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Bruselas rebaja el crecimiento al 4% para España en 2022, pero sigue a la cabeza de la UE

El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, en una fotografía de archivo.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
16 de mayo de 2022 11:02 h

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El Gobierno ha rebajado las previsiones de crecimiento para 2022 del 7% al 4,3%. El Fondo Monetario Internacional ha hecho lo propio, del 5,8% al 4,8%. Y, este lunes, la Comisión Europea ha presentado las suyas, que son las que ofrecen un dato más bajo para España, y pasa del 5,6% previsto el 10 de febrero, al 4% del PIB anunciado ahora por el impacto de la guerra desatada en Ucrania tras la invasión rusa del país. Bruselas también recorta un punto sus pronósticos para 2023 para España, y pasa del 4,4% al 3,4%, lo que hace que se retrase alcanzar los niveles previos a la pandemia hasta el tercer trimestre de 2023.

“Las inversiones en el marco del fondo de recuperación y la reactivación del sector turístico están destinadas a apuntalar el crecimiento económico durante el horizonte de las previsiones, hasta 2023”, afirma el Ejecutivo comunitario. Así, la Comisión Europea prevé también que la inflación alcance su punto máximo a mediados de 2022 y promedie un 6,3% este año, y que “el mercado laboral se mantenga fuerte, con la tasa de desempleo en su nivel más bajo desde 2008”.

Bruselas también confía en que el déficit público mejore, ayudado por los fuertes ingresos.

“El pronóstico de crecimiento para España tiene en consideración las circunstancias”, ha explicado el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni: “y, de entre las grandes economías de la UE, es fuerte: un 4% para 2022 y un 3,4% para 2023”. Gentiloni ha explicado que la previsión está conectada “con el impacto positivo de la implementación de los fondos de recuperación, la reapertura de la economía y el turismo”.

En cuanto al impacto de la subida de las pensiones de acuerdo con el IPC, Gentiloni ha afirmado: “Lo evaluaremos cuando evaluemos la petición de desembolso vinculada con las reformas. Por supuesto, está alineado con la decisión del Consejo, y además hay un compromiso de que el sistema de pensiones sea sostenible, y lo analizaremos más adelante”. 



“Al ejercer más presiones sobre los precios de las materias primas, provocando nuevas interrupciones en el suministro y aumentando la incertidumbre, la guerra está agudizando los frenos al crecimiento, que antes se esperaba que disminuyeran”, afirma Bruselas.

La Comisión Europea prevé ahora un crecimiento del PIB tanto en la UE a 27 como en la zona del euro del 2,7% en 2022 y del 2,3% en 2023, frente al 4% y el 2,8 % (2,7 % en la zona del euro), respectivamente, en la previsión provisional de invierno de 2022, publicada el 10 de febrero pasado.

La rebaja debe leerse en el contexto del impulso adquirido por la economía en la primavera y el verano del año pasado, que agrega alrededor de 2 puntos porcentuales a la tasa de crecimiento anual. El crecimiento de la producción se ha reducido del 2,1% al 0,8%.

El principal golpe para las economías mundial y de la UE proviene de los precios de las materias primas energéticas. Aunque ya habían aumentado antes de la guerra, desde los bajos niveles registrados durante la pandemia, la incertidumbre sobre las cadenas de suministro ha presionado los precios al alza, al tiempo que aumenta su volatilidad. Esto es así con los alimentos y otros bienes y servicios básicos, ya que el poder adquisitivo de los hogares está disminuyendo.

Las interrupciones en la logística y la cadena de suministro por la guerra, así como el aumento de los costes de los suministros para una amplia gama de materias primas, se suman a las perturbaciones en el comercio mundial causadas por las drásticas medidas de contención de la COVID-19 que aún se aplican en partes de China, lo que pesa sobre la producción.

Fuerte mercado laboral

“El mercado laboral ganó resiliencia durante la pandemia gracias a los esquemas de trabajo a corto plazo (los llamados ERTE). Como resultado, a fines de 2021 la tasa de desempleo se encontraba en su nivel más bajo desde 2008. Se esperan nuevas disminuciones (del 14,8% en 2021 al 13,0% en 2023), debido a la continua creación de empleo y la disponibilidad del 'mecanismo RED' recientemente creado para apoyar a las empresas y trabajadores en transición”, dice la Comisión Europea: “Se prevé que el crecimiento de los salarios se acelere, pero a un ritmo más lento que los precios, lo que provocará pérdidas en el poder adquisitivo de los hogares y una disminución de la tasa de ahorro de los hogares en el futuro”.

Frenazo en el primer semestre de 2022

El PIB de España creció un 5,1% en 2021, recuperándose en parte del descenso sin precedentes de 2020 (-10,8 %). El crecimiento se aceleró en la segunda mitad del año gracias a la campaña de vacunación contra la COVID-19 y la relajación gradual de las medidas de contención relacionadas con la pandemia, la reactivación del turismo internacional y la fortaleza de la demanda interna, explica Bruselas.



