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Los gimnasios reabren en plena 'temporada baja' y piden (otra vez) que Hacienda les baje el IVA

Una limpiadora desinfectando un gimnasio de Sevilla.

Analía Plaza

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Los gimnasios han sido uno de los últimos comercios en abrir tras la pandemia. Sanidad aplazó su apertura a la fase 3 –“son instalaciones que requieren especial atención, por el contacto físico, el uso compartido de zonas y elementos”, dijo el ministro Illa –, de forma que la mayoría han vuelto al negocio en las dos últimas semanas. Aunque en Madrid y Barcelona algunas cadenas han atendido con cita previa, el resto no lo harán hasta este lunes. La nueva normalidad llega al mercado del 'fitness' en su peor momento: en pleno verano, cuando las altas son prácticamente nulas, y después de tres meses cerrados.

“Son los meses más flojos. En verano, a todos nos cambian las rutinas. Por eso estamos más preocupados”, resalta Alberto García, gerente de la Federación de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID). “Venimos de meses sin actividad y llega el verano. Todos entran en unas pérdidas difíciles de soportar”.

En años normales, los gimnasios tienen picos de actividad. Está el pico de abril a junio (la 'operación bikini'), el pico de septiembre (vuelta al cole y descenso de las temperaturas) y el de enero (los buenos propósitos tras Navidad). A la difícil reapertura de este año se suman otros factores, como las bajas durante el confinamiento, el miedo de la gente a volver a un espacio cerrado y con posibilidades de ser foco de contagio y el descubrimiento del deporte en el hogar.

“A nivel de público, hay cierta cautela. No estoy seguro de que tenga que ver con que la gente haga deporte en casa: creo que es porque estamos saliendo de la pandemia”, señala Juan del Río, CEO de la cadena Viva Gym. “Y al mismo tiempo nos enfrentamos al verano. La renta disponible es para ir a restaurantes o de vacaciones. Pero de momento los usuarios están teniendo opiniones favorables”.

Desde FNEID calculan que un 18% de los usuarios se ha dado de baja estos meses y que la facturación conjunta caerá un 44% este año. Hablamos de un sector que factura en torno a 2.300 millones anuales y que ha crecido a un ritmo del 2,5% desde 2014, debido a las nuevas aperturas y nuevos clientes, que han pasado de 4,9 millones en 2014 a los 5,5 este año. Y que, en gran parte, vive de los ingresos recurrentes que genera la gente que se apunta pero luego no va.

“Es cierto que no podemos compararnos con la hostelería o el turismo. Pero a través de nuestros servicios proporcionamos salud a las personas”, continúa García. “Estamos alertando de que, si desaparecemos, la sociedad se convierte en sedentaria. El deporte supone un ahorro importantísimo en el coste sanitario”. La patronal complementa su argumento diciendo que una de las primeras medidas de desconfinamiento fue la posibilidad de salir a hacer ejercicio, aunque para ello no fuera necesario ir a ningún gimnasio. “El mismo Gobierno dijo que esto era esencial: no podíamos estar más tiempo quietos. Eso nos hace a nosotros armarnos de razones”.

Ante la que se les viene encima, la patronal vuelve a reclamar una reducción de IVA al tipo reducido (10%) para incentivar la demanda. “Llevamos mucho tiempo pidiéndolo, porque seguimos con el IVA del 21%”. La subida procede de la anterior crisis, cuando en 2012 Hacienda elevó los tipos y pasó del reducido al general a muchos sectores. Algunos servicios, como las entradas de cine, han conseguido que se los bajen. Pero otros, como las peluquerías, las funerarias y los gimnasios, siguen al 21%. La interlocución del sector se produce con el Ministerio de Cultura y Deportes, principalmente, y con Industria. “Pero es Hacienda quien decide”, reconoce González.

Con respecto a la apertura, FNEID y las cadenas han trabajado en su propio protocolo. Los gimnasios no están entre las 21 guías publicadas por el Ministerio de Industria (aunque sí aparecen medidas en la guía de los hoteles, porque muchos tienen instalaciones deportivas).

En general, todos están aplicando controles de aforo y solicitando a sus clientes que limpien las máquinas después de usarlas. “Es alucinante la solidaridad y disciplina de los socios en ayudar a limpiar. Todos asumen la responsabilidad”, concluye el CEO de Viva Gym. “Y a medio plazo, veo una oportunidad: creo que hay conciencia y que la sociedad tiene ganas de hacer ejercicio. Nuestra industria se consolidará”.

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