Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Alfombra roja para recibir al presidente de China sin críticas a la dictadura ni a la violación de derechos humanos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente chino, Xi Jinping, durante su reunión esta miércoles en el Palacio de la Moncloa.

Javier Biosca Azcoiti / Icíar Gutiérrez

El presidente chino, Xi Jinping, ha aprovechado su visita a oficial para firmar una veintena de acuerdos bilaterales comerciales e institucionales con España. Gobierno y Casa Real han extendido la alfombra roja al primer presidente chino que visita España en 13 años. Jinping llegó el martes 27 y se quedará hasta el jueves 29.

El mismo martes fue recibido por los reyes y el ministro de Exteriores, Josep Borrell, en el Palacio de la Zarzuela, donde también se celebró una cena del más alto nivel con el dirigente chino. Este miércoles, Xi Jinping ha vuelto a ser recibido por los reyes en el Palacio Real bajo salvas de 21 cañonazos y con honores de la Guardia Real. Por la noche, el rey Felipe VI y la reina Letizia acogerán una nueva “cena de gala” con el presidente chino y su esposa.

Tras el acto en el Palacio Real, el dirigente asiático se ha reunido con Pedro Sánchez y ha sido recibido por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que le ha entregado la Llave de oro. También ha visitado el Senado, donde su presidente, Pío García Escudero, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, le han entregado las medallas de ambas cámaras.

En la agenda del encuentro no ha habido mucho espacio para criticar las violaciones de derechos humanos documentadas en el país asiático. Sánchez y Jinping han firmado una declaración conjunta sobre el “fortalecimiento” de las relaciones bilaterales que incluye una única mención a la “promoción y protección de los derechos humanos [...] sobre la base de los principios de igualdad y respeto mutuo”. Poco antes, el vicepresidente del Senado, Pedro Sanz (PP), defendía ante los periodistas las relaciones comerciales con China: “Nosotros somos una monarquía y estoy seguro de que a ellos no les gusta tampoco nuestro régimen”.

“Creo que el Gobierno español no debería centrarse en el aspecto económico, hay valores que el pueblo español debe defender”, dice a eldiario.es la periodista y activista china Yutong Su, afincada en Berlín. “Desde la cada vez mayor represión de la libertad de expresión y de la disidencia hasta la actual detención de un millón de uigures en los campos de educación. Estas preocupaciones internacionales deben plantearse junto con los beneficios económicos”, ejemplifica.

En Amnistía Internacional (AI) se hacen la misma pregunta: ¿dónde han estado los derechos humanos durante la visita oficial? “Desde el punto de visto político, es normal que los reciban con honores por su importancia en el mundo y en la economía española. El problema no es ese, el problema es qué pasa con la agenda de derechos humanos”, sostiene María Baeza, coordinadora para China en AI España.

“Es muy grave: no hay ningún país que viole tanto los derechos humanos como China, pero tienen tal fuerza, que se convierten en un paraguas al que se acogen otros países para hacer lo mismo que ellos”, comenta. “Hay que dejarlo muy claro y es muy difícil que España lo haga por sí sola, por eso también pedimos al Gobierno que actúe en conjunto con Europa”. Estas son algunas las violaciones de derechos humanos más denunciadas en China:

Encarcelamiento de la minoría musulmana

Se estima que hasta un millón de personas de minorías musulmanas están encerradas en campos de internamiento, tal y como ha denunciado un panel de expertos en derechos humanos de la ONU. El objetivo confeso de estos campos “es erradicar las actividades terroristas antes de que ocurran”, según afirmó el gobernador de la región de Xinjiang, donde en 2017 se registró el 21% de todas las detenciones del país.

Personas que han estado recluidas en los campos de Xinjiang aseguran que no recibieron orientación profesional, sino que pasaron la mayor parte del tiempo obligados a estudiar mandarín, a jurar lealtad al Partido Comunista chino y a memorizar canciones patrióticas.

Persecución de defensores de derechos humanos

La persecución que sufren las personas que defienden los derechos humanos en China tuvo en 2017 un nombre propio: el del Nobel de la Paz Liu Xiaobo, que murió bajo custodia policial a causa de un cáncer después de que las autoridades se negaran a concederle la libertad para que pudiera tratarse en el extranjero. Este año, las autoridades chinas permitieron salir del país su viuda Liu Xia tras ocho años de arresto domiciliario y sin apenas contacto con el exterior, pese a no haber sido acusada de ningún delito.

