Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“El extremeño rico paga y recibe lo mismo que el rico catalán”

Ignacio Zubiri.

Belén Carreño

Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco, no tiene pelos en la lengua. Cuando se le pregunta si quiere hablar abiertamente de Catalunya, algo que rechazan muchos de sus colegas, no lo duda. Zubiri cree que se están contando muchas mentiras por parte de los independentistas, en un proceso que le recuerda a lo que se contó antes del Brexit. Aunque reconoce que las cuentas se estiran como el chicle, cree que el sistema de financiación actual busca la equidad y que cuestionarlo es cuestionar la progresividad fiscal.

¿Qué impacto económico tendría una declaración unilateral de independencia (DUI) por parte de Catalunya?

Una independencia unilateral, en contra de la voluntad de España y sin contar con la Unión Europea, sería un desastre. Muchas empresas se irían de Cataluña porque dejaría de ser un punto de acceso a los mercados español y de la UE. Y los que se quedaran tendrían dificultades serías porque su acceso al mercado único sería limitado y estaría sujeto a cuotas aranceles, etc. Y dependerían de una moneda, el euro, de la que son meros usuarios sin opinión ni participación en el Banco Central Europeo. Al final la mayoría de la población acabaría perjudicada. La visión que venden los independentistas es simplista: estaríamos mejor porque dejaríamos de aportar al resto de España. Pero no cuentan todos los efectos derivados de perder el acceso  a España y la UE. Muchas empresas se irían y las que se quedaran tendrían un retroceso brutal en los mercados. No reconocer esto es negar lo evidente. Por eso insisten que la DUI no supondría romper relaciones con España ni con la UE a pesar de que es evidente lo contrario y los representantes de la UE lo repiten continuamente. Uno puede plantear la independencia si quiere, pero no puede hacerlo mintiendo sobre las consecuencias. Se debe saber el coste de las acciones.Y las más afectadas serían las clases medias que terminarían pagando precios más altos para poder consumir.

Pero Catalunya aporta más de lo que recibe del resto de España. Entonces, ¿no saldría ganando?

Si la independencia fuera pactada y, todo lo demás quedara igual (esto es, los intercambios económicos con España y la UE siguieran igual) Catalunya estaría mejor porque todo seguiría igual excepto que dejaría de aportar dinero a la solidaridad con otras CC.AA. Según las balanzas encargadas por el Gobierno esto podría suponer una ganancia de casi 10.000 millones. Pero claro, este ceteris paribus –todo lo demás igual– solo está en los sueños de los independentistas. De hecho, a más de un estudiante de primero he suspendido yo por razonar así e ignorar las implicaciones económicas reales de las medias.

¿Tienen sentido las reclamaciones de Catalunya de que aportan demasiado al sistema?

No, por al menos tres razones. Primero porque la redistribución es entre personas y no entre regiones. Un rico de Extremadura aporta a la redistribución lo mismo que un rico de Cataluña. Lo que pasa es que hay más ricos en Catalunya. Catalunya como ente no aporta nada, lo hacen los que viven allí y aportan en las mismas condiciones que los que viven en otras comunidades autónomas.

La segunda razón es que el sistema español de financiación de las autonomías se basa en que todos los españoles reciban las mismas prestaciones de servicios públicos fundamentales. Con el sistema actual todos los españoles recibimos lo mismo. Y, de nuevo, el extremeño rico paga y recibe lo mismo que el rico catalán. En este contexto, decir que Catalunya aporta mucho es cuestionar el principio que justifica las aportaciones de los residentes en Catalunya a otras regiones. Esto es, que todos los españoles tienen derecho al mismo nivel de servicios básicos. Solo quien crea que los catalanes tienen derecho a recibir más prestaciones que los extremeños (porque no tiene un sentimiento de solidaridad con los habitantes del resto de España) puede afirmar que Catalunya aporta demasiado.

En tercer lugar está la cuestión de que la aportación de impuestos es solo unos de los elementos a tener en cuenta en una evaluación de quién aporta y quién gana en una relación económica. Como ya he señalado antes, es necesario tener en cuenta otros elementos como la facilidad de accesos a los mercados por ser parte de España, los beneficios de regulaciones que favorecen a Catalunya, etc...

¿El sistema seguiría siendo progresivo si Catalunya aportara menos?

El sistema de financiación de las comunidades autónomas es muy igualitario. Mide (habría que decir, mal mide) la necesidad de cada comunidad y reparte el dinero igualando la financiación por unidad de necesidad. De esta forma se genera una redistribución entre las comunidades de régimen común en la que cada una aporta (implícitamente) lo que recauda por encima de su necesidad. En este sistema la redistribución la financian esencialmente Madrid y, en menor medida, Catalunya. Si Catalunya aporta menos pues o bien las demás comunidades reducirían sus recursos, o el gobierno central sube los impuestos de todas los demás. En cualquier caso, la progresividad global se vería mermada de forma importante. Más importante cuanto menos aporte Catalunya.

Si cuestionas el sistema porque crees que pagas mucho y recibes poco es que no estás de acuerdo en que los españoles tengan que recibir lo mismo. Lo cuestionas por igualitario, así que se quebraría aún más el principio de igualdad en todo el territorio.

¿Se podría pactar un sistema como el cupo foral?

Sería muy complicado por el coste. El sistema foral es sostenible como una excepción para comunidades no muy grandes. Pero Cataluña supone el 20% de la economía y uno de los pilares que financia la redistribución del sistema común. Incluso siendo cautos, Catalunya obtendría más de 9.000 millones adicionales con un sistema foral (más del 4% de su PIB) y este dinero habría que restarlo de lo que reciben otras comunidades o subir los impuestos. Además, pronto habría otras CC.AA. que pedirían el sistema foral. ¡Quizá hasta Madrid!.

¿Qué pasa si se extiende esta situación de indefinición con un hipotético 155?

Los mercados no creen la independencia porque implica la salida de la UE. Creer lo contrario es como creer que mañana cualquier región de la UE puede declararse independiente como quiera y exigir un sitio en la Comisión, escaños en el Parlamento Europeo, etc. Y, salvo para los antisistema, sería una absoluta irresponsabilidad sacar a Catalunya de la UE. Aplicar el artículo 155 mantendrá la incertidumbre y eso no es bueno para los mercados. En todo caso todo dependerá de si al final con el 155 la situación se calma o sigue tensándose.

Etiquetas
stats