Italia: radiografía de una economía estancada
Así atravesará Italia su crisis de Gobierno: con una economía en pausa y con todos sus indicadores sociales con peores perspectivas. Tras la dimisión del presidente del Gobierno, Matteo Renzi, por su derrota en el referéndum de reformas constitucionales, Italia se aboca a un periodo de incertidumbre con un nuevo Ejecutivo exprés sin apenas maniobra para gobernar.
La tasa de paro, uno de los principales indicadores de la salud de la economía italiana, se mantiene atascada en el 12% desde 2013, según datos de Eurostat. Justo antes de la crisis, la tasa de desempleo en Italia era una de las mejores de la UE y estaba por debajo de Francia y Alemania.
La economía italiana, aunque ha dejado atrás la etapa de depresión, todavía sigue sin coger vuelo. En 2015, el PIB de Italia creció a un exiguo ritmo del 0,7%.
En números absolutos, Italia sigue siendo la cuarta economía europea más grande. Sin embargo, baja puestos si comparamos teniendo en cuenta la población. El PIB per cápita de los italianos se situó en los 27.000 euros en 2015, sin apenas crecimiento durante los últimos años.
Los niveles de deuda pública tienen además maniatado al Ejecutivo para tomar muchas medidas. La Administración italiana se mantiene como la segunda de la Unión Europea con mayores niveles de endeudamiento, al igual que en 2006.
Solo Grecia presenta una mayor ratio de deuda pública sobre el PIB. En 2015, el endeudamiento de las administraciones italianas alcanzó el 132% del Producto Interior Bruto del país. En España se situó en un 99,8% durante el mismo año.
Precisamente, Italia ha perdido parte de su liderazgo en inversión en servicios públicos durante la crisis. Mientras que en 2006 estaba entre los cinco países de la UE con mayor gasto público en Sanidad sobre el PIB, ahora ha bajado hasta el puesto 12º. Otros países como Alemania, Reino Unido o Bélgica ya superan el gasto público sanitario en relación a su riqueza.
Junto con España, Italia es también uno de los países con menor inversión pública en Educación, según datos de Eurostat. Una cifra que ha disminuido con la crisis: en 2006, el gasto público se situaba en 4,5% sobre el PIB. En 2014, bajó hasta el 4,1%.
Asimismo, Italia tendrá que afrontar una de sus grandes asignaturas pendientes: la brecha de género. Según los últimos datos, Italia es el segundo país europeo con menor tasa de actividad entre las mujeres, con un 46%, justo delante de Malta. Solo 46 de cada 100 mujeres italianas tienen un trabajo o se declaran en disposición de aceptarlo.
Aunque la brecha entre la tasa de actividad de ambos géneros se ha reducido durante la última década, lo ha hecho a menor nivel que sus homólogos europeos, principalmente España. En 2015, la brecha entre hombres y mujeres se situó en 20 puntos.
La brecha también tiene su efecto en el peor dato sobre empleo del país. Italia es el país europeo en el que menos años trabajan, de media, sus habitantes. En el último año, la expectativa de vida laboral de un ciudadano italiano se encuentra en los 30,7 años.
Ningún otro país de la Unión Europea presenta una expectativa tan baja. En España, la media se sitúa en los 34,9 años. En Alemania, en los 38.