Feliz Día Mundial sin Compras: así nació la jornada anti-Black Friday
La resaca del Día de Acción de Gracias estadounidense trae consigo desde hace varios años el Black Friday, una jornada de consumismo desenfrenado que las grandes compañías facilitan con grandes descuentos y ofertas. Pero desde 1992 se celebra paralelamente el Día Mundial sin compras, un anti-Black Friday que pretende ser una fecha de reflexión promoviendo una huelga de consumidores a las puertas de la campaña más consumista del año: la Navidad.
La idea surgió del publicista canadiense Ted Daves y fue publicitada por el magazine Adbusters, logrando después que muchas asociaciones ciudadanas y ONG's repartidas por todo el mundo se sumen a esta iniciativa. Según el propio magazine, el objetivo es concienciar de que “ningún objeto te puede hacer feliz. Intenta no comprar nada para Navidad y vivirás las vacaciones navideñas más divertidas. No compres nada y vívelo todo”. Adbusters lanza oficialmente la campaña tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, Suecia, Francia, Finlandia, Japón, Dinamarca, Holanda y Hungría, aunque en muchos otros países también se sigue.
Pese a este movimiento, el Black Friday crece cada año globalmente, como demuestra un estudio de Worten realizado por la consultora GFK y que sitúa en un 21% el aumento de las compras en España respecto al 2014, o el gasto medio que esta temporada se situará en torno a los 202 euros por persona.
En España son varias las organizaciones como Ecologistas en Acción que secundan esta iniciativa, quienes llevan desde 2005 realizando acciones en este sentido aunque uno de los grupos que forman parte del colectivo, Consume Hasta Morir, ya se sumó al proyecto en el año 2002. Así lo explica Isidro Jiménez, miembro de Ecologistas en Acción que explica como “en sitios donde no había tradición del Día de Acción de Gracias quisimos seguir la acción pero dándole una vuelta, sobre todo organizando acciones clave”. Como ejemplo, señala que “un año fomentamos el pequeño comercio, lo más local y cercano. También el comercio ecológico o incluso el comercio justo”. Respecto a las acciones preparadas para este año, Isidro afirma que “no nos hemos centrado en una sola cosa, le hemos querido dar importancia a un modelo más global y que piense en la conexión entre nuestro consumo y el cambio climático, aprovechando la Cumbre del Clima de París”. A largo plazo, iniciativas como los Ingenios de Producción Colectiva (IPC) que fomentan modelos que consideran más sostenibles.
Desde la Federación SETEM, que incluye a 10 ONGs, también se suman al Día Mundial sin compras al compartir los valores que promulga, como afirma Ana Carrascón, miembro del equipo de comunicación de la federación en Madrid. En su opinión, hay que sumarse a la parte de que tienen que ser “no solo ese día, sino 364 días contra el consumismo exacerbado. Queremos que gracias a nuestro trabajo haya un cambio más paulatino y constante que promueva otras opciones que construyan una sociedad de consumo responsable”. Critica además a las grandes compañías, que a su modo de entender “hacen que las ofertas del Black Friday parezcan grandes ventajas para los consumidores, pero en realidad hay una clara voluntad de beneficio económico”.