Especialmente perseguidos han estado los profesionales el Derecho tras la campaña de represión de abogados y activistas desatada en julio de 2015, dos años después de la llegada al Gobierno de Xi Jinping. Se calcula que cerca de 250 personas fueron detenidas. Algunas de ellas fueron condenadas por cargos como “subvertir el poder del Estado”. Esta ola de detenciones “sin precedentes” se caracterizó, según han documentado las ONG especializadas, por arrestos arbitrarios, detenciones en régimen de incomunicación, malos tratos y denuncias de torturas. A tres años de aquella fecha continúa sin conocerse el paradero de algunos abogados detenidos, como Wang Quanzhang.

“En China son detenidas y encarceladas las personas que denuncian algún abuso, como la tortura, y las que las defienden”, apunta la experta de AI. “En el momento en el que escribes algo en redes sociales ya eres detenido, torturado y mantenido en secreto. No hay lugar ni a que te manifiestes”, esgrime. “Para todas estas violaciones de derechos humanos sacan una legislación que las justifica por 'terrorismo”. En ciertos casos, la tortura esta admitida por ley, la mayor parte de las condenas se basan en confesiones, no en pruebas, y esto es gravísimo“.

El año pasado entró en vigor la nueva norma que regula las ONG extranjeras que impone el control policial en su funcionamiento y financiación. Por otro lado, continúan las denuncias de desapariciones. Este jueves, la esposa del fotógrafo documental Lu Guang denunció la desaparición de su marido en la región de Xinjiang, y asegura que no tiene noticias de su paradero desde el pasado 3 de noviembre. El trabajo de Lu, muy premiado, se centra en temas sociales o los efectos de la industrialización en el medio ambiente.

El Proyecto Libélula y la libertad de expresión

A pesar de todos su abusos, el mundo entero ha blanqueado a la dictadura china. El último y más claro episodio es el proyecto Libélula, el plan de Google para instalar un buscador censurado que no incomode a los líderes chinos. Un buscador pensado para ocultar los resultados relacionados con los derechos humanos, la democracia, la religión y las protestas pacíficas, entre otros, según adelantó el medio estadounidense The Intercept.

En la china de Xi Jinping la libertad de expresión no existe, pero la actividad en internet no es la única muestra de ello. La libertad de cátedra también está muy controlada: en junio de 2017 y tras meses de investigación, el órgano de disciplina del Partido Comunista emitió un informe acusando a 14 grandes universidades de infracciones ideológicas y varios profesores han sido despedidos por criticar al Gobierno. La prensa, por supuesto, también está controlada. Reporteros Sin Fronteras sitúa al país el cuarto por la cola en libertad de información y recuerda que más de 50 periodistas y blogueros están entre rejas.

“El mayor verdugo del mundo”

Cada vez que se publican estadísticas anuales sobre la aplicación de la pena de muerte en el mundo, China es la gran ausente. Se considera que el gigante asiático es el “mayor ejecutor del mundo”, aunque el alcance del uso de la pena capital se desconoce, pues las autoridades chinas ocultan la mayor parte de estos datos alegando que se trata de “secretos de Estado”, pese a las demandas de mayor transparencia por parte de las ONG y organismos internacionales.

En el último informe de Amnistía Internacional, se estimaba que al menos 933 personas fueron ejecutadas en todo el mundo. En el caso de China, la información con la que cuenta la organización apunta a que cada año condena a muerte y ejecuta a “miles” de personas. “En AI nos hemos negado a dar cifras estimadas. Sabemos que hay más que en ningún otro país. Las autoridades dicen que con los cambios en las leyes se han reducido, pero no hay datos que lo demuestren”, explica Baeza.

Represión en Hong Kong

Este mes ha comenzado también el juicio a los líderes de la ‘Revolución de los Paraguas’, un movimiento nacido en 2014 que exige avances democráticos en Hong Kong. Los nueve líderes se enfrentan a siete años de prisión por incitación y conspiración para alterar el orden público. Además, en septiembre, el Gobierno ilegalizó el Partido Nacional de Hong Kong, a favor de la independencia de la excolonia británica del resto de China.

Etiquetas
stats