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El Parlamento Europeo recomienda medidas para impedir la obsolescencia programada

El promotor de la resolución quiere que no haya que tirar el teléfono móvil cuando la batería falla.

EFE

Estrasburgo —

El Parlamento Europeo aprobó el martes en sesión plenaria recomendaciones para alargar la vida de los productos electrónicos y facilitar su reparación o actualización.

La Eurocámara insta a la Comisión Europea, a los Estados miembros y a los fabricantes a “tomar medidas” que garanticen a los consumidores “productos duraderos de alta calidad y reparables”.

La resolución, que salió adelante con 662 votos a favor, 32 en contra y dos abstenciones, propone hacer frente a la obsolescencia programada de productos tangibles y programas informáticos.

Entre las recomendaciones del texto se incluyen “criterios de resistencia mínima”, alargar la garantía si la reparación del producto conlleva más de un mes e incentivos fiscales en favor de artículos duraderos, de calidad y reparables.

También se recomienda favorecer la venta de segunda mano, lo que podría “impulsar la creación de empleo y reducir el desperdicio”, afirman desde el Parlamento.

Así, se permite a los consumidores elegir un reparador independiente y, en particular, se prohíben las soluciones técnicas, de seguridad o los programas informáticos que impidan la reparación fuera de los canales autorizados.

Por otra parte, los componentes esenciales del producto, como las pilas y los LED, no deben ser inamovibles, a no ser que esté justificado por razones de seguridad. En cuanto a las piezas de recambio indispensables para un funcionamiento “correcto y seguro” de los bienes, éstas deben estar disponibles a un precio “adecuado a la naturaleza y duración de vida del producto”.

Por último, se recomienda una definición a escala comunitaria del concepto de “obsolescencia” para bienes tangibles y soportes digitales, así como un sistema independiente para analizar los productos y detectar su obsolescencia programada y medidas disuasorias para los fabricantes.

La Eurocámara también pidió a la Comisión que estudie la creación de una etiqueta europea voluntaria que incluya la durabilidad del producto, el diseño ecológico, la capacidad de modulación de conformidad con el progreso técnico y la posibilidad de reparación.

Asimismo, los eurodiputados propusieron la creación de un “contador de uso” en los productos más relevantes, como los grandes electrodomésticos, con el objetivo de asegurar que los consumidores “están bien informados”.

El ponente de la resolución, el eurodiputado de los Verdes Pascal Durand, dijo que se debe “impulsar la reparabilidad” de los productos que salen al mercado y no “vernos obligados a tirar un teléfono móvil cuando la batería falla”.

Según el Eurobarómetro de 2014, el 77% de los consumidores de la UE preferiría intentar reparar un producto que no funciona antes que comprar otro nuevo, aunque suelen acabar haciéndolo ya que el coste de la reparación y la calidad del servicio resultan desalentadores.

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