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Dos peritos ratifican ante el juez que la muerte de Samba Martine en el CIE se podría haber evitado con pruebas médicas

Tumba de Samba Martine, en el Cementerio Sur de Madrid

Gabriela Sánchez

Cuando Samba Martine acudió a la consulta del CIE el 15 de noviembre de 2011 con un cuadro gripal y el antecedente de picor en la zona perianal, el único doctor juzgado en el caso de su muerte “tendría que haber solicitado las pruebas de VIH”, pero no lo hizo. El día en el que la mujer congoleña regresó al mismo médico dos semanas después con los mismos síntomas de catarro, F. H. V. “debería haberla enviado al hospital” para descartar “cualquier afección pulmonar” y, allí, “le habrían hecho el test” del virus de inmunodeficiencia humana, la clave para detectar la enfermedad (criptococosis) de la que acabó falleciendo 19 días después. Con ese diagnóstico, Samba habría tenido hasta “un 70% de posibilidades” de sobrevivir, según la declaración prestada ante el juez este martes por dos peritos especializados en enfermedades de transmisión sexual.

Este no fue el modo de actuar de F. H. V., el único doctor del servicio privado del CIE juzgado por un posible delito de homicidio imprudente ante el fallecimiento de Samba Martine, mujer congoleña que pasó sus últimos 35 días de vida encerada en un el Centro de Internamiento para Extranjeros de Madrid. Tampoco el de los otros acusados, el médico J. E. O. y la enfermera Y. G. C, que se encuentran prófugos de la justicia. La interna solicitó al menos once veces recibir asistencia sanitaria en el centro policial dependiente del Ministerio del Interior, en ninguna se le detectó VIH. La interna sí había sido diagnosticada en el centro de acogida por el que pasó en Melilla, pero no se produjo el traspaso de los datos médicos entre las instituciones gubernamentales implicadas.

Este martes el Juzgado de lo Penal de Madrid número 21 ha celebrado la segunda de tres vistas del caso, centrada en las emisión de las pruebas periciales. Dos doctores especialistas en enfermedades de transmisión sexual y una médico forense han coincidido en la necesidad de enviar al hospital a una persona que presenta un cuadro de gripe que persiste durante dos semanas, como fue el caso de Samba Martine, quien recibió la atención médica del doctor acusado el 15 y el 30 de noviembre. Ambos días presentaba “cefaleas, roncus y sibilancias”, según su historia clínica y tal como confirmó F. H. V. ante el juzgado en su declaración de este lunes.

Los dos médicos especialistas han identificado “mala praxis” en la actuación de los médicos que trataron a Samba Martine durante su estancia en el CIE, según han afirmado en sede judicial. “Una mujer de origen subsahariano es trasladada del CETI de Melilla al centro de internamiento de Madrid y empieza a tener síntomas de patologías: no se entiende bien por qué no se buscaron los posibles diagnósticos de estas”, ha comenzado Concha Colomo, una de las peritos citadas por el magistrado.

“¿Tras llevar 15 días con una patología respiratoria no le llama la atención que podría ser algo más grave? Podría haber sido la criptococosis -de la que falleció- o una neumonía, tuberculosis... ”, se ha cuestionado la médica. A continuación, ella misma se ha respondido, “le dan medicamentos para calmarlo, pero no se va al fondo de la cuestión”.

En todo caso, destaca, “si una paciente llega de África subsahariana presentando ciertas patologías, lo primero que hago es un test de VIH”. Lo justifica con un dato: la población procedente de esta zona del continente cuenta con “una prevalencia al virus del 20%”. Si la paciente presenta picor en la zona perianal, que evidencia una candiadiasis, como podría haber padecido Samba Martine (la pomada contra esta patología tuvo su efecto, según la historia clínica), las posibilidades de ser portadora del virus se incrementan: “Ante cualquier persona que tiene candidiasis ha que pensar que tiene VIH, más aún si es en la zona perianal”, han insistido, a lo que suman el país de origen como otro criterio fundamental a tener en cuenta.

Carmen Baladía, médico forense encargada de la autopsia del cuerpo sin duda de Samba Martine, se ha mostrado de acuerdo en este sentido. “Las personas procedentes de África Subsahariana tienen una tasa superior de seropositividad que los europeos”, ha señalado a través de videoconferencia. A su vez, si una paciente es portadora del VIH, tiene más propensión a tener candidiasis, como podría haber padecido la mujer congoleña semanas antes de morir, ha añadido.

