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Investigación

ACNUR pidió en noviembre por escrito a Interior medidas urgentes para los demandantes de asilo en Barajas

Peticionarios de asilo en el aeropuerto de Barajas

Pedro Águeda

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La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) hizo llegar al Ministerio del Interior el pasado mes de noviembre un escrito en el que solicitaba medidas urgentes para los demandantes de asilo en el aeropuerto de Barajas. Pese a la denuncia acerca de las condiciones de insalubridad y hacinamiento que ACNUR puso por escrito hace casi tres meses, la situación ha empeorado, registrando momentos de tensión como la fuga de dos grupos demandantes de asilo e inadmitidos el fin de semana del 11 de enero. 

Dos funcionarios de la agencia de la ONU visitaron el aeropuerto madrileño el 6 de noviembre de 2023. El Alto Comisionado declaró entonces públicamente su preocupación por la situación de los demandantes de asilo y solicitó “mejor coordinación” entre las entidades que intervienen en la gestión de las solicitudes. 

Además, y sin que trascendiera, ACNUR envió a la cúpula de Interior un informe, al que ha tenido acceso elDiario.es, en el que mostraba su preocupación, entre otros asuntos, por la situación de “varios menores” que llevaban 15 días en la misma sala “sin prácticamente acceso alguno a luz natural”.

Con la fuga de 24 peticionarios de asilo y 2 inadmitidos de este mes de enero, la situación en Barajas volvió a los medios de comunicación. Los sindicatos policiales facilitaron imágenes de personas casi amontonadas, basura sin retirar y baños carentes de higiene. De todo ello había ya informado al Ministerio del Interior la agencia de la ONU dos meses antes en un escrito en el que pedía “sustituir camas y colchones rotos, asegurar disponibilidad de agua caliente en los baños, revisión y puesta al día de las instalaciones y asegurar el mantenimiento general de los servicios básicos”.

El crecimiento incesante de las demandas de asilo en los últimos meses no se ha detenido y el martes las dos salas habilitadas en el aeropuerto de Barajas registraron un nuevo récord de 410 personas custodiadas. Tras la crisis de las fugas, Interior trasladó que se hacía cargo de la limpieza de las instalaciones y distribuyó fotos con una considerable mejora. Pero el miércoles de esta semana, Cruz Roja anunció que retiraba su atención a los demandantes de asilo e inadmitidos “temporalmente” hasta que mejoraran las condiciones de estos y las que deben presentarse, dijeron, para hacer correctamente su trabajo. 

“Espacios exclusivos para familias con niños”

Hace tres meses, ACNUR pedía la creación de “espacio exclusivos para familias con niños y niñas, acondicionados con material adecuado, juguetes o libros donde puedan estar separados de los demás adultos y proporcionar servicios específicos para la infancia”. Los funcionarios de la ONU reflejaron que los niños pasaban el día sin actividades específicas para ellos y compartiendo las 24 horas espacio con personas que mostraban signos de “ansiedad y preocupación”. Fuentes de Interior aseguran que en estos momentos se han puesto a disposición de la Policía “nuevas salas adicionales” y que eso “está permitiendo dar cumplimiento a dicha recomendación en la medida de las posibilidades de los nuevos espacios”.

Igualmente, la agencia de la ONU solicitaba “un protocolo para la identificación temprana de necesidades específicas, así como de protocolos de prevención y respuesta de violencia o abusos sexuales en las salas”. Por último, solicitaba “garantizar a diario que las personas solicitantes accedan a los espacios exteriores de las dependencias y a la luz natural”. Ninguna de estas peticiones se ha satisfecho a esta fecha. El Ministerio del Interior responde que ha aumentado el personal destinado a atender las solicitudes de protección internacional para agilizar la concesión o denegación y descongestionar las estancias. También que las condiciones higiénicas han mejorado. 

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que asesora a los demandantes, asegura que no basta con más personal sino que este debe contar con formación para ayudar realmente a los peticionarios. En este sentido, ACNUR ya reclamó en noviembre una “mesa de coordinación” que contara con la Policía Nacional, los abogados del ICAM, CEAR, Cruz Roja y la propia agencia de la ONU y que agilizara la tramitación de las solicitudes.

Para ello, decía ACNUR, era necesario habilitar “nuevos espacios que reúnan requisitos de confidencialidad y habilitarlos con los equipos informáticos y de otro tipo”. Un portavoz de Interior se encuentra en proceso de creación de dos mesas de trabajo con los citados actores implicados, diferenciando entre una técnica y una jurídica. Interior asegura que a las tres salas que había en noviembre, cuando recibió el escrito de ACNUR, se sumaron otras dos en diciembre.

En la actualidad, dicen fuentes de Interior, “se están realizando acciones coordinadas de estudio y cribado especial” en las peticiones de asilo para dar prioridad a los casos que lo necesiten. Esas fuentes añaden que en base a esas nuevas actuaciones se elaborará “un protocolo de identificación temprana” de esas demandas prioritarias. La Policía estaría realizando, por el momento, “autorizaciones excepcionales de entrada”, precisa.

La agencia de la ONU consideraba urgente establecer un protocolo por parte del Ministerio del Interior para que la Policía tenga claro cómo actuar y la comunicación fluya rápidamente en el caso de que la Audiencia Nacional dicte medidas cautelarísimas para los demandantes de asilo. Se trataría de evitar que la falta de comunicación de esas medidas, o la lentitud en ello, terminen por no ser aplicadas y los demandantes de asilo devueltos a sus países. 

Los funcionarios de la ONU se reunieron con solicitantes de asilo de Somalia, Colombia, Ecuador, Guinea, Angola, Senegal, Haití, Irán y China para que les trasladaran preocupaciones que la agencia comprobó in situ. Sin que haya trascendido hasta ahora, el 4 de noviembre se produjo un incendio y un demandante de asilo tuvo que ser atendido en el hospital. 

Los miembros de ACNUR constataron que faltaba agua caliente en los baños y duchas, que no había papel higiénico “desde hacía varios días”, que no había camas suficientes y que había personas que dormían en colchones fuera de las habitaciones. También detectaron desabastecimiento de mantas y sábanas y falta de ropa de recambio. Los demandantes de asilo no podían llamar al exterior y era Cruz Roja –ahora no presente– quien les facilitaba una sola llamada por solicitante a su llegada.

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