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¿Cuánto trabajamos? 40 horas la mayoría, más los hombres, los autónomos y en la agricultura

Ilustración sobre jornadas laborales.

Laura Olías / Raúl Sánchez

16 de septiembre de 2023 22:21 h

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Si habitualmente trabaja ocho horas al día, 40 horas a la semana, debe saber que comparte suerte con algo más de la mitad de los trabajadores en España. Más de 10,5 millones de personas, el 50,1% de los ocupados, afirma tener ese horario, la jornada máxima legal, que formaciones como Sumar y los sindicatos quieren reducir en esta legislatura. La Encuesta de Población Activa (EPA) ofrece multitud de datos sobre cuánto trabajamos en España, con diferencias muy sustanciales dependiendo de la situación laboral, el tipo de contrato, el sexo o el sector de actividad.

De media, los trabajadores en España afirman cumplir jornadas de 37,7 horas a la semana, según los últimos datos de la EPA del segundo trimestre del año. Cuando se desglosa esta media, a través de los microdatos de la estadística, se puede dividir a los trabajadores por grupos entre los que echan menos y más horas.

El colectivo más numeroso se concentra en el máximo de 40 horas semanales (8 diarias), con el 50,1% del total de ocupados. A continuación, aunque a gran distancia, destaca el grupo de personas que trabaja con horarios parciales, menos de 35 horas, que suman el 16,3% del total, y también quienes echan más largas jornadas, de más de 45 horas semanales (9 horas al día), que suponen el 10,5% del total.



Las otras dos jornadas con más peso son las 37 horas a la semana (unas 7 horas y media al día) y las 35 horas a la semana (7 horas al día), con el 8,2% y 7,3% de los trabajadores, respectivamente. Ambos horarios han ido prosperando en la negociación de patronales y sindicatos en algunos convenios colectivos. La jornada de 35 horas sobre todo cunde entre trabajadores públicos, aunque no en todas las Comunidades Autónomas.

Trabajar menos horas se prevé como uno de los debates laborales de la próxima legislatura. Tras casi cuatro décadas sin cambios normativos, se plantea recortar la jornada máxima de 40 horas semanales, que se suelen repartir en las 8 horas de trabajo diarias, pero sin recortar el salario. Hay varias propuestas en el horizonte, como las 37, 35 e incluso 32 horas de trabajo a la semana, que tendrían un importante calado en la gran mayoría de trabajadores.

Hace unos días, UGT propuso reducir la jornada a las 35 horas semanales en esta legislatura. De momento, este horario solo alcanza a 1,53 millones de trabajadores. Por su parte, Sumar defiende disminuir la jornada a las 37,5 horas a la semana al año que viene, en 2024, y avanzar progresivamente hasta las 32 horas, una cifra muy ligada a la defensa de la semana laboral de cuatro días (aunque podría repartirse de manera distinta).

Los autónomos trabajan muchas más horas

Cuando se analizan estos grupos según la situación laboral de los trabajadores, si son autónomos o asalariados, la EPA muestra con nitidez cómo los segundos ganan terreno entre las largas jornadas. Los trabajadores por cuenta propia suponen casi el 60% de los 2,2 millones de personas que afirman trabajar habitualmente más de 45 horas a la semana. Es decir, más de 9 horas diarias.



Si atendemos a la media, los autónomos se sitúan muy por encima del dato general, con jornadas habituales de 44,3 horas a la semana. Los autónomos empleadores, responsables de un negocio, son los que más horas trabajan (46,6 horas a la semana), seguidos de los trabajadores independientes (43,6 horas) y a mucha distancia figuran los miembros de cooperativas, con horarios de 39,7 horas semanales.

“Es una de las cosas sobre las que venimos advirtiendo en UATAE: las largas jornadas, que exponen a más riesgos psicosociales y a unos problemas de conciliación tremendos. Al no existir una retribución mínima, ni fija, eso se traduce en que los autónomos son quienes suelen hacer más horas. Cuantas más horas se trabaje se puede traducir en una mayor retribución, por lo que pocas personas renuncian a ello”, explica Antonio García, técnico de la asociación de autónomos UATAE.

Con límites legales establecidos, los asalariados en cambio tienen horarios de 36,6 horas a la semana de media, un dato que está influenciado por dos factores que presionan a la baja: los contratos temporales, que tienen más peso en jornadas más cortas, así como los contratos a tiempo parcial, que son modalidades con horarios reducidos.