“La economía española mantenía el impulso a principios de 2022, pero las interrupciones del suministro y la escalada de las presiones inflacionarias en el contexto de la guerra han ralentizado la actividad económica desde finales de febrero. Como resultado, el PIB creció un 0,3% intertrimestral en el primer trimestre de 2022 (frente al 2,2% en el cuarto trimestre de 2021), frenado por la fuerte contracción del consumo privado. Se espera una mayor desaceleración en el segundo trimestre (0,1%) debido a la persistencia de obstáculos al crecimiento”, señalan las previsiones de la Comisión Europea.



Perspectivas y riesgos

En general, se prevé que el PIB crezca un 4% en 2022 y un 3,4% en 2023, retrasando el cierre de la brecha con el nivel del PIB anterior a la crisis hasta mediados de 2023.

“La reactivación de la actividad turística ha sido el principal motor del crecimiento económico desde el verano de 2021 y se espera que mantenga su impulso en 2022, lo que permitirá una gran contribución de las exportaciones netas al crecimiento del PIB”, relata el Ejecutivo comunitario.

Bruselas espera que el crecimiento económico se acelere a partir del tercer trimestre de 2022 gracias a las inversiones del fondo de recuperación y cierta reactivación del consumo privado. Se espera que este último sea respaldado por la solidez del mercado laboral y los ahorros acumulados durante la pandemia.

Sin embargo, Bruselas prevé que el deterioro del poder adquisitivo de los hogares en un contexto de alta inflación y caída de los salarios reales sea un lastre. Se proyecta que el consumo privado se mantenga por debajo de su nivel previo a la pandemia durante el horizonte de pronóstico, 2022 y 2023.

“Los precios de la energía han aumentado en España más rápido que en la mayoría de los países de la eurozona. Una mayor escalada de precios puede afectar especialmente a la actividad en sectores como el transporte, la construcción y la industria de uso intensivo de electricidad. Las decisiones de consumo e inversión podrían posponerse hasta que las disrupciones actuales desaparezcan”, dice la Comisión Europea.

El consumo privado podría verse afectado aún más por el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares, en particular en aquellos más vulnerables. “Además, la escasez de suministros en los sectores que reciben una gran parte de los fondos de recuperación (por ejemplo, la construcción) podría afectar la entrega de inversiones verdes y digitales previstas en el plan”, sostiene la Comisión Europea.

Por el contrario, las inversiones de los fondos podrían conducir a efectos de atracción más amplios que los proyectados y un impacto más fuerte de lo supuesto en el crecimiento potencial podría materializarse a partir de reformas clave de los fondos de recuperación.

La inflación, alta

Los precios de la energía han sido el principal impulsor del fuerte incremento del  Índice de Precios de Consumo Armonizado  (IPCA) desde la primavera de 2021 (7,9% interanual en el primer trimestre de 2022), aunque el efecto de traspaso a los precios de otros bienes y servicios es cada vez más evidente.

Bruselas prevé que la inflación comience a disminuir lentamente a mediados de año, ayudada por medidas gubernamentales como los descuentos en combustible y el tope en los precios mayoristas del gas. Aun así, pronostica que la inflación interanual aumente del 3% en 2021 al 6,3% en 2022. En 2023, se espera que la reversión de los efectos de base de los precios de la energía reduzca la inflación interanual medida al 1,8%.

Se prevé que la inflación subyacente se mantenga alta, alcanzando el 3,9% en 2022 y disminuyendo al 2,7% en 2023.

Mejora del déficit público

España finalizó 2021 con un balance de las Administraciones Públicas mejor de lo esperado por la Comisión Europea: “La recuperación de la actividad económica y el buen comportamiento de los ingresos impulsaron la reducción del déficit público del 10,3% del PIB al 6,9%. Además, la mayoría de las medidas relacionadas contra la COVID-19 se volvieron más específicas y crearon espacio para que las medidas amortiguaran el impacto del aumento de los precios de la energía”.



En 2022, Bruselas prevé que el déficit público se reduzca aún más gracias al crecimiento económico sostenido y la fortaleza de los ingresos, en particular de los impuestos sobre la producción y las importaciones.

Por el lado del gasto, las medidas para paliar las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania pesarán sobre el déficit, que se proyecta en el 4,9% del PIB. “En 2023, se prevé que el déficit público continúe reduciéndose (4,4% del PIB), reflejando un crecimiento económico dinámico y una moderación del gasto que compensen el retorno gradual de los ingresos a sus elasticidades tradicionales”, prosigue la Comisión Europea: “Sin embargo, la indexación de las pensiones puede generar un gasto superior al previsto si persisten las presiones inflacionarias”.

Por último, Bruselas prevé “que la deuda pública disminuya gradualmente hasta el 113,7 % del PIB en 2023, impulsada principalmente por el crecimiento del PIB nominal”.



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