Una asociación saharaui logra en Marruecos la legalización en zona ocupada
Las autoridades marroquíes han legalizado la Asociación Saharaui de Víctimas de Graves Violaciones de Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí (ASVDH). Esta organización fundada por expresos políticos y desaparecidos saharauis, que por su nombre explícito avisa de su cometido, se convierte en la primera asociación defensora de los derechos humanos de la población saharaui que vive bajo la ocupación, que es legalizada por Marruecos.
El objetivo de la ASVDH, que se organiza a través de una junta directiva de 15 personas y una junta de coordinación de 51 miembros de toda la zona del Sáhara ocupado, se basa en “la defensa de los derechos humanos y de las víctimas de las violaciones cometidas por las autoridades de la marroquíes, así como la protección de las personas privadas de libertad por las detenciones arbitrarias, las desapariciones forzosas, etc.”, según explica para eldiario.es Mohamed Mayara, cofundador y miembro de la ASVDH.
Otra de las motivaciones de la organización radica en “la lucha por descubrir la verdad por los mártires que murieron en las cárceles marroquíes, así como responsabilizar y condenar ante la justicia los abusos, incluso participando en querellas presentadas en tribunales españoles contra los torturadores y responsables de esas violaciones contra los saharauis”.
Marruecos ha dado luz verde a una organización que denuncia sus vergüenzas. Como la historia de la saharaui Takbar Haddi. “Me llamo Takbar Haddi. Mi hijo de 21 años fue asesinado por ser activista por la liberación del Sáhara Occidental. No voy a cortar la huelga de hambre hasta que haya justicia”, contó a eldiario.es durante su prolongado ayuno con un hilo de voz. Poco después suspendió la acción de protesta y fue trasladada al hospital.
La mujer ha comparecido en varias ocasiones para denunciar acciones criminales por parte de las autoridades del reino alauí. Siempre con la historia de su hijo como referencia. “Participaba en muchas manifestaciones, era un activista muy valiente. La policía le tenía fichado. Por eso los colonos le raptaron y le llevaron al desierto, ya ni siquiera les llevan a comisaría. Cogieron un coche y le golpearon hasta que perdió el conocimiento”.
Algunos, pelean desde dentro, desde los territorios ocupados por Marruecos, la autodeterminación de su pueblo. Un activista presente en el Festival de cine FiSahara contó a eldiario.es que la resistencia sale cara. “Me cogieron cuando me dirigía a mi casa y me secuestraron durante 24 horas utilizando técnicas de tortura”, contó mientras se señalaba sus manos, con marcas de quemaduras de cigarrillos. El episodio se había producido solo tres meses antes, según su testimonio.
El conflicto del término “legalizar”
Desde un punto de vista analítico de la situación, y sin dejar de lado el entorno al que afecta la noticia de la autorización formal de Marruecos de la AVSDH, el término “legalizar” resulta incongruente ya que es el Gobierno marroquí el que ocupa el territorio ilegalmente, violando así el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas que determinan al Sáhara Occidental como territorio no autónomo.
A pesar de ello, la AVSDH, optó por esta vía porque consideran que “abre un camino para que los saharauis expresen su objeción ante la ocupación y desmienta la propaganda marroquí, que cierra con mano de hierro un territorio ante los periodistas, observadores internacionales y solidaridad, expulsándoles de allí”, como así argumenta Mayara. A lo que, además, añade que sirve para “romper los tabús del miedo y del terror impuestos por las fuerzas marroquís” y de esta manera “seguir el ejemplo de desbloqueo tras el campamento protesta de Gdeim Izik o las revueltas populares en El Aaiún en 2005, bautizadas como 'intifada de la independencia”.
La aprobación por parte de la Administración marroquí, llega 10 años más tarde desde que la asociación iniciara su petición, y nueve años después de que un tribunal negara la inscripción en el registro. Por el camino en esta década, la ASVDH ha sufrido en primera persona la fuerte represión de las fuerzas militares y gendarmería del Estado magrebí. Dos de sus miembros suman la larga lista de presos políticos saharauis. Sabi Ahmed cumple una sentencia de cadena perpetua y Mohamed Tahlil fue condenado a 25 años de prisión.
Otras asociaciones siguen su estela
Otras asociaciones saharauis, intentan seguir el ejemplo de la AVSDH, de tramitar el permiso. Éste es el caso de la Asociación para el Control de los Recursos Naturales y para la Protección del Medio Sáhara Occidental (AMRPENWS, por sus siglas en inglés), que nació el pasado mes de abril para “hacer frente al saqueo permanente y a la explotación sistemática de los recursos naturales del Sáhara Occidental, provocado por la avaricia del régimen marroquí y la complicidad de algunas empresas extranjeras, lo que causa graves daños a nuestro entorno”, explica para este medio, unos de sus miembros, Lahacen Dalil.
Los 15 formantes de esta asociación trabajan además “por el logro de un desarrollo económico en el territorio ocupado del Sáhara Occidental, para abogar por una estrategia de bienestar social” y todo ello “desde el enfoque del derecho al referéndum libre”. Han solicitado el registro de la formación para “poder ser reconocida e interactuar con otras ONG de todo el mundo”. Además de “aspirar a una oficina, un estatus propio que permita beneficiarse de becas y cursos de capacitación fuera del Sáhara Occidental”. Dalil señala que, hasta la fecha, su solicitud ha sido denegada.
Desde la AMRPENWS creen que el motivo de la negativa radica en que con su trabajo van a “exponer al mundo el verdadero rostro de la propaganda y agenda del régimen”. Al mismo tiempo, consideran que la legalización de la ASVDH, “es sólo un paso astuto de Marruecos, con el fin de limpiar su imagen y evitar presiones”.
Y es que, desde que el Sáhara Occidental fuera ocupado por Marruecos en 1975, el activismo pacífico de los saharauis que luchan por sus derechos –que incluye la participación de un referéndum por la autodeterminación– es duramente reprimido. Los abusos y las violaciones de derechos humanos por parte del Gobierno marroquí hacia la población saharaui no cesan. La lucha del pueblo saharaui tampoco.