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Acelerar el diagnóstico de la artritis reumatoide gracias a información crucial de la composición de la mano

Articulación de la muñeca

Mercè Palau

El tiempo es clave en la mayoría de las enfermedades crónicas y lo es también en las enfermedades reumáticas, que afectan aproximadamente a un 25% de la población adulta en España, unos 11 millones de personas, lo que indica que se trata de una patología prevalente con un fuerte impacto en la calidad de vida y en la capacidad funcional de quien la sufre.

Artritis reumatoide, una enfermedad crónica

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que provoca una inflamación crónica en las articulaciones. Pueden afectarse múltiples articulaciones pero las de la muñeca y la mano prácticamente siempre están afectadas y, además, desde fases tempranas de la enfermedad. . En concreto, esta patología produce inflamación de la membrana sinovial que deteriora, si no se trata de forma precoz, el cartílago —que normalmente actúa como amortiguador en las articulaciones—, los tendones, los ligamentos y el hueso de la articulación, lo que con el tiempo puede causar daño articular importante, lo que se traduce en deformidades y pérdida de función articular.

Los síntomas de la artritis reumatoide suele aparecer en brotes, es decir, se alternan periodos de más intensidad con otros de menos. La inflamación de las articulaciones es uno de los más evidentes, así como dolor, rigidez y limitación para la movilidad en las zonas hinchadas. También puede cansancio y otros síntomas generales que acompañan a la artritis

Esto se traduce, en la mayoría de los casos y cuando afecta a las manos, en dificultad para realizar tareas sencillas como agarrar un cepillo de dientes o girar el pomo de una puerta.

Examen médico a una paciente con artritis reumatoide

Un diagnóstico precoz y un tratamiento temprano son esenciales para prevenir el daño articular y mejorar los resultados del paciente, algo que hasta ahora suponía todo un reto porque, en sus etapas iniciales, los signos y síntomas clínicos pueden ser inespecíficos y variables.

Fases tempranas de la artritis reumatoide

Pero la investigación en este campo ha demostrado que la artritis reumatoide puede presentarse en estadios preclínicos varios años antes de que se cumplan los criterios diagnósticos. Es lo que ha concluido un equipo multidisciplinar liderado por el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que ha identificado el papel de una articulación de la mano que abre vías a la detección temprana de esta enfermedad.

En concreto, y de acuerdo con el estudio publicado en Ultraschall in der Medizin y liderado por especialistas en Reumatología del hospital madrileño y de Anatomía de la Facultad de Medicina de la UCM, se ha mejorado la identificación de las estructuras que forman la articulación metacarpofalángica; el estudio sugiere que el mesotendón, podría ser clave en las fases tempranas de inflamación articular.

La articulación en cuestión es la que une los huesos metacarpianos de la mano con las falanges proximales de los dedos y que resulta fundamental en enfermedades como la artritis reumatoide. Con la tecnología adecuada –ecografía de alta frecuencia con disección cadavérica, análisis histológico e inmunohistoquímico– se han identificado “con precisión estructuras internas que antes se confundía o simplemente no se visualizaban”, afirma la Doctora Esperanza Naredo, reumatóloga de la Fundación Jiménez Díaz.

Un hombre se toca la muñeca por el dolor

Si bien el uso durante décadas del ecógrafo ha permitido estudiar esta articulación en personas con artritis era preciso incorporar herramientas del siglo XXI, admiten los expertos de la UCM. También destaca el valor del análisis microscópico, gracias al cual se ha podido comprobar que estructuras como la placa dorsal están formadas casi por completo por colágeno tipo I, sin cartílago ni fibras elásticas, lo que permitiría redefinir su función biomecánica.

Cambios patológicos sutiles

De la mano de avances como este es posible que haya un cambio en las reglas del juego ya que, como afirma la Doctora Naredo, “si entendemos mejor la morfología y composición tisular de la articulación, seremos más precisos al detectar inflamaciones tempranas o cambios patológicos sutiles que preceden a una artritis declarada”. Y es que la capacidad para identificar la enfermedad en las primeras fases posibilita una ventana de oportunidad preventiva fundamental.

Una de las particularidades de este hallazgo es que permite diferenciar las estructuras sinoviales –la mayoría de articulaciones del cuerpo como las manos, las rodillas, las caderas y los hombros, y que son las que ataca la artritis reumatoide- de las no sinoviales “durante fases preclínicas de artritis, lo que podría usarse como marcador de inflamación temprana”, admite la Doctora Naredo.

Estas articulaciones sinoviales son móviles y están rodeadas de una membrana delgada, fina y transparente que lubrica la articulación y permite el movimiento. En personas con artritis reumatoide, estas articulaciones pueden inflamarse cuando el sistema inmunitario falla y ataca el tejido sano.

Estas imágenes anatómicas del estudio han permitido también entrenar a ecógrafos expertos para mejorar la capacidad de identificar estructuras complejas en pacientes.

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