Mascar chicle; ¿es bueno o malo para la boca?

Mascar chicle

Jordi Sabaté

31 de agosto de 2022 21:26 h

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Mascar o masticar chicle se asocia sin duda a actitudes juveniles, un tanto rebeldes y, en algunas situaciones, de poca educación. Pero más allá del debate estético sobre lo agradable o no de esta actividad para los que nos rodean, está una discusión más seria sobre los beneficios o perjuicios de la costumbre de mascar chicle en lo que refiere a la salud de nuestra boca.

Chicles en el Neolítico

Y lo cierto es que el ser humano masca chicle desde el Neolítico a tenor de los indicios que se han hallado tanto en Chile como en Finlandia. En el yacimiento arqueológico Monte Verde en Chile, con una datación de más de 14.000 años, se han encontrado restos de goma de mascar hecha con una mezcla de arbustos y distintas especies de algas.

Asimismo en Finlandia, en épocas similares, se usaba alquitrán y corteza de abedul para hacer un chicle que se mascaba con fines antisépticos. Y más tarde, en la antigua Grecia, se mascaba pasta realizada con corteza y hojas de lentisco, también con fines medicinales. Por su parte, los aztecas, y antes los mayas, fabricaban su chicle con savia del árbol chiclero.

En consecuencia, habida cuenta de su larga historia, cabe decir que esta tradición tan arraigada debe tener un sentido profundo en términos de salud. En efecto, mascar chicle tiene ciertas virtudes y beneficios.

Posiblemente beneficioso... sin azúcar, tras las comidas y solo por 20 minutos

Según la American Dental Association (ADA), “masticar chicle sin azúcar durante 20 minutos después de las comidas aumenta el flujo de saliva, que arrastra los alimentos y otros desechos, neutraliza los ácidos producidos por bacterias en la boca y proporciona sustancias que combaten enfermedades en toda la boca”.

Además, esta asociación asegura que “el aumento del flujo trae consigo una mayor cantidad de calcio y fosfato, que ayudan a a fortalecer el esmalte dental. No obstante, la Ada avisa: ”No deje que los chicles sin azúcar sustituyan el cepillado y la seda dental. No es un sustituto“.

La ADA continúa recomendando cepillarse dos veces al día con pasta dentífrica fluorada y limpiar la placa acumulada entre los dientes una vez al día con hilo dental u otros limpiadores interdentales, como el resto de asociaciones e odontólogos.

Un consumo siempre puntual

En este sentido, la ortodoncista Patricia Bratos, insiste además en que los chicles con azúcar, hoy casi extintos del mercado, hacen más mal que bien al proporcionar alimento a las bacterias cariogénicas, es decir que provocan caries. Ahora bien, Bratos matiza que ocurre lo contrario cuando el chicle sustituye la sacarosa por el xylitol, un endulzante pero inocuo a nivel de caries.

La ortodoncista señala que “un chicle sin azúcar pero con xylitol reduce la caries porque inhibe el crecimiento de streptococcus mutans, una de las principales bacterias causantes de la caries”. Aun así, la doctora recomienda que el consumo de chicle sea puntual, ya que a su juicio este hábito tiene más perjuicios que beneficios.

Entre los primeros Bratos apunta a los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM): “son tantos los movimientos reiterados que se requieren para mascar chicle que la articulación temporomandibular sobrecarga los músculos intensificando el dolor en la zona y provocando dolor de cabeza y cuello”. “Además, este gesto repetitivo favorece el desgaste dental e incluso puede llegar a provocar fracturas en los dientes y en las restauraciones dentales”, concluye.

Pero este no parece ser el único inconveniente de mascar chicle en exceso, porque un estudio señala que puede provocar diarreas recurrentes. Esto es debido a que los sucedáneos de la glucosa como el xylitol y el sorbitol, tienen propiedades laxantes.

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