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Los casos de pena de muerte se disparan en 2022 por las ejecuciones en Irán

Una mujer delante de la embajada iraní en Ciudad de México con imágenes de condenados a muerte por protestar, en diciembre de 2022.

Víctor Ibáñez

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El número de ejecuciones por pena de muerte aumentó en 2022 por segundo año consecutivo y alcanzó la cifra más alta registrada desde 2017. El año pasado Amnistía Internacional documentó 883 ejecuciones en 20 países, un 53% más que las 579 condenas registradas en 2021. Según el informe de la ONG, que no incluye a China porque no existen datos oficiales, la mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar Irán, Arabia Saudí, Egipto y Estados Unidos, en ese orden.

“Las ejecuciones registradas en 2022 alcanzaron la cifra más alta en cinco años debido a los baños de sangre que llevaron a cabo los ejecutores más célebres de Oriente Medio y el norte de África”, ha declarado Amnistía Internacional con motivo de la publicación de su informe anual sobre la situación de la pena de muerte en el mundo.

El 90% de las ejecuciones se produjeron solo en tres países de la región. La mayoría de ellas se dieron en Irán, donde al menos 576 personas fueron ejecutadas, frente a las 314 de 2021. Arabia Saudí triplicó sus cifras y alcanzó la más alta registrada por la ONG en 30 años, pasando de 65 ejecuciones el año pasado a 196 en 2022. Egipto, por su parte, ejecutó a 24 personas.

Este aumento de las ejecuciones revela “una cruel indiferencia hacia la vida humana”, ha dicho la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard. La ONG relaciona este crecimiento con los intentos de acabar con el levantamiento popular en Irán, donde se han ejecutado a personas solo por ejercer su derecho a protestar. También ha contribuido a ello Arabia Saudí, que ejecutó a 81 personas en un solo día.

Por detrás de estos países se encuentra Estados Unidos, que condenó a 18 personas a la pena capital, frente a las 11 del año anterior. El informe no incluye las miles de muertes que se cree que se llevaron a cabo en China, el primer ejecutor del mundo, ni las de Corea del Norte y Vietnam, debido al secretismo que rodea a estos países, en los que se tiene constancia de la aplicación de este tipo de condena.

Aunque las ejecuciones aumentaron, el número de condenas a muerte siguió siendo el mismo con un ligero descenso, pasando de 2.052 condenas en 56 países durante 2021 a 2.016 condenas en 52 países durante 2022. En todo el mundo, al finalizar 2022 había al menos 28.282 personas condenadas a la pena capital.

Cinco países reanudaron las ejecuciones

En 2022 se reanudaron las ejecuciones judiciales en cinco países —Afganistán, el Estado de Palestina, Kuwait, Myanmar y Singapur— y el número de condenados a muerte por delitos de drogas se duplicó respecto al año anterior. Además, cinco países —Bahréin, Comoras, Corea del Sur, Laos y Níger— impusieron condenas a muerte después de un periodo de interrupción.

“En una cruel ironía, casi el 40% de todas las ejecuciones conocidas fueron por delitos de drogas. Lo que es peor: este cruel castigo suele afectar desproporcionadamente a las personas de entornos desfavorecidos”, ha declarado Callamard. “Ya es hora de que los gobiernos y la ONU aumenten la presión sobre los responsables de estas violaciones flagrantes de los derechos humanos y garanticen el establecimiento de salvaguardias internacionales”.

Las ejecuciones por este tipo de delitos violan el derecho internacional de los derechos humanos, que establece que solo se deberán llevar a cabo en los delitos que hubo homicidio intencional. En 2022 se documentaron ejecuciones por delitos de drogas en Irán (255), Arabia Saudí (57) y Singapur (11), además de en China, que suponen un 37% del total, y se cree que también en Vietnam.

Avances

Pese al incremento del número de ejecuciones, se están produciendo algunos avances. En 2022 seis países abolieron total o parcialmente la pena de muerte. Kazajistán, Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona y República Centroafricana lo hicieron para todos los delitos, mientras que Guinea Ecuatorial y Zambia la abolieron sólo los delitos comunes.

En diciembre de 2022, 112 países habían abolido la pena de muerte para todos los delitos y nueve la habían abolido solo para los delitos comunes.

“Cuando tantos países siguen relegando la pena de muerte al vertedero de la historia, es hora de que otros sigan su ejemplo. Acciones brutales como las realizadas en países como Irán y Arabia Saudí, así como en China, Corea del Norte y Vietnam, son ya una minoría. Estos países deben adaptarse con urgencia a los tiempos, proteger los derechos humanos y hacer justicia en lugar de hacer ejecuciones”, declaró Callamard.

Un impulso positivo que está conduciendo a medidas legislativas hacia la abolición en países como Liberia y Ghana, mientras que en Sri Lanka y Maldivas las autoridades dijeron que no iban a recurrir a la ejecución de las condenas a muerte. Además, en el Parlamento malasio se presentaron proyectos de ley para abolir la pena de muerte preceptiva; y Botsuana, Emiratos Árabes Unidos y Omán, que llevaron a cabo ejecuciones en 2021, no ejecutaron a nadie en 2022.

La ONG registró también al menos 28 dispensaciones de condena a muerte en cuatro países: Kenia (20), Zimbabue (5), Estados Unidos (2), Marruecos y el Sáhara Occidental (1).

“Con 125 Estados miembros de la ONU —más que nunca— que piden una moratoria de las ejecuciones, Amnistía Internacional no ha sentido jamás tanta esperanza como ahora de que este abominable castigo puede ser relegado a los anales de la historia y de que así va a ser. Las trágicas cifras de 2022, sin embargo, nos recuerdan que no podemos dormirnos en los laureles. Seguiremos haciendo campaña hasta que la pena de muerte quede abolida en todo el planeta”, dijo Callamard.

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