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El equivalente al 4% del gasto militar al año permitiría acabar con el hambre en 2030, según la ONU

Tanques alemanes de tipo "Marder" . EFE/Timm Schamberger

Irene Castro

9 de septiembre de 2025 18:09 h

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Un 4% del gasto militar al año permitiría acabar con el hambre en el mundo en 2030. Con un proceso de rearme que ha disparado el gasto en defensa mundial hasta un récord de 2,7 billones de dólares en 2024 y se estima que la cifra alcance los 6,6 billones en 2035 –cinco veces más que al final de la Guerra Fría–, el secretario general de la ONU, António Guterres, alerta de que la carrera armamentística es “insostenible” y pone negro sobre blanco la incompatibilidad con los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas.

A instancias de los miembros de la ONU, Guterres ha elaborado un informe sobre las implicaciones del incremento del gasto militar y desgrana las cifras. Los 2,7 billones de euros gastados el pasado año -antes de que la OTAN decidiera llegar al 5% del PIB en los próximos ejercicios- supondrían 334 dólares por cada persona del planeta y representa el total del PIB de los países africanos y más de la mitad de los de Latinoamérica.

El gasto es, por supuesto, desigual: los diez países que más gastan, con EEUU a la cabeza, constituyen el 73% del total mientras que los países de África tan solo suponen el 2% del gasto, a pesar de que representan al 20% de la población mundial.

“La evidencia es clara: un gasto militar excesivo no garantiza la paz”, ha advertido Guterres, quien lidera la ONU en un momento de grandes conflictos abiertos, como la invasión rusa de Ucrania o el genocidio en Gaza, que está demostrando el doble rasero de la comunidad internacional.

Fotografía de archivo del secretario general de la ONU, António Guterres. EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

Así, el informe rechaza el mantra de que el aumento del gasto en defensa es necesario para mantener la seguridad mundial y apunta a que otras inversiones, como la ayuda al desarrollo, es más efectiva a largo plazo para lograr ese objetivo. Por eso compara el gasto militar con lo que se podría lograr en otros ámbitos vinculados con ese propósito. Además, advierte de que hay una brecha de financiación de cuatro billones de dólares en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que la situación se ve “agravada” por el desvío de dinero al sector de la defensa en detrimento de la sanidad, la educación o la reducción de la pobreza.

“Por solo entre 230.000 y 280.000 millones de dólares al año, o alrededor del 10% de los 2,7 billones de dólares gastados en defensa el año pasado, el mundo podría eliminar la brecha de pobreza extrema a nivel mundial”, señala el informe: “Acabar con el hambre en el mundo para 2030 costaría alrededor de 93 000 millones de dólares al año. Esto supone menos del 3,5% de los 2,7 billones de dólares que se gastarán en defensa en 2024”.

Contra los mantras económicos

Con porcentajes ínfimos del gasto en defensa se podrían lograr otros avances vitales. La atención sanitaria básica podría llegar a todos los países subdesarrollados o en vías de desarrollo con el 14% del gasto militar del año pasado y con un 10%, se podría vacunar a los niños de todo el mundo. Con el 5% se podría garantizar el acceso al agua potable en 140 países.

También desmonta la teoría de que el gasto en defensa permite crear empleos y riqueza. “Un estudio estadounidense reveló que, si bien el gasto militar genera puestos de trabajo, otros sectores civiles pueden, en general, crear más puestos de trabajo con los mismos recursos. Por ejemplo, 1.000 millones de dólares en gasto militar pueden crear aproximadamente 11.200 puestos de trabajo en el ámbito militar, frente a los 26.700 en educación, los 16.800 en energía limpia y los 17.200 en atención sanitaria”, recoge el texto.

“Un fuerte aumento del gasto militar suele ralentizar el crecimiento económico de un país. El gasto militar es también uno de los principales factores que impulsan la deuda pública, una carga que limita las perspectivas de desarrollo futuro de los países”, apuntala.

Igualmente, alerta de que el incremento del gasto militar perjudica los esfuerzos en la lucha contra la emergencia climática, que es una de las principales amenazas mundiales. “El conflicto activo con el uso extensivo de armas convencionales exacerba la devastación medioambiental y de la vida silvestre, lo que puede tener efectos duraderos en el medio ambiente y en las personas mucho después de que haya terminado la lucha. Financiar íntegramente las necesidades de adaptación de todos los países en desarrollo por solo 387.000 millones de dólares al año, menos del 15% de lo que el mundo gastó en defensa el año pasado”, afirma.

“Los países más ricos gastan 30 veces más en sus ejércitos que en proporcionar financiación climática a los países más vulnerables del mundo. Por lo tanto, con solo reinvertir el 5% del gasto militar mundial se superarían los costes anuales iniciales de la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo”, reprocha el informe.

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