Roma, 5 dic (EFE).- La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, recibió hoy al rey Abdalá II de Jordania, durante un encuentro celebrado en el Palacio Chigi en el que abordaron, entre otros asuntos, la crisis migratoria en el Mediterráneo, donde los barcos de la ONG han vuelto a rescatar a cientos de migrantes.
En el almuerzo, al que se sumó el vicepresidente del Gobierno italiano y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, también hablaron sobre el proceso de paz entre Israel y Palestina, así como la colaboración entre ambos estados, unidos por una “tradicional amistad”, indicó el ejecutivo italiano en un comunicado.
La colaboración en materia de seguridad y defensa fue otros de los asuntos que se trataron en esta visita, organizada en pleno viaje de Abdalá II tras sus paradas en Argelia y Egipto.
Meloni se ha propuesto que la crisis migratoria en el Mediterráneo sea uno de los temas centrales en los debates europeos, con el fin de que los países no costeros se comprometan a un reparto equitativo para acoger a los inmigrantes rescatados en los puertos marítimos.
El asunto será, previsiblemente, una de las prioridades durante la IX Cumbre Euromediterránea EU-MED9 que acogerá la ciudad de Alicante (España) a partir de este viernes, y a la que asistirán la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como invitados.
Este lunes, tras el pulso que mantuvieron a principios de noviembre con el Gobierno italiano presidido por la ultraderechista Giorgia Meloni, las ONG que se dedican al rescate humanitario en el mar regresaron al Mediterráno Central.
El barco “Geo Barents”, operado por Médicos Sin Fronteras (MSF), salvó a 164 migrantes, entre ellos 50 menores no acompañados, tras dos operaciones efectuadas en pocas horas.
Al mismo tiempo, el “Humanity 1” rescató a 103 personas que viajaban en un pequeño bote de goma en medio de las amenazas de un barco armado de la guardia costera libia.
Son las primeras misiones tras la crisis con el Gobierno italiano al aplicar su nueva política anti-inmigración de dejar bajar sólo a los migrantes vulnerables rescatados por barcos de ONG y que también provocó el mes pasado un enfrentamiento diplomático con Francia.
Entonces, y tras varios días sin conceder un puerto, el “Geo Barents” y el “Humanity 1” solo pudieron desembarcar a un grupo de migrantes hasta que, pasados unos días, las Autoridades permitieron la salida del resto porque había surgido un brote de sarna y muchos sufrían ataques de pánico o estaban en huelga de hambre.
Una tercera nave, el “Ocean Viking” de la ONG francesa SOS Méditerránee, con 234 migrantes y que no había llegado a entrar a aguas italianas a la espera de un permiso que nunca llegó, decidió poner rumbo a Toulón (Francia), lo que provocó la irritación del Gobierno galo.