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Mueren dos jóvenes en las redadas policiales con las que Marruecos controla la frontera española

Moumoune, el menor fallecido en las redadas policiales de Marruecos.

Sonia Moreno

“Estamos de duelo”, lamenta Franck (nombre ficticio), recién llegado, por segunda vez en una semana, desde Tiznit a Tánger. Acababa de confirmar la muerte de dos jóvenes, entre ellos un menor, desaparecidos desde el domingo, durante las redadas y persecuciones de las fuerzas de seguridad a los migrantes en el norte de Marruecos. Uno de ellos se llamaba Moumoune y tenía 16 años.

La ONG Caminando Fronteras ha localizado su cuerpo sin vida en una morgue marroquí. El segundo chico, del que aún se desconoce su nombre, ha fallecido este jueves tras sufrir un coma.

Cansado y exhausto tras las redadas sufridas durante los últimas semanas, el amigo de uno de los fallecidos tenía un débil hilo de voz para confirmar que su “pequeño hermano” estaba muerto. Moumoune era de Mali, y ha sido la primera persona fallecida en el marco de las redadas, detenciones y expulsiones que las fuerzas de seguridad marroquíes llevan a cabo desde el 7 de agosto en las ciudades cercanas a Ceuta y Melilla, sobre todo en Tánger y Nador.

Estas operaciones de control fronterizo comenzaron tras la promesa anunciada por la Unión Europea de aumentar los fondos destinados a Marruecos, alrededor de 35 millones de euros, con el objetivo de reducir las llegadas de pateras a España.

Un vídeo difundido por redes sociales muestra a Moumoune y al otro joven fallecido, tirados en el suelo y esposados el uno al otro. Ambos aparecen visiblemente heridos y con fracturas en la cabeza, relatan desde Caminando Fronteras. Según varios testigos contactados por este medio, la muerte se produce durante las expulsiones de los barrios de Tánger en las que las fuerzas seguridad desplazaban forzosamente a los migrantes al sur.

Moumoune era un chico cordial y amable. Vivía en un piso de Mesnana, a la espera de cruzar El Estrecho para entrar a España en patera. Sus compatriotas malienses, reunidos en Tánger el miércoles por la noche, explicaron con voz apagada por teléfono a eldiario.es, que se estaban preparando para llamar a la familia. Este jueves han preparado “un sacrificio” en su memoria.

La semana pasada durante las redadas, los propios migrantes ya denunciaban la violencia en general, y cómo dos chicos resultaron heridos. “La policía vino a romper nuestra puerta para enviarnos lejos de la ciudad, aunque no hemos robado ni matado a nadie. Dos hermanos acaban de ser asesinados por la policía marroquí al forzarnos en la expulsión”, denuncian tras velar a sus dos compañeros.

60 cadáveres de migrantes en Nador en 2018

El hospital Hassani de Nador ha recibido 60 cadáveres de migrantes durante los primeros siete meses de 2018, según denuncia la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) de la región. “El procedimiento de reconocimiento de los cadáveres sigue sin resultado”, asegura esta organización. 18 personas han sido enterradas en el cementerio de Sidi Salen en Nador sin nombre, y 32 continúan en la morgue del hospital regional, atendiendo a los datos de AMDH.

Las embajadas de los países africanos en Marruecos y las asociaciones de migrantes “deben esforzarse más” para que esas víctimas tengan al menos derecho a una tumba con su nombre y nacionalidad, solicitan desde la ONG de Nador.

Las comisarías se ha transformado estos días en los mayores centro de detención de migrantes subsaharianos. Alrededor de 1.800 personas han sido perseguidas y arrestadas en la última semana.

Las redadas en el norte de Marruecos continúan

Las fuerzas auxiliares marroquíes, con presencia también de personal de Protección Civil, atacaron la madrugada del miércoles el bosque de Bekoya en Nador, arrestaron a decenas de personas y las trasladaron en autobuses al sur del país. A las 22.30h los abandonaron en la zona desértica de Benguerir, situada entre las localidades de Settat y Marrakech.

El martes la policía seguía entrando en las casas del barrio de Mesnana en Tánger. Los migrantes detenidos fueron trasladados a la comisaría central y después expulsados forzosamente en buses al sur.

Según recuerda la AMDH, desde 2015 no se vivían unas redadas tan exhaustas, y desde 2011 las fuerzas militares no realizaban un despliegue como el de estos días, con furgonetas antidisturbios y helicópteros.

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