La forense también ha defendido que aconsejaría la realización de pruebas hospitalarias, como una radiografía, ante un paciente que presentase síntomas gripales que no se amilanan con la medicación. “Si le duele la cabeza, no tiene fiebre, tiene tensión normal, roncus y es invierno, le mando antihistamínicos. Si no se le quita en 48 horas, recomiendo acudir a su médico de cabecera o a urgencias”, ha indicado Carmen Baladía, médico forense encargada de la ejecución de la autopsia al cuerpo sin vida de Samba Martine.

Sin embargo, Baladía no ha considerado que se ha producido “mala praxis” en la asistencia sanitaria ofrecida por los doctores del CIE en el diagnóstico de la criptococosis, la afección específica que acabó con la vida de la mujer congoleña. “Es una enfermedad rara, por lo que concluyo que no ha habido mala praxis (en su falta de diagnóstico), teniendo en cuenta que además suele afectar más a varones y la afectada presentaba síntomas gripales banales, era invierno y desconocían que era seropositiva”, ha desarrollado.

En ese matiz, en que Samba Martine era seropositiva y ningún médico del CIE lo había detectado radica la “mala praxis” para los otros dos peritos. La forense centró el inicio de la declaración en la detección de la enfermedad rara que padeció la mujer congoleña. Tras ser preguntada al respecto por la acusación y el magistrado, la médica ha reconocido que se deberían haber practicado las pruebas de VIH ante el cuadro de la interna, lo que podría haber conllevado la “realización de pruebas más profundas” que hubieran incrementado las posibilidades de diagnosticar la criptococosis que derivó en el fallecimiento de la mujer congoleña.

Policías: “No la veía bien para trasladarla en un coche policial”

En el marco de las pruebas periciales, también estaban citados varios agentes de la Policía Nacional que tuvieron contacto con Samba Martine el día de su muerte. Dos de ellos fueron los encargados del traslado en un coche patrulla de la mujer congoleña al Hospital 12 de Octubre desde el CIE de Aluche, horas antes de su muerte. A las puertas del edificio, vieron a la interna acompañada de una trabajadora de Cruz Roja y otro miembro policial. “Estaba muy débil ”, han reiterado en su declaración judicial. “En el coche iba alicaída, adormilada, no tenía fuerza ni para quejarse”.

Tan “débil” estaba Samba que los agentes evidenciaron su disconformidad ante su traslado al hospital en furgón en vez de en ambulancia. “Yo dije que no la veía bien para ser trasladada en un vehículo policial”, ha sostenido uno de ellos, quien preguntó por “la persona responsable” para mostrar su rechazo. Esa persona era la enfermera Y. G. C., también acusada en el proceso por la muerte de Samba Martine pero que ha huido de la Justicia. La sanitaria inyectó “nolotil intramuscular y orfidal” a la interna “sin que conste prescripción médica”, cuando “prácticamente no podía mantenerse en pie”, según el juzgado de instrucción.

“La enfermera me dijo que podía ser trasladada en el coche patrulla, que el médico ha dicho que es apta”, ha continuado el policía, quien ha reconocido que los traslados en vehículos policiales (en vez de en ambulancias) de enfermos del CIE al hospital son habituales. “No nos parecía pertinente, pero nos dijeron que no tenía una enfermedad contagiosa y podíamos hacerlo”, ha apuntado el otro agente.

Sobre si conocía el estado de salud de la mujer congoleña, responden de forma negativa. Tan solo les entregaron un “sobre lacrado” del que no pudo ver su contenido. “No nos informan de nada, es algo de lo que siempre me quejo”, ha afirmado el primer policía en testificar.

Por otra parte, han declarado este martes dos agentes policiales que en 2011 prestaban servicio en el CIE de Aluche. Una de ellas fue la encargada de avisar a la enfermera del aparente mal estado de salud de la mujer congoleña la mañana de aquel 19 de diciembre. “Pasaba por el comedor y vi que estaba sentada con una manta. Le dije que si se encontraba bien. Me dijo que no, y la enfermera se la llevó a la enfermería”. Horas después, tras 35 días encerrada por no tener papeles y pedir asistencia sanitaria en once ocasiones sin que le fuese realizada ninguna prueba médica, la vida de Samba Martine, madre de una niña de nueve años, con la que emprendió su viaje a Europa desde República Democrática del Congo, se apagó en una cama del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

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