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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Lesbos, un año después del incendio de Moira: tiendas de campaña y condiciones insalubres

Mariam, una mujer afgana que lleva dos años viviendo en Lesbos.

Desalambre

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Durante los días 8 y 9 de septiembre de 2020, varios incendios arrasaron el campo de migrantes de Moria, donde cerca de 13.000 personas malvivían hacinadas en condiciones deplorables. Un año después de las promesas de la Unión Europea y de las autoridades griegas de un “nuevo comienzo” en materia de migración, miles personas siguen viviendo en tiendas de campaña frente al mar en Kara Tepe, mientras el prometido campamento en el centro de la isla sigue sin llegar.

Médicos sin Fronteras (MSF) denuncia que los líderes europeos y griegos siguen vulnerando los derechos de los solicitantes de asilo y de los migrantes que buscan seguridad en Europa, mientras su plan de construir campos parecidos a prisiones en las cinco islas del Egeo septentrional sigue avanzado.

“En Grecia, el futuro parece más distópico que nunca, quienes logran cruzar el mar siguen viviendo en campos miserables en las islas griegas. Es una trágica ironía que mientras el mundo observa los últimos acontecimientos en Afganistán, la UE y Grecia estén inaugurando un nuevo centro similar a una prisión para atrapar a los refugiados en la isla de Samos. Esta es la mejor demostración de la crueldad de las políticas migratorias de la UE”, dice Konstantinos Psykakos, coordinador General de MSF en Grecia.

Según MSF, sus pacientes siguen dando cuenta del deterioro de su salud, tanto física como mental, causado por los procesos de asilo arbitrarios y acelerados, el miedo a la deportación y las precarias condiciones bajo las que viven. 

“No hay diferencia entre el antiguo campamento de Moria y el de Kara Tepe. Los procedimientos son los mismos. Es el mismo sistema. Como persona enferma, siento que voy de mal en peor día a día. El Parlamento Europeo, la Unión Europea, saben lo que está pasando en este campo vergonzoso”, dice Ali, un superviviente de tortura en Siria que ha estado en Lesbos durante un año y seis meses, según el testimonio difundido por MSF.

Los niños atendidos en clínicas de MSF en Lesbos, a menudo presentan comportamientos regresivos, como agresión, retraimiento e incontinencia urinaria, o retrasos en el desarrollo cognitivo, emocional y social, según la organización. 

Cerca de la mitad de los pacientes de MSF, tanto pediátricos como adultos, padecen síntomas de transtorno de estrés postraumático y de transtorno depresivo.

“Nuestra salud mental no es buena. En este momento, no sé si podemos ser reconocidos como solicitantes de asilo o si seremos rechazados otra vez”, afirma Mariam, madre de una niña de dos años de Afganistán y que ya lleva dos años en Lesbos. “Hasta ahora, mi hija nunca ha estado en un parque. Tenemos problemas para conseguir permiso para salir del campo. Mi pequeña tiende a tener comportamientos agresivos por lo que ha presenciado aquí. No le gusta jugar, reír, hablar o jugar con muñecos”.

Sin nuevo campamento

El nuevo campamento que prometieron las autoridades griegas, y que debía abrirse antes del invierno, ni siquiera ha comenzado a construirse, según informa AFP. Mientras tanto, las autoridades han cerrado dos proyectos que proporcionaban alojamiento a los migrantes vulnerables en la isla.

Todavía en el campo provisional, los miles de refugiados se enfrentan a un segundo invierno en lo que se dice que son condiciones mejoradas, pero en un lugar que ya se ha inundado anteriormente y donde los refugiados pueden esperar dos años o más para que se tramiten las solicitudes de asilo.

El incendio fue provocado, según las autoridades, en protesta por las restricciones sanitarias para hacer frente a la pandemia. Los seis jóvenes afganos encarcelados entre cinco y 10 años a principios de este año por provocar el incendio insisten en que fueron acusados falsamente. 

“Nadie debería tener que pasar el invierno en tiendas de campaña”, dijo Michelle Girard, enviada de la agencia de la ONU para los refugiados en Grecia, a AFP. “Tiendas después de un incendio, sí, pero ¿un año después?”.

Girard cuenta que, aunque el lugar ha mejorado desde el incendio, los parches no son suficientes y que “no es una solución duradera”. Los funcionarios griegos, por otro lado, dicen que cientos de personas han sido trasladadas al continente para aliviar el hacinamiento. 

Grecia ha sido acusada de devolver en caliente a los refugiados y migrantes en el Egeo que tratan de seguir llegando a sus islas desde Turquía. El primer ministro Kyriakos Mitsotakis, cuya partido Nueva Democracia tomó el poder en las elecciones anticipadas del 7 de julio de 2019 y desbancó a la Izquierda Radical SYRIZA, ha adoptado una línea más dura en el tratamiento de los refugiados y los migrantes.

Los funcionarios griegos dicen que el país “nunca más será la puerta de entrada a Europa”, pero los grupos de derechos humanos y los activistas aseguran que el gobierno está siendo demasiado duro y que viola las leyes de la UE sobre el tratamiento de los solicitantes de asilo.

La UE se comprometió a destinar 276 millones de euros para que Grecia construyera instalaciones de acogida en las cinco islas del Egeo -Lesbos, Leros, Kos, Samos y Quíos-, pero las ONGs se quejan de que la Comisión Europea, encargada del despliegue, no ha hecho suficiente.

Además, tras el incendio, las autoridades griegas no han proporcionado a los residentes del campamento provisional un acceso adecuado y seguro al agua, el saneamiento, los suministros para la gestión de la higiene menstrual y la atención sanitaria, según denuncia el informe anual sobre Grecia de Human Rights Watch.

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