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Los datos de la EPA desmontan el alarmismo del PP: récord de indefinidos y más creación de empleo que con Rajoy

Daniel Lacalle, Adolfo Suárez Illana, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso en un acto del partido en Madrid

Laura Olías

Termómetro del estado del mercado laboral a tres días de las elecciones generales. La utilización de los últimos resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al primer trimestre de 2019, como arma arrojadiza de los partidos políticos en la recta final de la campaña estaba casi garantizada. Los datos obtenidos permiten afirmar que el mercado laboral resiste pese a los discursos alarmistas de desaceleración, sobre todo lanzados por el PP. La EPA dibuja aspectos positivos, como un aumento del ritmo de creación de empleo y una ligera caída de la temporalidad (todavía elevada), pero también negativos, como una reducción del paro inferior a la del cierre de 2018.

Una de las primeras reacciones de los resultados de la EPA ha sido la sorpresa. Varios de los organismos que elaboran predicciones sobre la evolución del mercado laboral habían difundido estimaciones mucho más pesimistas para este trimestre, que es generalmente desfavorable. Asempleo, que había calculado una reducción de empleo cercana a los 200.000 trabajadores (frente a los 93.400 finales), ha destacado que los resultados constatan que “el mercado laboral español muestra síntomas de robustez frente a los riesgos de desaceleración económica”.

Desde BBVA Research, su responsable de Análisis Macroeconómico, Rafael Doménech, ha valorado que el empleo descendió en este primer trimestre “por motivos estacionales, pero se comportó mejor de lo previsto”. El organismo había estimado que el descenso del número de trabajadores llegaría a las 132.000 personas.

Y es que, aunque los datos de destrucción de empleo del primer trimestre del año respecto a los tres meses precedentes son negativos, para poder comparar los resultados se deben utilizar dos referencias en las que el mercado laboral sale bastante mejor parado.

Por un lado, los datos trimestrales desestacionalizados, que eliminan la estacionalidad de los resultados, como por ejemplo las variaciones ligadas a la celebración de la Semana Santa, que este año cayó en abril y en 2018 en marzo. Según esta variable, en el primer trimestre aumentó el empleo en 148.700 personas, con una tasa del 0,8% (algo inferior a la del trimestre anterior, del 0,9%, pero superior al mismo periodo de 2018, 0,6%).

Por otro lado, la segunda variable que se suele utilizar para analizar la creación de empleo es la evolución en términos interanuales. Este es uno de los datos más celebrados de esta EPA por la mayoría de los economistas, incluso de pensamiento ultraliberal como Juan Ramón Rallo. El primer trimestre ha constatado “una aceleración del empleo”, como ha destacado el Banco de España (pdf): el ritmo interanual ha alcanzado el 3,2%, el dato más alto desde hace tres años. En términos absolutos ha supuesto la creación de casi 600.000 puestos de trabajo en los últimos doce meses, un dato que no se alcanzaba desde hace más de una década.

El PP presiona con una campaña

El PP en cambio ha hecho una lectura catastrofista de los resultados de la EPA, con llamadas al voto para “salvar a España de la crisis en ciernes que Sánchez trata de ocultar mintiendo otra vez a los españoles”. Con Pablo Casado y su gurú económico, Daniel Lacalle, a la cabeza, el PP ha lanzado este jueves una campaña en la que acusan al PSOE de ser “adictos al paro”. El lema es: “No es Pedro Sánchez, es #ParoSánchez”.

El Partido Popular se centra en uno de los datos más negativos de la encuesta: el aumento del número de parados en 49.900 personas en el primer trimestre de 2019 respecto al anterior, el peor desde el año 2013. Pero, de nuevo, este dato no es el más indicado para analizar la evolución del paro, que sigue siendo muy elevado y es uno de los problemas estructurales del mercado laboral español.

Con los datos trimestrales desestacionalizados se evidencia que el desempleo se ha recortado en unas 96.600 personas, con una tasa de reducción de -2,92% (que es inferior al -3,50% del trimestre precedente y bastante parecida al -3,09% del primer trimestre de 2018).

En cuanto a la reducción interanual del paro, en los últimos doce meses hay 441.900 desempleados menos. El ritmo de caída se sitúa por tanto en el -11,64%, que también evidencia una reducción respecto al mismo dato del cierre de 2018 (-12,28%).

Sin embargo, el PP se ha servido de la EPA para defender que el Gobierno de Pedro Sánchez ha provocado paro. “En menos de un año Sánchez vuelve a demostrarnos que PSOE ES PARO. Pronto demostraremos que @populares es empleo y que siempre salva a España de las crisis que crean los socialistas”, ha tuiteado el gurú económico del PP.

Lacalle engloba en ese mensaje el mandato de Sánchez en su conjunto, pero los datos de la EPA evidencian que el balance del Ejecutivo socialista fue mejor que el de Mariano Rajoy en ese mismo periodo. Pedro Sánchez llegó a la Moncloa a principios de junio. Los datos de paro del segundo trimestre del año de la EPA situaban el total de desempleados en 3.490.100 personas. Dados los últimos resultados de la encuesta, el balance durante sus meses de mandato es de 135.900 parados menos. Con el Ejecutivo de Rajoy en esos meses del año anterior, la caída fue de 118.200 desempleados.

La misma comparativa entre el mandato de Sánchez y de Rajoy en materia de creación de empleo también deja mejor parados a los socialistas. Desde el segundo trimestre de 2018 al primero de 2019, el número de trabajadores aumentó en 127.000 personas, frente al incremento de 60.900 durante el Gobierno del PP de Rajoy.

Descenso de la temporalidad

Otro de los datos más positivos según los analistas es el aumento del número de trabajadores con contratos indefinidos, hasta alcanzar un máximo histórico: las 12.124.000 personas. El PP advertía, sobre todo a raíz del aumento del salario mínimo interprofesional hasta los 900 euros mensuales, que la contratación indefinida se desplomaría.

Sin embargo, entre enero y marzo de 2019 se han incrementado los ocupados con contratos indefinidos y ha menguado el número de trabajadores temporales, por lo que se ha logrado reducir la tasa de temporalidad hasta el 25,9%.

Su disminución en el primer trimestre supone una buena noticia, ya que este porcentaje –que refleja la proporción de asalariados con contratos temporales sobre el total– aumentaba de manera continuada desde hace cinco años. Aun así, la tasa de temporalidad permanece muy alta, con uno de cada cuatro empleados con este tipo de contratación. El exceso de temporalidad, muchas veces injustificada, es una de las principales asignaturas pendientes del mercado laboral que deberá asumir el próximo Gobierno.

El dato, además, tiene matices: la temporalidad baja en el sector privado, pero su aumento en el empleo público persiste. “La ratio de temporalidad del sector privado descendió 0,9 puntos porcentuales, hasta el 25,6%, mientras que se observó un nuevo aumento de esta ratio en el sector público, alcanzando el 26,8%”, destaca el Banco de España. Este resultado distancia aún más a la Administración Pública de la meta de una temporalidad del 8% a finales de 2020 que pactó el Gobierno del PP con los sindicatos.

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