“Yo también soy Mame”: la comunidad senegalesa pide en Madrid el fin de las persecuciones policiales a los manteros
Gritaban por Mame Mbaye, pero también por ellos mismos. Muchas de las personas, la mayoría senegelesas, que han recorrido el centro de Madrid este jueves contra el racismo han sufrido en algún momento de su vida controles racistas, persecuciones policiales contra la venta ambulante o los efectos de una Ley de Extranjería que dificulta su regularización en el país: “Yo también soy Mame”, entonaban una y otra vez.
Con una hora de retraso, la manifestación contra el racismo convocada por la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en España ha arrancado de la Plaza de Nelson Mandela del barrio madrileño de Lavapiés, bajo un grito que, aunque es habitual, entonado por ellos suena con más fuerza: “Ninguna persona es ilegal”. Durante la hora y media de trayecto hasta la Puerta del Sol, la protesta se ha desarrollado de forma pacífica.
Tras los incidentes surgidos en Lavapiés a raíz de la muerte de Mame Mbaye después de una persecución policial anterior contra los vendedores ambulantes en Sol, la AISE ha exigido el esclarecimiento de su caso y también del de Ousseynou Mbaye, el senegalés muerto en el hospital tras sufrir un ictus durante la tarde de protestas del pasado jueves.
Tampoco olvidan a Arona Diakhaté, también de origen senegalés y de nacionalidad española, herido tras un porrazo de la policía durante los incidentes de Lavapiés. “ Es un trabajador inocente, maltratado injustamente por la Policía, y víctima de un traumatismo craneoencefálico”, dicen en su manifiesto.
“Exigimos la revisión sistemática de las formas de actuar de estas Fuerzas de Seguridad del Estado, la aplicación de las debidas sanciones correspondientes por su falta de ética profesional y malas prácticas”, ha solicitado la asociación convocante a través de su comunicado.
“La Ley de Extranjería asesina”, proseguían los cánticos de los manifestantes, que han exigido la reforma de la normativa española, así como el fin de los controles de identificación racistas. Los manifestantes han solicitado a las autoridades unas “disculpas públicas y directas” dirigidas hacia “los familiares y todo el entorno cercano de las víctimas”.
El senegalés Daouda Ndaw camina junto a sus compatriotas con Mame Mbaye en la cabeza. “Estamos hartos, estamos cansados de la violencia contra que sufrimos. También venimos porque queremos que se dejen de decir mentiras: los medios dicen ahora que no la Policía no persiguió a Mame y eso no es verdad. Si siempre persiguen a los manteros, si siempre lo vemos todos”, explica este miembro de la AISE.
En las comidas que organiza la AISE de forma periódica, Ibrahima (nombre ficticio) conoció al mantero fallecido. “Él era quien se encargaba de repartir la comida, esa era su función. Todos los que estamos aquí lo conocíamos. Los senegaleses nos apoyamos unos a otros. Pedimos justicia y que dejen de perseguirnos en Lavapiés”, dice el joven, que asegura haberse dedicado anteriormente a la venta ambulante.
La marcha no se ha mantenido libre de comentarios racistas. Aunque de forma puntual, dos personas han increpado a los manifestantes senegaleses que pacíficamente han protestado en memoria de sus compañeros y amigos fallecidos. “¡Volved a África!”, ha gritado un hombre en repetidas ocasiones encarándose a ambos manifestantes. “¿Pero no viene la policía a frenarles?”, ha espetado una señora con aparente indignación mientras pasaba por su lado la protesta pacífica.
Lat D. ha seguido el recorrido de la manifiestación entonando los gritos de protesta. Lleva un año y tres meses en España y las muchas horas empleadas la venta ambulante no le dejan mucho tiempo para aprender español. Aún no puede regularizar su situación aunque lo intente: “Puf... imposible, aún me quedan al menos dos años”, dice con risa de resignación. También conocía al mantero fallecido, también pide justicia, también está cansado de correr con su sábana blanca a cuestas cuando aparece la Policía. También está aquí por Mame. También está aquí por él mismo.
Una vez en la Puerta del Sol, los manifestantes se han sentado en el centro de la plaza mientras un grupo de senegaleses eran los encargados de dirigir un homenaje y una oración en memoria de los fallecidos. Para, una vez finalizada, volver a cantar de nuevo “Yo soy Mame” y “Yo soy Ousseynou”, antes de volver a casa. Antes de volver a Lavapiés.