Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Botànic: voluntad y vísceras

Cristina Mollà

0

La política valenciana ha dado a luz un nuevo significado a palabras como “Botànic”. En 2015 se gestó, porque así lo decidieron miles de valencianos y valencianas, una nueva forma de gobernar nuestras instituciones. Una nueva forma que desterró las mayorías absolutas para dar paso al “mestizaje”, a la necesidad de hablar y llegar a acuerdos. Y así lo supieron entender las fuerzas políticas progresistas y firmaron un compromiso: Juntas sumamos. Y así fue como alumbraron este nuevo término para nombrar al gobierno de la Generalitat: el “Botànic”.

La criatura ya tiene 4 años. Un tiempo en el que el Gobierno del “Botànic” ha crecido sobre la voluntad de sumar y de dialogar. La voluntad de cooperación para dar una salida inclusiva a la crisis y dejar atrás una etapa desastrosa y vergonzosa para la Comunidad Valenciana. Con una sonrisa. Un gobierno amable y hecho de empatías. Poniendo cabeza y corazón en la gestión, pero huyendo de las vísceras.

Por desgracia esta actuación ha encontrado de frente justo eso de lo que ha querido y ha sabido huir: las vísceras. La oposición no ha encontrado otros argumentos más que las descalificaciones, vomitando odio y mentiras, y alguna que otra fakenews. También los agoreros que anunciaban la ruptura –aún hoy lo siguen haciendo- aunque sus malas predicciones se las tienen que comer con patatas porque, a pocos meses para unas nuevas elecciones, estamos ante el gobierno más estable de la historia en la Comunidad Valenciana. Un pacto renovado con los últimos presupuestos de esta legislatura que son más que unas cuentas, son la expresión de la voluntad por mantener este contrato con la ciudadanía en el futuro. Por ello, ahora “Botànic” significa también confianza y seguridad frente al miedo y el extremismo. Honradez frente a corrupción. Compromiso y liderazgos plurales frente a egos y partidismo interesado.

Ahora que los partidos están siendo cuestionados, me parece necesario reivindicar esta fórmula que recupera el significado de la POLÍTICA en mayúsculas porque vuelve a centrar el foco en el lugar en el que tiene que estar, no mirándose el ombligo, sino con altura de miras para trabajar por mejorar la vida de las personas.

Y con esta premisa, de lo que deberían huir en adelante es de caer en la tentación de hacer trampas, lo que a mí entender hay que hacer es mucha pedagogía para no llegar a instalar y alimentar el marco de que “el Botànic se rompe” o, lo que ahora está más de moda, “la izquierda se rompe”. Cooperar no significa estar siempre de acuerdo sino saber llegar a acuerdos. Discrepar e incluso discutir es sano para la democracia, lo contrario sería estar hablando de otro sistema político del que no quisiera ser testigo. Pero luego está la responsabilidad y la voluntad de cada cual para sentarse y dialogar desde el respeto a la pluralidad. La trampa de la ruptura nos arrastra a la decepción y empodera a los agoreros y extremistas abanderados del discurso del miedo.

Ante esto, el gran reto para el “Botànic” y las fuerzas progresistas que forman parte del gobierno valenciano: movilizar para continuar con esta voluntad de mejora y no caer en las vísceras del retroceso. Sumar para que la criatura siga creciendo.

Etiquetas
stats