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Las familias vuelven a gastar: la fortaleza del empleo y la subida salarial tiran de la economía

La creación de más empleos, con mejores contratos y en buena parte relacionados con las TIC o la I+D, es la clave para el crecimiento del consumo de las familias.

Daniel Yebra

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El consumo de las familias ha repuntado en los últimos meses gracias, principalmente, a la fortaleza del mercado de trabajo. Tras caer en el primer trimestre de este año y en el último de 2022 por la asfixiante inflación, el crecimiento del gasto de los hogares entre abril y junio que recoge la Contabilidad Nacional se apoya en la mayor estabilidad laboral y muestra confianza en el futuro por parte de los trabajadores.

“La fortaleza del mercado laboral y el aumento del peso de la contratación indefinida han favorecido la disminución de la probabilidad de perder el empleo percibida por los trabajadores, lo que reduce el ahorro por motivo de precaución y eleva los niveles de gasto de los hogares”, afirmaba este jueves un informe del Banco de España.

Este documento coincidió con el récord de 21 millones de ocupados que salió de la EPA (Encuesta de Población Activa) del INE (Instituto Nacional de Estadística), con un máximo de contratos indefinidos y un gran descenso de los temporales. Es decir, hoy existe una estabilidad laboral inédita en nuestro país, aunque el paro esté en el 11,6%, todavía lejos del mínimo del 7,9% de 2007.



Y solo un día después, el viernes, los datos del gasto de los hogares en el segundo trimestre que publicó el propio INE apoyaron la hipótesis del informe de la institución monetaria. Exactamente, el consumo de las familias aumentó un 1,6% entre abril y mayo, respecto al primer trimestre. Un incremento que fue crucial para explicar el avance del 0,4% del PIB (Producto Interior Bruto), en un contexto internacional de debilidad económica que golpeó al sector exterior (turismo y exportaciones).



El gasto de los hogares se vio favorecido también por la moderación de la inflación y las mayores subidas de los salarios, frente a 2022. Ambos factores están consiguiendo que las familias vayan recuperando poder adquisitivo poco a poco, tras la fuerte pérdida del año pasado.

La gran amenaza para el bolsillo de los trabajadores son ahora las subidas de los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE), que disparan el euríbor (el índice de las hipotecas) y encarecen los préstamos en general.

La transformación tras la reforma laboral

“El mercado laboral español ha mostrado un dinamismo notable tras la pandemia. La tasa de paro descendió sustancialmente entre principios de 2021 y mediados de 2022, y ha tendido a estabilizarse con posterioridad en niveles inferiores a su promedio histórico. Desde finales de 2021, la reducción del desempleo ha estado además acompañada por un incremento de la proporción de asalariados con contrato indefinido, desarrollo que se habría visto impulsado por la última reforma laboral”, resume el Banco de España en su informe.

“La disminución reciente de las tasas de paro y de temporalidad del empleo ha contribuido a reducir la incertidumbre de los trabajadores acerca de sus perspectivas laborales”, incide la institución. “Aunque generalizada, esta tendencia ha sido más intensa entre los trabajadores de menores ingresos, menor edad y género femenino, colectivos que, en comparación con el conjunto de los asalariados, presentan una mayor incidencia de la contratación temporal, a su vez asociada a una mayor probabilidad de transición del empleo al paro”, añade.

Según profundiza el documento, que firma la economista Carmen Martínez-Carrascal, “estos desarrollos del mercado laboral afectan a las decisiones de gasto de los hogares, a través de los ajustes en el denominado ahorro por motivo de precaución”.

Según explica, “en particular, cuando los individuos perciben una mayor probabilidad de perder el empleo (y, por tanto, tienen una mayor incertidumbre sobre sus ingresos futuros), pueden decidir retrasar ciertos gastos que no son de primera necesidad, con el fin de acumular un colchón de ahorro que pueda contribuir a sostener su consumo en el caso de que se materialice la pérdida del empleo y la consiguiente caída de renta”.

Y concluye: “En sentido contrario, una reducción de la probabilidad de perder el empleo percibida por los trabajadores como la observada en los últimos trimestres proporciona un soporte al gasto de los hogares, al reducir el volumen de ahorro por motivos de precaución que los trabajadores desean mantener”.

Los cambios estructurales de la economía

La fortaleza del mercado de trabajo en España no se explica sólo por la reforma laboral, también por el despliegue del Plan de Recuperación y su impacto en sectores de mayor valor añadido, relacionados con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) o la I+D (investigación y desarrollo). Así, aunque la tasa de paro sigue siendo elevada y uno de los grandes problemas estructurales, el empleo revela cambios de fondo, como se explica en esta información.

Transformaciones (menor temporalidad, mejores contratos...) que directamente aumentan los ingresos públicos y disminuyen el gasto en prestaciones. Indirectamente, al aportar estabilidad para empresas y trabajadores, no solo apoyan el consumo de las familias en general, también su capacidad para financiarse.

Cuando una familia acude al banco a pedir dinero significa que pretende hacer una compra 'grande', como la vivienda, u otros bienes duraderos como los coches, la tecnología... Bienes que, además, exigen mayor “consumo de mantenimiento”, según se describe en la teoría económica.

Por el lado de las empresas, estas transformaciones suponen potenciales mejoras en la productividad y la competitividad, incluso en la internacionalización. Además, garantizan un mejor ajuste del mercado laboral frente a futuras crisis. Es decir, que una recesión no conlleve, como ha sucedido históricamente, una grave destrucción de empleo.

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