A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.
Ver pasar el tiempo
Me produce hilaridad oír al lehendakari Iñigo Urkullu hablar del “fallido Estado de las autonomías”. Tonterías las justas. Ya sé que en el día de la patria, sea la que sea, es costumbre decir bobadas, pero estoy cansado de que me traten como si fuera bobo. ¿Qué diversidad no se reconoce en el Estado de las autonomías? Dice muy poco de los políticos de cualquier signo y condición que su discurso se sustente en tres premisas: frases grandilocuentes pero huecas, crítica de trazo grueso al adversario, e inauguraciones. Me da igual que sean políticos de la vieja o de la nueva guardia si actúan igual.
La economía española sale de la crisis, con muchas magulladuras y desigualdades pero sale, y en ese proceso arrastra a la vasca. Empezar a vivir mejor actúa como un bálsamo ciudadano. El soufflé del cambio, de la regeneración va pasando. Los partidos nuevos se parecen cada día más a los viejos, que se agarran al que todo siga igual.
Señor lehendakari, es usted la máxima representación institucional de los vascos, y me gustaría pedirle un poco más. Poner gesto serio e increpar a agentes de la Ertzaintza que ejercen su libertad de expresión, por poner un ejemplo, no son los atributos básicos de su puesto. No creo que ser lehendakari envuelva a quien ocupa el cargo de ningún misticismo y menos de un destino universal. La figura del lehendakari es una invención moderna que nace del constitucionalismo democrático español (1931 y 1978).
Me cansa cualquier concepción mitológica del poder. El poder nace del voto ciudadano y de nada más y un lehendakari no es un ungido. Es el presidente de un Consejo de Gobierno, ni más ni menos, y es responsable ante el Parlamento. Debe costar entenderlo si se entiende la política como una religión en la que es obligatorio creer y en la que lo importante es ser Papa y no cambiar las cosas a mejor ni intentar que los ciudadanos sencillamente vivan bien.
Señor lehendakari, ¿me puede decir en qué consiste su política? No me hable de procesos de paz que no existen, de las aspiraciones irreales a la Europa de los pueblos o de la supuesta inquina que los jueces, magistrados y fiscales tienen a Euskadi cuando investigan corrupción de su partido. Me refiero al día a día. La verdad es que no sé muy bien en qué se aplica.
Ya sé que le va bien la táctica y que las encuestas les garantizan el voto de sus fieles, pero eso me da igual porque me sigo preguntando a qué dedica su tiempo y el de su equipo. Sencillamente creo que su estrategia es ver pasar el tiempo desde Ajuria Enea porque ya es lehendakari. Y ya está.
Sobre este blog
A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.