Así, el horario medio de los asalariados indefinidos que trabajan a tiempo completo es de 39,5 horas a la semana, grupo en el que se concentra la inmensa mayoría: 12,8 millones de personas. En cambio, la media para quienes tienen un contrato parcial se sitúa en 21 horas a la semana, si tienen contrato indefinido, y en 17 horas si es temporal.

Brecha entre hombres y mujeres: 40 horas frente a 35 horas

Otra de las variaciones significativas en el tiempo de trabajo pasa por las diferencias por sexos. Los hombres trabajan más horas que las mujeres, de media 39,9 horas a la semana frente a un promedio de 35,2 horas semanales para ellas.



Se trata de una brecha sostenida, en todos los grupos de edad, que además se amplía a partir de los 35 años, años en los que muchas mujeres tienen hijos. Frente a jornadas crecientes con la edad en el caso de los hombres, en las mujeres se retrocede entre los 35 y 44 años, años de crianza en los que ellas suelen asumir más tareas de cuidados, a veces con reducciones de jornada o también limitando las extensiones de jornada, lo que limita sus remuneraciones.

Hay muchos factores que explican esta diferencia horaria entre mujeres y hombres, como las largas jornadas de sectores masculinizados –como el campo y la construcción– o la menor presencial femenina en puestos de dirección, que son de las ocupaciones con jornadas medias más extensas (42,8 horas semanales).

Pero sobre todo, tiene especial relevancia la gran disparidad de género en los contratos a tiempo parcial, que recaen en un 73% en las mujeres. De los 2,8 trabajadores con esta modalidad de jornadas más reducidas, más de dos millones son mujeres frente a 770.000 hombres.



Es importante destacar que los contratos a tiempo parcial no siempre son deseados: casi la mitad, el 48% de las personas con este tipo de jornada, afirma que tiene ese contrato por “no haber podido encontrar trabajo de jornada completa”. De ellas, 977.500 son mujeres y 378.200, hombres.

El segundo motivo más señalado por las mujeres es el “cuidado de niños o de adultos enfermos, incapacitados o mayores”, que señalan más de 356.000 mujeres y solo 22.700 hombres. En el caso de ellos, el segundo motivo más frecuente para tener jornadas reducidas es “seguir cursos de enseñanza o formación”.

La OIT advertía en un reciente informe sobre jornadas de trabajo que, aunque tradicionalmente se señalado más hacia los largos horarios, por el riesgo en la salud que suponen para los trabajadores, también son preocupantes las jornadas muy cortas. “Estas modalidades suelen ser involuntarias para los trabajadores, es decir, tienden a estar asociadas al subempleo por insuficiencia de horas”, que limita sus salarios, sus posibilidades de vida y también sus derechos de protección social.

Horarios de trabajo, sector a sector

Si se atiende al tipo de actividad, también se encuentran grandes diferencias entre los horarios habituales de los trabajadores de unas y otras. Lideran la estadística tres sectores muy masculinizados: la agricultura, la construcción y los transportes.



Hay un amplio abanico de sectores que se sitúan por encima de la media de 37,7 horas a la semana, como diversas industrias, las actividades financieras o el comercio, entre otras. Por otro lado, por debajo del promedio se observan varias ocupaciones del sector público (administración, Seguridad Social, sanidad y educación) y también otros sectores con un gran peso de los contratos a tiempo parcial: como las actividades administrativas, artísticas, la hostelería y, sobre todo, el trabajo doméstico.

Como se reflejaba en los datos globales, los autónomos echan más horas que los asalariados de manera generalizada. El ejemplo que más llama la atención son las larguísimas jornadas en la agricultura, ganadería y pesca, de 51,7 horas a la semana.



Si echamos la vista atrás, la jornada de trabajo viene reduciéndose en las últimas décadas y todo indica que seguirá ocurriendo en los próximos años. Sobre todo por fenómenos como la simplificación de tareas gracias a la tecnología y al envejecimiento de los trabajadores, destacaba el Banco de España en un reciente análisis.

El regulador apuntaba que en los últimos 30 años, la jornada semanal se ha reducido cinco horas influida por la incorporación de la mujer al mercado laboral y por procesos como la “terciarización” de la economía. Es decir, cómo gana peso el sector servicios, con jornadas menos extensas que el primario, por ejemplo.



Junto a estas tendencias, será clave para el futuro el debate regulatorio que se inclina por dar un salto a la baja en las horas de trabajo, aprovechando los avances tecnológicos y de productividad. Eso sí, sin mermar los salarios, un elemento especialmente delicado en España, donde las remuneraciones no son muy elevadas y hay muchas personas que no podrían permitirse una rebaja de sus sueldos, advierten los sindicatos.

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