No soy seguidor del Bilbao Basket, pero miro con pena el declive por una mala gestión. Me atrevo a centrarla en el señor Gorka Arrinda. Tuve que cerrar un acuerdo con él en una ocasión y les aseguro que no quiero volver a hacerlo porque es un sujeto que no cumple lo que pacta. Es cierto que llevó al equipo arriba, pero no de manera sostenible.
También es verdad que por el camino encontró poderosos aliados que ahora le abandonan. Sin duda, el mayor fue la Diputación Foral de Bizkaia que adelantó hace pocos meses 5,2 millones de euros de dinero foral cuando la cosa estaba ya en clara decadencia y sin un plan de gestión de salvación sobre la mesa. Es una práctica habitual de la casa que se repite con empresas en crisis. Lo hizo hace poco con Edesa y generó una falsa expectativa entre sus trabajadores. Quería aparecer como el salvador. Lo hizo también con Pastguren, donde metió 2,5 millones de euros que se fueron por el desagüe mientras acusaba a otras administraciones de no hacer nada por salvar empresas. Todo por la foto.
Miribilla espera. Se construyó para el equipo y la ciudad se queda desamparada. Por Bilbao ha pasado el mejor baloncesto europeo y nacional. Su plantilla actual, que sufre los impagos, no está compuesta por jugadores desconocidos. Abundan los internacionales con España, Bélgica, Croacia...
No me gusta el refranero, al que recurren muchos castizos nacionalistas, pero pusieron el carro delante de los bueyes. Total para nada. La afición vizcaína ve con dolor el futuro de su equipo y sencillamente no lo merecen. Algunos dirán que hay crisis, pero la crisis afecta a todos y hay que saber parar. El mejor ejemplo está en San Sebastián donde el Gipuzkoa Basket tuvo que renunciar al inicio de la temporada al sueño europeo porque no contaba con presupuesto suficiente. En fin, Arrinda a lo suyo y el Bilbao Basket desamparado. Esperemos que se arregle porque la rivalidad entre vitorianos y bilbaínos había convertido en clásicos los duelos entre los equipos de las dos capitales vascas.
A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.
0