Europeos en Reino Unido: nuestra prioridad en el brexit

En el drama del brexit se está abusando de la metáfora del divorcio. Tiene como ventaja que introduce un elemento emocional (que existe de verdad) donde algunos querrían ver sólo un trámite legal y contable. Pero, como las metáforas tienen vida propia, algunos han dicho ya que en todo caso de separación lo primero es asegurarse del bienestar de los hijos. Los hijos serían aquí los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido y los británicos residentes en la Unión. Grave error. No son menores dependientes, sino adultos con derechos que merecen que se los escuche y se tengan muy en cuenta sus reclamaciones.

El pasado 23 de mayo, viajé a Londres para conocer de primera mano sus preocupaciones e impulsar una solución junto con líderes del partido Liberal-Demócrata, el único entre los británicos con una posición netamente europeísta. El brexit ha producido gran ansiedad en los españoles y europeos residentes en Reino Unido. Tratan de combatirla de la mejor manera posible: actuando. Se han organizado y defienden sus intereses en las redes y en las instituciones, recabando apoyos y explicando su situación a cualquiera que pueda ayudarles. Creo que es difícil para quien no está en esta situación entender lo que se siente cuando, de alguna manera, ves en riesgo derechos que dabas por descontados.

Los eurodiputados que formamos parte de la task force sobre el brexit consideramos que la situación de estos ciudadanos es nuestro desafío más acuciante. Nos hemos propuesto garantizarles un marco legal justo y conocido, algo que les aporte seguridad jurídica y derechos de ciudadanía.

Hace pocas semanas celebramos una audiencia (hearing en nuestra jerga) al respecto, a la que acudieron representantes de los europeos residentes en Reino Unido. Lamentablemente, las autoridades británicas no estuvieron presentes. No sólo demuestran insensibilidad hacia los europeos en Reino Unido, también hacia sus conciudadanos británicos residentes en la UE que viven una situación similar.

Paradójicamente, puede que los eurodiputados que más hemos lamentado el brexit terminemos siendo sus mejores aliados: entendemos que los derechos que se reconozcan tendrá que basarse en la reciprocidad, y que, aunque dejen de ser ciudadanos europeos de pleno derecho, los británicos que viven en Europa merecen protección y un marco legal conocido.

“La Unión está fundada sobre los valores indivisibles y universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad”, dice la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Si de verdad creemos que Europa es más que un gran acuerdo comercial, estos derechos deberían llevarnos a colocar en el primer plano del drama del brexit a los ciudadanos que los ven amenazados: aquellos que hicieron sus vidas en un país de la Unión que ahora va a dejar de serlo.

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Beatriz Becerra es eurodiputada de ALDE y vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos.Beatriz Becerra