medidas de protección y prevención tanto para el interior del centro como para los trabajadores. “Estamos muy cubiertos a nivel de servicios humanos - el departamento de Oltra incrementó el personal en un 66% durante la última legislatura- , tenemos turnos de mañana, tarde y noche y fines de semana y nos garantiza que haya aislamiento, en caso de necesitarlo”; indica.

La vida se ha adaptado teniendo en cuenta las medidas profilácticas: se ventilan más las habitaciones, se incrementa la limpieza y desinfección de las zonas individuales y comunes, se proporcionan geles hidroalcohólicos y pañuelos desechables. Para los trabajadores, además, se han facilitado equipos de protección integral, dado que entran y salen del centro a diario y se han facilitado planes de autoprotección.

La rutina diaria de los jóvenes ha sufrido variaciones y se trabaja con los educadores en función del ánimo de los adolescentes. Los 18 menores tienen entre 12 y 17 años y la mayoría cursan la enseñanza secundaria. Las salidas escolares se sustituyen por deberes diarios, aunque la mayor parte del tiempo las actividades lectivas se transforman; salen del esquema prefijado para explorar otros aprendizajes.

La jornada se divide en tareas académicas, que sus respectivos profesores mandan por correo al centro, con un planing diario; actividades deportivas, actividades lúdicas en común y sesiones de ocio y cultura. Durante la pasada semana, sin deberes escolares por las vacaciones de Fallas, el centro celebró varias sesiones informativas sobre el coronavirus y su prevención. “Es importante que estén concienciados”, señala Carlos. “Tenemos muchas terapias deportivas y dinámicas. Nos facilita sentirnos más cómodos y no encerrados. Es importante tener en cuenta el estado emocional de los chavales”, añade.

Durante estas dos semanas de confinamiento los educadores del centro han organizado decenas de actividades: risoterapia, expresión corporal, colpbol, juegos de mesa, juegos interactivos, cineforum, visionado de series, deporte, juegos de cooperación, actividades culturales... enumera el responsable. Los jóvenes disponen de una sala con televisor y videoconsola, ordenadores con acceso a internet -limitado- y un futbolín. “Con las actividades hemos querido evitar que se aíslen, que el día a día sea motivador. Se apoyan mucho en sus educadores y en sus compañeros”, indica Carlos.

“Hemos tenido coloquios informativos sobre qué es el coronavirus y cómo prevenirlo, Se trata de ver de alguna forma cómo afrontarlo y como algo que pasar. Hablamos de qué han aprendido a valorar, qué echan de menos... Esto les hace estar entretenidos y en otra dinámica”, añade. El centro ha habilitado un sistema de videollamadas para facilitar el contacto de los jóvenes con sus familiares a diario, mientras que el equipo técnico, formado por psicólogos, se pone en contacto con los hogares para evaluar su situación.

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